
Soraluze, esa joya escondida entre montes y fábricas de la Gipuzkoa profunda, volverá a convertirse este noviembre en el epicentro del blues más auténtico con la séptima edición del Blues Hotsak. Del 16 al 23 de noviembre, el festival levantará pasiones y decibelios en un valle donde la música negra lleva décadas echando raíces.
No es casualidad: en Soraluze, los conciertos de jazz, rock o blues –también de punk– forman parte de la memoria colectiva desde los años ochenta. Allí nació además una discográfica especializada en sonidos de raíz que ya sopla treinta velas, y de ese caldo de cultivo brotó el Blues Hotsak, un festival tan libre y montañero como su entorno.

La edición 2025 promete una semana cargada de música, cine, literatura y naturaleza. Entre las actividades paralelas figuran una visita a los dólmenes de la zona, plantación de árboles, tertulia literaria, proyección de película, degustación de pintxos, rally fotográfico y un curso de armónica con su correspondiente jam session en el Gaztetxe, porque el blues —ya se sabe— se aprende mejor con un trago y en buena compañía.
El grueso de la programación musical llegará el fin de semana, con tres días de conciertos en distintos escenarios del pueblo. En el cartel, un banquete para melómanos: Joan Pau Cumellas & Tófol Martínez, Mississippi Queen & The Wet Dogs, Ina Forsman, Anari, Carles París, Susan Santos, María Carbonell Blues Mod y Quinn DeVaux, entre otros nombres de calibre.
El Blues Hotsak no es solo un festival: es un ritual de comunidad, una forma de devolverle música al paisaje y alma a la fábrica. En Soraluze, el ruido del martillo se funde con el sonido de una guitarra slide. Y esa mezcla, amigos, suena a gloria.
+info: https://hotsak.eus/es/conciertos/
Texto: J.F. León






