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The Cult – Alma Occident Festival (Poble Espanyol, Barcelona)

 

Después de años viéndoles en Zeleste, Razzmatazz y Razzmatazz 2, era de ley que los Cult acabasen tocando en el mejor recinto que existe en Barcelona para ver música en vivo en los meses de verano: el Poble Espanyol dentro del marco del Festival Alma Occident.Los organizadores contaban con 2.000 personas fijas, todas aquellas que salen de las catacumbas cuando el grupo se pone en marcha. Porque esto es así, y no lo digo de forma peyorativa, los Cult arrastran un cierto tipo de audiencia que asiste a sus conciertos religiosamente y a los de pocos artistas más.

Anoche (27 de junio) podías verles disfrutar y celebrar la vida cuando sonaban los acordes de «She Sells Sanctuary», el estribillo de «Fire Woman» o  el riff stoniano de «Love Removal Machine». Te acordabas de que los Cult formaban parte del rock cuando éste importaba, vendía y cambiaba vidas. No quiero ser de aquellos que dicen que «cualquier tiempo pasado fue mejor», pero es obvio que cualquier tiempo pasado fue diferente, y el rock, como símbolo de la calle y diferencial para marcar una personalidad… Pues bien, ya no lo es tanto.

Viendo a la banda en un escenario grande recodé aquellas palabras de Billy Duffy: «Hubo un tiempo en el que me di cuenta que Ian (Astbury) no pasaría al siguiente nivel y que los Cult jamás acabarían siendo una banda de estadio. Y me uní a él porque eso nos iba a permitir seguir siendo relevantes». Pues sí, relevantes porque en mayor o menor medida, sus obras siguen teniendo un halo que te atrae, un algo que les hace creíbles. Solo ellos pueden tocar «Mirror» de su último álbum, seguir con «Resurrection Joe» de sus primeros tiempos y que la calidad sea igual de alta.

Por el otro lado, si vas a tocar en grandes escenarios, mejor trae a músicos de apoyo, como sí hicieron en giras pasadas. Billy sigue siendo un guitarrista sobrio y seguro, pero ya no llena con sus «big chords» los espacios de antaño y en algún pasaje se echó en falta otro instrumento de base porque el vacío era más que evidente (el batería John Tempesta es extraordinario, pero no es suya la labor de llenar «huecos»). Así que la banda sigue estando entre esos dos mundos, entre la tabla media, la de buena posición en festivales grandes y la de convencer en salas de 2000 personas, no tanto en locales con más amplitud. Y luego podríamos hablar del escaso minutaje (hora y 13) o la intervención sin anestesia a una de las mejores canciones de su trayectoria: «Edie (Ciao Baby)».

Por otro lado, Ian Astbury, al que vocalmente vi mejor hace unos días en el festival Forever Now en Milton Keynes (donde él y Billy tocaron como Death Cult), sigue teniendo el magnetismo, la imprevisibilidad y la gracia de vestir como le dé la gana que seguirá siendo creíble, carismático y atrayente. Ejerce de puente entre este mundo y el de allá, autentico chamán, invocando a sus antepasados, a Jim Morrison (cantó dos versos de «Spanish Caravan») y previendo un futuro seguro para él y su socio, pues jamás se ha visto respirar tanta paz durante tanto tiempo entre él y Duffy.

«There’s a Revolution», cantaba Astbury hace ahora cuarenta años. Los Cult ya no tienen porque liderar una revolución, funcionan mejor como banda singular sin seguidores ni falsos imitadores pululando a su alrededor. Estoy seguro que de aquí a un año o dos volverán con otro álbum diferente y fresco y cuando salgan a la carretera seguirán siendo un grupo fiable. A estas alturas de la película es genial poder pensar que con toda probabilidad esto será así.

Texto: Sergio Martos

Fotos: Miguel López Mallach

One Comment

  1. El concierto estuvo muy bien, he leído que hubo mal sonido. Umm pues no sé dónde estaba el que ha dicho eso supongo que en el lavabo encerrado . Yo estaba en tercera fila y muy bien. El pero? La peña que fue a decirles a sus amigos que habían visto a the cult sin saber quiénes eran. No bailes no muevas el tarro. Oye oye. Vamos a ver qué coj… Haces delante, por diez pavos más tienes un sitio que nadie te molesta. Un concierto rock es fiesta. Dónde estaba yo eran todos menos . Que la gente no cantaba ni se meneaba pues si. El concierto fue cortito pues si , alguien los ha visto una hora y tres cuartos? Por favor, yo he ido a verlos y he disfrutado. Como he dicho buen concierto y excepto un cuarto de peña el resto deberían comprar entradas para los zurillitos. Y me la suda tengo razón.

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