
Primorosa velada la ofrecida por el Minifestival de música independent de Barcelona, que celebra su 30 edición, en un Cinema Maldá que, desgraciadamente, registró una muy pobre entrada. Nick Garrie, el gran protagonista de la noche, nunca ha sido un superventas y aunque este sea un hecho injusto, lógico por el carácter intimista de su música y poética (lo que le sucede en el día a día, como nos manifestó), debería haber tenido un mayor reconocimiento global, ni él mismo sabe el motivo de este ninguneo.
Lo que sí quedó claro, es que observando el entusiasmo de los asistentes (locos por hacerse una foto con Garrie), y el nivel artístico y emocional del evento, asistimos a una noche irrepetible y quién sabe si la definitiva, advirtiendo el precario estado físico del cantautor nacido en Ripon (Yorkshire); ojalá nos equivoquemos.
El Minifestival preparó una sesión de dos documentales que incluyó “10 anys d’un refugi” dedicado al grupo catalán Ùltim Cavall que cumplen 2 lustros de existencia y “Lost and Found”, el primer trabajo como director del multifacético Alastair Clark, encantador y personal retrato de tan solo 45 minutos, que refleja su adoración por el genial (no se lo digan que se ríe) artista británico.

El film, rodado sutilmente en modo vintage, refleja con sencillez pero lleno de amor, los motivos que llevaron a Alastair a conocer al personaje y parte del recorrido personal del autor de “The Nightmare of J.B. Stanislas”, aquella filigrana que grabó, junto a Eddie Vartan, con 17 años en 1970 y que no tuvo tiempo de despegar, debido al suicidio de Lucien Morisse, jefe de la productora DiscAz. Por suerte, Rev-Ola lo reeditó en 2005 y la leyenda cobró vida.
Alastair encontró en una cubeta de vinilos de su tienda de discos el trabajo que le cambió, de algún modo la vida y le sirvió, posteriormente para tejer esta emocionante película que no sabemos de qué manera se distribuirá; si la pueden cazar no lo duden, es una pequeña joya. Nosotros la disfrutamos con clarificadores subtítulos en inglés; no fue difícil entender todo el significado de una cinta, repetimos, conmovedora.
Finalizadas las filmaciones y en un rincón de la sala (como si estuviéramos en nuestra casa) Nick Garrie ofreció un precioso concierto acústico de (si no hicimos mal las cuentas) una docena de maravillosas canciones, marca de la casa, y el “Qué Será, Será (Whatever Will Be, Will Be)”, compuesta por Jay Livingstone y Ray Evans en 1956; la canción preferida de su madre. Entre otras, escuchamos “Lovers”, “Oh No”, el hit de 1984 “Back in 1930” (con el nombre de Nick Hamilton), la sensacional “Deeper Tones of Blue”, “Can I stay with you”, “My dear one”, “Wine and Roses” (Hamilton) o “Le Pont Mirabeau”, cantada en francés (Brel y Moustaki en el altar).

A pesar de las dificultades físicas, antes mentadas, Garrie sorprendió con estado vocal remarcable y sobre todo por una sencillez y bondad que sólo poseen los verdaderos maestros. Incluso, entre canción y canción, contó alguna batallita como la de su presencia en el inolvidable Àngel Casas Show, con motivo de aquella gira junto a Leonard Cohen en 1984; más tarde retornó a nuestro país en 2007, otro bello tour, también imperecedero para los que estuvieron implicados.
Con ganas de dar envidia, comentaremos que a los pocos presentes se nos obsequió (gentileza de Elefant Records) con el CD “49 Arlington Gardens” (2009). Por si fuera poco, pudimos adquirir un 7” con “The Nightmare of J.B. Stanislas y Around the World, una estupenda edición editada en vinilo por primera vez gracias a Nine X Nine Records. Todo un lujo.
Función de aquellas que quedan grabadas para el resto de nuestros días. A mi querida compañera de guerras ruteras Marina Tomás y a un servidor, no nos saltaron las lágrimas de puro milagro. Una gozada.
Texto: Barracuda
Fotos: Marina Tomás Roch






