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Nikki Hill – Kamikaze Helmets – Villanos (Madrid)

 

La impulsiva artistas asentada en de Nueva Orleans, dos años y medio después de su última visita, volvió a revolucionar a los presentes con su carismática  presencia. Lo hizo sin nuevo trabajo que presentar, pero con unas cuantas canciones nuevas y un recorrido por su aún abarcable discografía deteniéndose especialmente en el último y ya lejano  Feeline Roots (Deep Fryed 2018).

 

Abrieron fuego literalmente por la flama que estaba cayendo fuera y la que prendieron ya  dentro Kamikaze Helmets. El dúo formado por Gabri Casanova en el teclado y Kike Parra a la batería y voz, no necesitó  de guitarras para arrasar ante un público más expectante que animado -el show lo montaron ellos- con un imbatible torbellino de sonidos funky-rock de alto voltaje… al límite en canciones como «Marvel» con altavoz en mano distorsionando la voz, «My and Myself», «Going Down», «Inmersión» que da títuloo a su segundo trabajo abriéndose al castellano, y especialmente en un «A Uan Ba Buluba Balam Bambú» con solo de batería incluido y una extensa versión del «Take me to the River» de Al Green -artista favorito de Kike según comentó- en middley con otras reconocidos clásicos.

Kamikaze Helmets

Nikki Hill transmitió desde el primer momento alegría  y felicidad con el desparpajo habitual para delirio de un público… atípico por su variedad, y es que la agreste compositora gana audiencia a la vez que su sonido se abre sin perder su garra. No faltó el rockabilly en viejas canciones como «Ask Yourself» o «Strapped to the Beat» con sus excitantes  duelos de guitarra, o acercamientos al reggae «I Can’t Love You Back (It’s a Shame)». También estuvo presente el country de evolución hillbilly «Tell the Next World» o blusero «Struttin’» e incluso virajes hardrockeros  «Just Can’t Trut You» con los punteos en afilada lucha rayando el heavy (algunas camisetas del género se vieron entre las primeras filas).

Todo ello lanzado con intensa y enérgica pasión, pero sin grandes alardes, con la complicidad y confianza que provoca perder el ovalado e hipnótico anillo portado en el índice izquierdo de Nikki para, enseguida ser devuelto por la involuntaria receptora entre el público y recompensada por un amigable beso de la artista  ante sorpresa de la agraciada. De las varias novedades, con muy buena pinta ya rodadas «I’m Not Discreet» sonó muy Motown y «Ready for Your Love» enardeció al respetable con un desenfrenado rithmamblues enérgico con las guitaras de Matt Hill y Laura Chavez brillando, como a lo largo de toda la generosa actuación que se acercó a las dos horas entregada dedicación.

 

Texto y fotos: Cancho

 

 

 

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