Regresan nombres de primera división a nuestra selección mensual: Gazpacho, Lunatic Soul, Morse, Kalugin… Algunos prolíficos hasta lo enfermizo, otros menos incontinentes, lo importante es que siguen ahí, dándonos periódicas alegrías. Personalmente considero el otoño una época propicia para ciertos géneros musicales muy concretos, el rock progresivo entre ellos. Sean pues, estos días cortos, escenario para disfrutar de ello.
Ring van Möbius
Firebrand (Apollon)
Tras cerca de una década en activo, a finales del año pasado el trio compuesto por Dag Olav Husås, Håvard Rasmussen y Thor Erik Helgesen anunciaba que colgaban los instrumentos, no sin antes despedirse con un cuarto trabajo, recién editado. Un disco en el que han dado más cancha que nunca a sus tendencias retro, han hecho de la desinhibición motivo principal y han bajado la persiana de la mejor manera posible. Con este Firebrand, la banda noruega más “italiana” deja un legado corto pero intenso, presto a ser revisado y disfrutado como merece.
Neal Morse
Never Been Down This Road (Radiant)
Uno ya no sabe qué decir. Tirando de frases hechas, podríamos decir que este hombre ha hecho un pacto con el diablo; pero en su caso, más que en ningún otro, el dicho se antoja muy poco adecuado. Sea como sea, lo único cierto es que Morse no para, y que nunca defrauda. Dejando la épica momentáneamente aparcada y regresando a su faceta de “cantautor”, retoma allí donde lo dejó el año pasado con Late Bloomer y entrega otra pequeña joya compuesta, según reza la promo, “en la tranquilidad de la madrugada frente al piano de cola de su estudio”.
Gazpacho
Magic 8-Ball (KScope)
Otros que no fallan. La fórmula del sexteto noruego, siempre comandada por la inimitable voz de Jan-Henrik Ohme, vuelve a mostrarse imbatible. Su capacidad para crear atmósferas, su dominio de lo que podríamos llamar post-prog, su sentido arty y cinemático del género, siguen incólumes. Y, a falta de poder darle más cancha en el reproductor para acabar de apreciar todos sus detalles, podemos afirmar que tal vez este no sea su mejor trabajo -ese honor podrían disputárselo Night (2007) o Missa Atropos (2010)-, pero sin duda entra en su zona alta.
Lunatic Soul
The World Under Unsun (InsideOut)
Mariusz Duda, en su camino paralelo a Riverside, se ha labrado una segunda carrera puede que menos exitosa en términos globales, pero igualmente reseñable en cuanto a méritos artísticos. El prog de Lunatic Soul, espolvoreado siempre de elementos accesorios como el folk, el ambient, la electrónica o el gothic rock de nuevo cuño, encuentra en este octavo trabajo una nueva cima. En una especie de magno resumen de todo lo publicado hasta ahora, Duda nos entrega catorce canciones em un doble álbum. Hora y media para procesar con calma y deleite.
Ping
Songs from the Nebula (Apollon)
Veinticinco años se cumplen del lanzamiento de It’s a Picnic (2000), el estimulante debut de estos majaras noruegos. Veinticinco años en los que su fórmula, esa auténtica coctelera de estilos que mezcla Rock in Opposition, punk, disco music, industrial, jazz y funk se ha ido perfeccionando hasta alcanzar, ahora, algo parecido a la perfección. Songs from the Nebula es un definitivo ejemplo de lo que siempre debería ser el rock progresivo más experimental: caos y melodía, asonancias y disonancias y, sobre todo, mucha libertad y mucha osadía.
Esthesis
Out of Step (Misty Tones)
El proyecto liderado por Aurélien Goude, iniciado en plena pre y post pandemia (el EP Raising Hands en 2019 y el debut de largo, The Awakening en 2020) entrega ahora un nuevo capítulo de su breve e interesante trayectoria. Los de Toulouse, en cierto modo emparentados con ese rock progresivo etéreo, casi onírico, de sus compatriotas Air, han facturado un disco elegante y neblinoso, ideal para esta época del año. Un disco que encuentra en su segunda mitad, en esa secuencia mágica que hilvana «City Lights», «Circus» y «The Storm», lo mejor de sí mismo:
Goad
Dusketha (My Kingdom Music)
El componente literario que siempre ha acompañado las partituras de Maurilio Rossi al frente de Goad (recordemos ya su debut en 1994, Tribute to Edgar Allan Poe) vuelve a mostrarse en todo su esplendor; en esta ocasión en un doble álbum que se acerca a las dos horas de música progresiva mayormente introspectiva, dominada por los teclados. Un trabajo en el que el artista florentino mantiene un intercambio lírico entre su propia escritura y aquella de autores de la talla de Jorie Graham, John Keats, Edgar Lee Masters, T. S. Eliot o H.P. Lovecraft.
Antony Kalugin
The Valley of Light (Caerllysi Music)
La nueva entrega de Kalugin parece haber salido de lo más profundo de sus archivos, tal y como él mismo cuenta: “Escrita y compuesta hace más de veinte años, esta música ha esperado pacientemente su momento, y ahora por fin puedo compartirla con vosotros. Estas piezas reflejan mi temprana pasión por los paisajes sonoros atmosféricos, enigmáticos y profundamente emotivos, creados mucho antes de muchas de mis obras de sinfo-progresivo”. Una buena oportunidad, pues, para conocer los primeros pasos del factótum de Karfagen.
Eloy Pérez
