
Sobrezero nacieron en plena pandemia, cuando cinco amigos de Madrid decidieron poner en marcha un proyecto que les permitiera hacer lo que más les gusta: tocar sus canciones en directo. Cinco años después, atraviesan su mejor momento.
Su debut, Hasta que el mundo estalle (Warner Music, 2025), llega tras una serie de conciertos en los que la banda ha demostrado que el escenario es su terreno natural. Con la energía del pop-rock clásico y un sonido que mira al indie contemporáneo, han sabido convertir una casualidad, aquel concierto frente a los oficinistas de Warner, en una oportunidad. Charlamos con ellos sobre su primer disco, la importancia del directo y la ilusión de seguir creciendo paso a paso.
Es un placer hablar con vosotros. Espero que os encontréis fenomenal. Para empezar, ¿podríais presentarnos un poco a Sobrezero? ¿Quiénes sois y cómo comenzó este proyecto musical?
Sobrezero es una banda de pop-rock con influencias del indie, formada por cinco amigos de Madrid con un mismo objetivo: conectar con la gente a través de la música y la energía del directo. El grupo lo integran Josué (voz), Alejandro “Megi” Megino (guitarra), Rubén Calderón (batería), Rubén Gutiérrez (bajo) y Marcos Fernández (teclados). El proyecto nació en 2020, en plena pandemia, cuando Josu empezó a darle forma a la idea de montar una banda. Primero se unieron dos de los actuales miembros, y al año siguiente el grupo se completó con la llegada de los otros dos.

Hace cinco años que empezó esta aventura, y ahora os encontráis en una etapa muy dulce, ganando reconocimiento en la escena independiente y con un público en constante crecimiento. ¿Cómo estáis viviendo este momento?
Sinceramente, estamos muy ilusionados con todo lo que estamos viviendo. Han sido años de mucho trabajo y esfuerzo, y creemos que este momento es el resultado de todo ese camino. Aun así, seguimos sintiéndonos muy agradecidos por el apoyo y el cariño que recibimos, tanto del público como de la propia industria.
Acabáis de presentar vuestro álbum debut, y está teniendo muy buena acogida. ¿Cómo ha sido el camino hasta encontrar vuestra identidad sonora? ¿De qué manera habéis ido construyendo el sonido de la banda?
Desde el principio tuvimos claro lo que queríamos transmitir al oyente: energía, carisma y, sobre todo, buen rollo. El proceso de composición no fue sencillo; fuimos muy exigentes con la selección de canciones porque queríamos que el disco reflejara lo mejor de nosotros. En lo sonoro también lo teníamos claro: guitarras potentes, una batería ágil, un bajo con fuerza y unos teclados amplios que aportarán ese toque indie que buscábamos. Gracias al trabajo de Juan Guevara en la producción y de Felipe Guevara en la mezcla, logramos dar forma a un sonido con el que nos sentimos realmente satisfechos.
Un álbum debut que está publicado por un gigante de la talla de Warner Music. ¿Cómo surgió la oportunidad de trabajar con ellos?
Tuvimos un golpe de suerte. Warner organizaba un máster de industria musical en el que los alumnos tenían que colaborar con una banda para componer y producir una canción. Por casualidad, uno de esos grupos nos propuso participar en el proyecto. Además de tocar en el concierto de fin de curso en el teatro Caixabank frente a toda la oficina de Warner, pudimos hacer migas con ellos. Siempre les tendremos un cariño especial. Resultó que el día de la presentación en el teatro,»enamoramos» a la oficina, y nos ofrecieron trabajar con ellos.
Actualmente vivimos una efervescencia cultural con nuevas bandas de guitarras que surgen por todo el país, especialmente en Madrid, una escena que conecta de muchas formas con vuestra música. Vuestro estilo, por momentos, me recuerda al de bandas como Sexy Zebras o Ultraligera, más que a otras como Carolina Durante o Alcalá Norte, y canciones como “Nena, No Estás” se han convertido en un auténtico buque insignia de la banda.
Para nosotros es un privilegio compartir esta etapa con todas estas bandas compañeras. Somos de los primeros en ir a sus conciertos, así que nos hace mucha ilusión formar parte de este pequeño nicho. Además, nos ilusiona ver que las bandas vuelven a tener su lugar en la industria musical. Estamos viviendo un momento en el que la gente quiere disfrutarlas en directo, y claro, esto nosotros lo estamos aprovechando a tope.
En vuestro álbum Hasta Que el Mundo Estalle, se percibe una personalidad muy marcada tanto en la música como en las letras. ¿Podéis contarnos cómo fue el concepto detrás del disco y cómo trabajasteis las letras de cada una de las canciones para transmitirlo?
Realmente no hay concepto como tal detrás del disco. No hemos partido de una idea principal y seguido ningún hilo. Es un álbum debut y las historias que cuentan las letras de las canciones son nuestras vivencias, tanto como banda como algunas personales, que nos han ocurrido estos 4 años atrás. Es nuestra forma de ver la vida y el amor con las distintas situaciones que ocurren en ambas cosas, simplemente.
Musicalmente también bebéis de la ola indie de la segunda generación, y un ejemplo perfecto es vuestra colaboración con Shinova en “Interferencias”. ¿Cómo surgió esa colaboración y qué os aportó trabajar juntos?
La verdad es que “Interferencias” surgió de nuestra casa. Gracias a un contacto cercano a Gabriel, pudimos enviarle la canción y proponerle hacerla juntos. A él le encantó la idea, y a nosotros todavía más. Trabajar y compartir tiempo con Gabriel fue una experiencia increíble que disfrutamos muchísimo. Desde aquí le enviamos un abrazo muy fuerte a él y a todo el equipo de Shinova.
Además de grabar, habéis tenido la oportunidad de tocar en distintos festivales este verano y debutar en salas míticas como la Sala Sol. ¿Cómo describirías vuestros directos y cómo los preparáis?
Como hemos dicho antes, nos gusta que nuestro show sea potente, y tratamos de que la gente se divierta y grite nuestras canciones a pleno pulmón. Para ello hemos cuidado con detalle cada parte, para poder movernos con libertad en el concierto sin fallar, o al menos no tanto. Afortunadamente, esto no ha hecho más que empezar, así que seguiremos mejorando nuestro show, pensando en ideas nuevas con las que conectar con la gente y hacer de nuestro concierto una mejor experiencia para nuestros colegones.

Próximamente arrancan una gira por varias salas ¿Qué nos podéis adelantar sobre lo que el público puede esperar de estos conciertos?
Que espere mucha energía, rock y sinceridad. Nuestro show está pensado para conectar con el público desde antes de dar el primer acorde. Priorizamos la música, así que casi no hay parones para hablar; solo hacemos un par de ellos para dar dos mensajes que nos parecen importantes. Pero, en general, el concierto está diseñado para que nadie se desconecte de lo realmente importante: la música.
¿Cuáles son vuestras principales influencias a la hora de componer y cómo os ayudan a definir vuestro sonido?
Musicalmente, siempre hemos admirado a artistas y grupos españoles míticos como Leiva, Dani Martín, El Canto del Loco o Izal. Actualmente, también valoramos mucho el sonido y la producción de artistas como Arde Bogotá y Dani Fernández, entre otros. Grupos como Sexy Zebras y Cala Vento nos han servido de inspiración a la hora de pensar en arreglos y adaptarlos a nuestro estilo. Con estos referentes y nuestra propia manera de entender y disfrutar la música, fue bastante claro el camino que queríamos seguir y que hoy define el sonido de Sobrezero.
Mirando hacia el futuro, ¿qué objetivos os marcáis como banda y qué esperáis experimentar en los próximos años?
Nuestro objetivo principal siempre ha sido y seguirá siendo el mismo: dejarlo todo en cada canción, tanto en el estudio como, por supuesto, en directo. Creemos que la mejor recompensa para un grupo sea grande o pequeño, es ver a la gente disfrutar de su música a su manera. Si hablamos de objetivos soñados, los tenemos claros: llenar La Riviera en algún momento de nuestra carrera. Y si seguimos soñando a lo grande, ¿por qué no soñar también con petar el Movistar Arena?
Ha sido todo un placer hablar con vosotros. Por último, ¿qué significa para vosotros la música?
Para nosotros, la música es la forma de expresar situaciones y sentimientos de manera personal, convirtiendo cualquier historia, propia o ajena, en algo que pueda ser también tuyo. Lo bonito de la música, creemos, es que aunque una letra hable de algo concreto, cualquiera puede sentirse reflejado y hacerla suya. Eso es lo que buscamos al componer. Desde un punto de vista más sentimental, la música es nuestra manera de desconectar de los problemas que no se van de la cabeza. Por muy agotados o tristes que estemos, juntarnos a tocar y componer nos da un soplo de aire fresco y un alivio momentáneo. La música, para nosotros, lo es todo.
Texto: Víctor Terrazas






