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Wop Festival – Stage Live (Bilbao)

 

The Bo Derek’s

Fiel a su cita anual, El WOP Festival volvió pero en esta ocasión con un cambio de sala, pues pasamos de Santana (el año pasado, más grande) a Stage Live, con menor aforo pero más céntrica, lo cual fue un gran acierto para que se acercara más público y arropara a los músicos en un ambiente más propicio, pues los tres grupos de este año quizás son de los que necesiten una comunión más estrecha con la gente.

Antes de nada reseñar que El WOP Festival cumple su decimoquinta edición, y está, incluido en su WOP Weekend (“Estropatada” o carrera de patos de goma en la ría y el WOP Challenge). Así, la Fundación The Walk On Project proyectó un fin de semana de lucha y reivindicación contra las enfermedades neurodegenerativas en Bilbao-Bizkaia. Y para estos objetivos tan necesarios siempre la música está dispuesta a echar una mano.

Si el año pasado tocaron cuatro bandas esta vez se redujo a tres, mucho mejor, más rápido y más acorde a un viernes noche bilbaíno. Abrieron Kleejoss, que acaban de cumplir su décimo aniversario. El trío zaragozano tiró de su mezcla de rock sureño con momentos de hard rock y ciertas pinceladas stonianas, interpretando temas como su primera canción escrita, “Desert Blues”, en una actuación que gustó a un público que les arropó aunque tocaron pronto, no fue como si tocara Metallica, pero estuvieron lo suficientemente acompañados.

Kleejoss

El segundo grupo del cartel, King Sapo, venía precedido de una gran expectación. Su combinación de la intensidad del rock de los 90 con ese estilo tan propio, el sonido orgánico y poderoso y esos toques que recuerdan a titanes como Led Zeppelin y otros como The Cult, amén de detalles numetaleros o de un grunge que lo llevan en las venas, sólo prometían un concierto de recordar. Y lo hubiera sido si no fuera con los problemas de audio que impidieron disfrutar al público de un grupo que derrocha actitud y nivel musical a partes iguales. Abrieron con “Hasta nunca” y “Desorden”, a las que siguieron “Hombre humo” y “Alguien como tú”. Vamos, que con eso ya tenían a ganada a su amplio espectro de fans (lo de tirar bragas al grupo ya está pasado, la verdad, y salvo por eso parroquia de diez), pero siguieron luchando con el problema sónico.

Sonó mejor Jesús Trujillo a capela que con su micrófono, demasiado reverb y no se le escuchaba cuando usaba el de los teclados. Y también problemas lumínicos, pues a veces daba la impresión que les iba a hacer un cubo de agua del techo como en “Flashdance”, demasiada penumbra para una iluminación que trajo por la calle de la amargura a los compañeros gráficos. Continuaron con canciones como “El Dios de América”, la versión de Moby “Natural Blues” o “Niño Gurú”, con la que acabaron. Pero destacable por encima de todo fue “Libre”, un temazo que fue lo mejor de la velada, intenso, largo, progresivo, emocional y con una calidad superlativa. Grupazo.

King Sapo

Y cerraron The Bo Derek´s, unos casi hijos adoptivos de Bilbao. Óscar Avendaño (Siniestro Total, Los Profesionales, Reposado) a la voz y guitarra, con los Hermanos Lorre: Jorge Lorre y Rufus el Guarro (Los Wavy Gravies, The Allnight Workers, Lorre, Family Folks), bajo y batería respectivamente, tres canallas del rock que regalaron una actuación sudorosa, divertida e intensa, que nos recordó a Dr. Feelgood, pub rock a plena potencia, con la sempiterna sonrisa de un bajista que derrochó buen rollo como hace tiempo que no habíamos disfrutado. Y Óscar Avendaño liderando una actuación guitarrera a más no poder. Abriendo con “Tanto gilipollas (y tan pocas balas)” y “Como Mickey Rourke” se tiraron una hora de no parar de bailar y corear temas como “Godzilla”, “Hiroshima”, “Diablo”, “Take care of business”, “ETS´s en el corazón”, “Viva Cristo, me cago en Dios” o “Hey baby”.

Tan sólo pararon para reivindicar la clase trabajadora del Rock´n´Roll, léase ellos y el resto de grupos que está presente en este tipo de conciertos y, por supuesto, quienes también estamos presentes para disfrutar de su música. Ya nos conocemos de vista casi todas y todos y sabemos que esta es la base de verdad. Y apoyar la música en salas es tan importante como hacerlo con iniciativas como la de Walk On Project. Aquí se dio todo, señal de que estamos en el lado bueno, el solidario y siempre musical.

Texto: Michel Ramone

Fotos: Dena Flows

 

 

 

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