Motion City Soundtrack regresan una década después de su última aventura discográfica con The Same Old Wasted Wonderful World, un disco que funciona como una carta de reconciliación con su pasado y una declaración de madurez emocional, aunque sin pasarse, que estamos hablando de punk pop y power pop. Producido por Sean O’Keefe —el mismo que dio forma a sus primeros éxitos—, el álbum encuentra al grupo de Minneapolis equilibrando la energía melódica y nerviosa que los definió con una profundidad nueva, nacida del tiempo, las pérdidas y la experiencia. Desde el inicio con la energía contenida de «Some Wear a Dark Heart» y ese hit como solo ellos facturan que es «She Is Afraid», el sonido resulta familiar pero algo más pulido (¿madurez?): guitarras brillantes, sintetizadores protagonistas y las letras de Justin Pierre, siempre entre lo confesional y lo autoconsciente. Lo que antes era ansiedad juvenil, eso sí, se convierte aquí en reflexión adulta, sin que por ello pierdan frescura ni dinamismo.
Entre los momentos más destacados me quedo con «Particle Physic»”, una colaboración con Patrick Stump de Fall Out Boy, que combina ambición pop y tensión emocional, aunque a veces se le va la mano en complejidad, descolocándonos un poco. «Downer», por su parte, crece con las escuchas y se instala como una de las más redondas del conjunto, mientras «Bloodline» recupera el pulso punk, la crudeza y la contundencia de sus primeros tiempos. 35 minutos que fluyen sin relleno y con un ritmo equilibrado entre la euforia y la calma. Regreso sólido, emotivo y, sobre todo, honesto.
Eduardo Izquierdo






