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Judas Priest – Bilbao Arena

 

Metal. Y ya. Casi podríamos dejarlo así para que todo el mundo se haga una idea de lo que fue el concierto de Judas en el Bilbao Arena. Con una palabra está claro. Tras sus actuaciones en Resurrection Fest en Viveiro y el Rock Fest en Barcelona, Halford y compañía defendían el 35 aniversario del “Painkiller” (un trabajo del que sonaron siete temas) y triunfaron por todo lo alto.

Abrieron Phil Campbell & The Bastards Sons. El guitarrista de Mötorhead desde 1984 hasta la disolución de la banda en 2015 ahora gira con tres sus hijos: Todd, Dane y Tyla. Y durante tres cuartos de hora calentaron el ambiente, abriendo con “We´re the bastards” y “Stop into the fire”. Obviamente tocaron temas de los Mötor, aunque el esperadísimo “Ace of spades” sonó raro, demasiado acelerado (y eso ya es mucho), no como deseábamos. Pero el bueno de Phil y su progenie estaban para calentar, si es que eso era difícil. Entre la excitación, la canícula adelantada y las ganas de Metal nada podía salir mal y nada salió.

Phil Campbell

Baste decir que según comentarios de peña que les vio en Viveiro, en Bilbao la cosa fue mejor. Un set list demoledor, con una base del “Painkiller”, muchos clásicos y tres temas de su último trabajo. Abrieron con “All Guns blazing” y “Hell Patrol”, antes del primer pepinazo, “You´ve got another thing comin´” y en nada también llegaba “Breakin´the Law”. El sonido mejorando con el paso de las canciones y la parroquia metalera en su salsa, cuernos, puños en alto y pulmones trabajando como las chimeneas de los altos hornos. Raro es que la pista no cediera ante la presión metalera, pues Miribilla es un barrio construido sobre una mina.

Halford, ahí con sus 73 años, no está para echarse unas carreras por la banda, pero su deambular en el escenario a pasitos lentos no puede distraernos de que su voz está a un nivel brutalísimo. Sobrehumano. “Night Crawler”, “Gates of Hell” y “Giants in the sky” (con homenaje en pantalla al Olimpo de quienes ya no están sobre las tablas) dieron paso a un par de temas que elevaron el mito aún más. “Painkiller” y “Electric Eye” no son otra cosa más que Pure fuckin´ Heavy Metal. Si es que no hay que explicar nada. Esto se vive o no se entiende. Como dijo Halford, “This is so much Metal passion”.

Y para el final otros dos hits (se dejaron mi favorito, “Turbo Lover”, todo no se puede), “Hell bent for leather” (joder, la aparición de la moto sigue emocionando aunque sepas de sobra que vamos a verla en escena) y la festiva “Living after midnight”. Brutal. Hora y media y despedida con Rob Halford sentado sobre la moto con su abrigo de parches, mirando a su parroquia con un desafiante cariño. Y con el paso de las horas el Casco Viejo fue inundado por la tropa metalera para celebrar lo que se había vivido,  llegando a provocar quejas de los vecinos por el ruido en los antros metaleros de la zona. Hay que entenderlo, no todos los lunes el God of Metal está en la ciudad.

Texto: Michel Ramone

Fotos: Dena Flows

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