Encuentros

Shepard Fairey, cuando una imagen vale más que mil palabras

Shepard Fairey es un artista norteamericano que vivió el apogeo de la escena alternativa en los años 80 y se convirtió en una estrella mediática cuando su cartel con el retrato de Obama puso una nota de esperanza (Hope) en la campaña presidencial de 2008.

Desde entonces, ha participado en proyectos educativos y causas benéficas, ha realizado murales de gran formato en ciudades de los cinco continentes y ha diseñado algunas de las portadas de discos más emblemáticas de las últimas décadas, entre las que destacan Monkey Business de los Black Eyed Peas, Zeitgeist de los Smashing Pumpkins y el legendario Celebration Day de Led Zeppelin. También aprovechó su amistad con el enigmático Banksy para participar en el documental Exit Through the Gift Shop, que estuvo nominado al Oscar en 2011 y mostraba con humor la cara oculta del mercado del arte urbano. A pesar de la fama y del reconocimiento internacional, su manera de trabajar sigue fiel a unos ideales analógicos y sus obras ya forman parte de colecciones permanentes en instituciones tan respetadas como el County Museum of Art de Los Ángeles, el MoMA de Nueva York y el Victoria and Albert Museum de Londres.

Te propongo remontarnos a los inicios de esta apasionante historia. ¿Qué influencia tuvieron el fenómeno del skate y el auge del punk norteamericano en tu descubrimiento del arte?

Me gusta dibujar desde que era un crío, pero el arte tomó una dimensión completamente diferente para mí cuando empecé a ir en monopatín y a escuchar música punk en 1984 porque ambas culturas enfatizaban la creatividad y la filosofía de hacer las cosas uno mismo. Entonces aprendí a hacer stencils, a crear mis propias camisetas y a diseñar pegatinas, sobre todo gracias a la influencia de la cultura del skate. Muchos discos e incluso cierto tipo de ropa eran difíciles de encontrar en mi ciudad, Charleston, y eso me obligó a emplear todo tipo de recursos para hacer y conseguir cosas que estaban relacionadas con el punk y el skate. Mis padres y otros miembros de la comunidad me veían como un “matón”, por este motivo soñaba con mudarme a California, donde podía pasar el rato con mi gente.

Foto: Fuzheado

Formaste parte de la escena underground hasta que te hiciste famoso gracias a tus carteles y murales. ¿Cuándo notaste que el mundo artístico tradicional aceptaba esas disciplinas?

Nunca esperé ser aceptado por el sistema de galerías de arte o los museos. Por este motivo difundí mi trabajo a través de las culturas que me formaron y lo llevé a las calles. Seguramente, con el paso del tiempo, fui aceptado por una parte del mundo artístico porque no seguí el camino habitual y la visibilidad que habían alcanzado mis obras significaba que nadie podía ignorarlas. Estoy feliz de que el mundo del arte haya aceptado esporádicamente el arte urbano y el arte de la contracultura, aunque la mejor parte de todo es que estas dos escenas no necesitan el mundo del arte. Fueron creadas para evitarlo. El mundo del arte solo proporciona una salida más, pero no es la única salida que existe.

En una sociedad cada vez más marcada por las redes sociales y la globalización, ¿crees que los artistas deben ser rebeldes o transgresores para tener notoriedad?

No creo que el arte deba ser provocativo o rebelde, pero en la mayor parte de los casos prefiero que lo sea. Dicho esto, prefiero que esos ingredientes de rebeldía o provocación estén presentes en todo tipo de comunicación y de creación, no solo en el arte visual. Cuando en el mundo hay muchas más fuerzas de manipulación ubicadas en lo más alto de las estructuras de poder, creo que todos debemos asegurarnos de ser honestos para contrarrestarlas.

Tus carteles toman prestados elementos de la cultura pop para confrontarnos con aquellas verdades que se venden como absolutas. ¿Puede el arte influir de algún modo en la sociedad?

Sigo pensando que el arte es una herramienta de comunicación y de inspiración muy influyente, pero poco utilizada. Hoy en día, la gente está expuesta a muchas más distracciones que antes con los nuevos medios de comunicación, así que creo que el arte tiene mucha más competencia y se necesita una obra de arte especial para romper todo ese ruido blanco. Yo trabajo todos los días para crear obras que, con un poco de suerte, consigan este objetivo. Así que, por supuesto creo que todavía es posible influir en la sociedad. Si crees que estoy delirando, por favor, no revientes mi burbuja.

Por curiosidad, ¿podrías explicarnos cuál es tu proceso creativo y qué técnicas utilizas habitualmente para hacer tus obras? Supongo que todo empieza con un boceto en una libreta…

Mi proceso creativo funciona de varias maneras. A veces veo algo en las noticias, escucho un verso de una canción o me quedo con un concepto de un libro que me inspira una idea y me lleva a hacer una ilustración. Otras veces veo imágenes en libros viejos, en periódicos o en Internet que me generan una idea para una obra. Dibujo a mano y escaneo mis ilustraciones para determinar la composición, el color y los elementos tipográficos. Luego combino serigrafía, collage, stencil y pintura tradicional en las piezas definitivas. Formé parte de la última generación que fue a la escuela de arte y todavía no utilizaba herramientas digitales, pero he adoptado el ordenador como una forma de trabajar a base de prueba y error que antes solo podía hacer con tinta y pintura. El ordenador es una gran herramienta, pero no crea el arte por ti, solo mejora tu eficiencia. Mi parte favorita sigue siendo pintar sobre lienzo y en paredes.

Colaboras con el colectivo de artistas California Locos, que reivindica a los pioneros del arte y de la contracultura de la costa oeste estadounidense. ¿Cómo definirías ese legado artístico?

He sido fan de Chaz Bojorquez y de John Van Hamersveld desde hace muchos años. John hizo el póster de la película de surf The Endless Summer en 1964 y ha creado algunas de las obras de arte y de diseño más icónicas de la historia. Organizamos una muestra de su trabajo en nuestra galería, Subliminal Projects, en 2009. Chaz es uno de los pioneros del estilo de grafiti de Los Ángeles y me encanta porque se inspiró en una mezcla del grafiti de las pandillas del este de la ciudad y en la tipografía psicodélica de gente como Rick Griffin. Lo que hoy se conoce como el estilo de grafiti de Los Ángeles no existiría sin Chaz y su influencia se puede ver de manera clara en el trabajo de artistas como Retna. Me familiaricé con el trabajo de los otros miembros de California Locos más recientemente, pero todos mantienen un equilibrio entre las habilidades artísticas y las influencias contraculturales. Llevo en California 28 años y estudié en la escuela secundaria de arte en este estado entre 1987 y 1988. Aunque no soy un «original», la cultura californiana fue una gran influencia para mí desde mis primeros años de adolescencia y siento que ahora controlo bastante este lenguaje.

Texto: David Moreu

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