“Mi nombre es Andy y soy un adicto a Rush”. Esto dice en tono jocoso el inglés Andy Faulkner en un momento de este libro. Y es que quedó extasiado de adolescente tras escuchar la suite «2112» y poco después su vida dio un vuelco cuando además pudo ver por primera vez a Rush en 1980 (la gira del estupendo Permanent Waves). A partir de ahí no hubo vuelta atrás: su misión en la vida era ver a su banda preferida tantas veces como fuera posible, y si eso implicaba irse solo a Canadá (lugar de origen del súper trío de hard-rock progresivo) o a los Estados Unidos, pues para allá que se iba.
En concreto, ha visto en vivo a Rush un total de 65 veces a lo largo de 35 años, poca broma (y si no los ha visto más veces es por el fin de la banda tras la muerte de su fabuloso batería y letrista, Neil Peart). Lo que podría ser un puñado de crónicas de esos directos (que también lo es), Finding my Way – Half a Lifetime in Pursuit of Rush (“Encontrando mi camino – media vida persiguiendo a Rush”) se acaba convirtiendo en un libro de viajes. Y a veces es tanto o más interesante lo que le ocurre haciendo turismo y conociendo a gente de todo tipo (fans y no fans de Rush).
En este sentido, el único “pero” que se le puede poner al libro es la ausencia de fotografías que documenten mejor algunos de esos viajes. Andy (que también toca el bajo en los grupos Jump y Marquee Square Heroes, un tributo a Marillion) juega sus cartas de fan irredento, explicando con detalle muchos conciertos, pero también sabe escribir con un estilo sumamente ameno, por lo que aunque se trate de un libro autoeditado (lo puedes conseguir en andyfaulkner.net) no quita que tenga un punto periodístico casi profesional. Vaya, como si hubiera estado escribiendo crónicas toda su vida.
Jordi Planas