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El hijo del siglo – Joe Wright (SkyShowtime)

Este cronista reconoce haber fruncido el ceño en el momento de conocer la noticia de la adaptación televisiva del primer volumen de la monumental obra que Antonio Scurati ha escrito, como una muy original biografía novelada, sobre Mussolini. Al saber más detalles, como que Joe Wright, un director bastante ecléctico, se responsabilizaría de todos los episodios o que Pablo Larraín – un cineasta cuyas aproximaciones biográficas siempre han resultado cuando menos interesantes – sería uno de los productores ejecutivos, la cosa parecía ser más atractiva. Aunque el hecho que otro de los productores ejecutivos fuese, además del propio Scurati, Paolo Sorrentino, hacía enarcar de nuevo la ceja.

Y, con todo, a la vista del resultado, podemos afirmar que estamos ante una de esas series que se encontrarán entre lo mejor de la cosecha televisiva del año. Wright no se pone ningún límite y si Mussolini es un producto del siglo XX, su adaptación se inspira en motivos claramente expresionistas – en la coloración, en el uso constante del contrapicado – y futuristas – de ahí el ritmo veloz, las imágenes de fábricas y ruedas de tren —. En esa línea, la aportación musical de Tom Rowlands (The Chemical Brothers), también supone un acierto, puntuando los aspectos más oscuros como más desfasados de los cónclaves fascistas.

El trabajo de Wright, como en el original literario, ofrece un retrato del Duce como un personaje tragicómico, derivado de su propia personalidad excesiva. A ese respecto, es de justicia reconocer que la producción se sostiene gracias al extraordinario trabajo de un Luca Marinelli en constante diálogo con el espectador – puesto que la cuarta pared ya se abolió desde los primeros instantes —, bien secundado por un sobresaliente reparto, en el que también resulta justo destacar los méritos de las dos actrices principales: Benedetta Cimatti – como su esposa – y Barbara Chichiarelli, como la amante e inspiradora de su carrera.

Solo un, pero enturbia la serie: el ocasional subrayado de lo similar del – futuro – dictador con los tiempos actuales: el mensaje “Make Italy Great Again” es inquietante, pero ¿acaso haya existido algún otro – futuro – dictador que no haya erigido su triunfo en la reivindicación y recuperación de un pasado glorioso – existente o no realmente – de su país?

Cristóbal Cuenca

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