
Otra alegría, y ya van unas cuantas en su haber, la que nos dio la promotora Neverland trayendo a Barcelona a este mítico y veterano combo canadiense. Fecha única en la península, enmarcada en la gira del décimo aniversario de su disco Delusion Rain, la banda ha estructurado los shows de modo que dicho álbum ocupe el tramo central del set list, cediéndole el lógico protagonismo, pero en absoluto descuidando otros rincones de su extensa discografía.
Así, tanto en el primer set como en el bis de media hora pudimos disfrutar de temas como «Travel to the Night», «Behind the Mirror», «How Do You Feel?» o «The Preacher’s Fall». Canciones que forman parte de la historia del rock progresivo más melódico, revestidas de músculo y esteroides para la ocasión.
Y es que los de Quebec son una maquinaria de rock y neoprog engrasadísima, una banda que reproduce en escena todos y cada uno de los detalles de su cancionero pero que a la vez imprime un plus de robustez hipervitaminada a cada uno de ellos. De hecho, en mi imaginario particular completarían una profana trinidad canadiense, con Rush y Triumph en los otros dos vértices. Comandados en lo instrumental por el líder y fundador Michel St-Père y dirigidos en lo escénico por la voz y el carisma de Jean Pageau (el vocalista que entró en la banda sustituyendo a Benoît David, precisamente en el disco conmemorado), la banda desgranó en el tramo central del concierto, y en riguroso orden, los seis temas de Delusion Rain, empezando por el tema homónimo y terminando con «A Song For You», alcanzando los mejores momentos en esos casi veinte minutos de «The Willow Tree», perfecto resumen y muestrario de todas y cada una de sus virtudes.
El público, numeroso y casi tan veterano como ellos, supo agradecer sonoramente la entrega, la profesionalidad y la cercanía de unos músicos que consiguieron que las dos horas y media de reloj que estuvieron sobre las tablas, pasaran prácticamente en un suspiro. Un logro, el de mantener el nivel y la emoción de un show prácticamente sin altibajos durante tanto tiempo, sólo al alcance de unos pocos escogidos.
Texto: Eloy Pérez






