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Bob Weir & Wolf Bros – Royal Albert Hall (Londres)

 

Pocos podían imaginar a estas alturas que Bobby Weir volvería a Europa. Una única fecha en Londres y un concierto especial junto a la Royal Philarmonic Orchestra. Al fin el Royal Albert Hall!. Siempre había soñado con vivir un concierto en ese mítico recinto. Hasta ahora el Paradiso de Ámsterdam era mi sitio favorito, pero el Royal Albert Hall son palabras mayores, imagino que es una experiencia parecida a la que siente un católico al visitar el Vaticano por primera vez.

Una vez dentro, coincidimos con un pequeño grupo de españoles que, como no podía ser de otra manera, encontramos en el bar. Tiempo suficiente para tomar unas pintas y contarnos nuestras batallitas musicales. Subimos hasta nuestros asientos, un poco alejados, la verdad. A la hora prevista la orquesta toma posiciones sobre el escenario para iniciar el concierto con un tema instrumental “Grateful Overture”.

Bobby Weir y sus Wolf Bros se unen a la orquesta para tocar al unísono “Truckin´” del maravilloso American Beauty, quizás una de las piezas más populares del catálogo de los Grateful Dead. Interpretada con la orquesta, la canción transita a un ritmo más lento que la original. Daba la sensación de que cada uno iba por libre, provocando así un cierto caos instrumental.

El pelo y la barba completamente blanca de Bobby junto a esa especie de poncho que descansaba sobre sus hombros le daban cierto aspecto de forajido. La guitarra bluesera de Bobby toma protagonismo en “Black Peter” una de las joyas del “Workinman´s Dead”. Ahora sí, la orquestación encaja perfectamente en el tema.

“China Cat Sunflower” y “I Know You Rider” suenan del tirón y esto anima a la gente a ponerse de pie y bailar. Delante nuestro, un tipo con gafas de sol disfrutaba del “viaje” mientras su rostro dibujaba una sonrisa de lado a lado. Despiden este primer set con “Brokedown Palace”, hasta ahora mi momento favorito. Descanso que la gente aprovecha para subsanar sus problemas de próstata y es que la edad de la mayoría de asistentes no perdona.

Durante el concierto, habíamos visto varios asientos vacíos y decidimos probar suerte. Ya que lo hacíamos, lo íbamos a hacer a lo grande. Tras varios intentos sin suerte, logramos colarnos en uno de los palcos.

 

No sé si fue el subidón de nuestra hazaña o las cervezas que nos habíamos metido entre pecho y espalda pero desde ese momento, me sumergí de lleno en el concierto disfrutándolo hasta el final.

El segundo set empieza a lo grande con “Sugar Magnolia”, otro clasicazo de los Dead. La orgía sonora de “Terraplin Station” y su larguísimo desarrollo hicieron las delicias de los Deadheads más radicales. Pese a la edad, la voz de Bobby sobresale entre los violines durante “Days Between”.

Un par de temas más junto a la orquesta y una ovación de gala con el público puesto en pie. Imagino que habrán sido muchas horas de ensayos antes de poder llevar a cabo un concierto tan especial. En palabras de Bobby, una orquesta que es “un tesoro nacional”. “She Says” y “One More Saturday Night” junto a los Wolf Bros ponen punto final a la velada.

Aunque al principio el concierto se me atravesó un poco con tanta instrumentación, a medida que avanzaba la noche lo fui disfrutando cada vez más. Pasadas unas horas y ya en el hotel, fui consciente de haber vivido una experiencia única en uno de los templos sagrados del rock.

 

Texto y fotos: Daniel García Femenía

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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