Encuentros

Reckless Kelly: “Dejar de girar es más difícil de lo que pensábamos”

Pocos esperábamos a estas alturas ver a Reckless Kelly por nuestro país. Y menos aún cuando, de manera errónea, entendimos que el año pasado dejaban de girar. Pero el destino guarda algunos giros siempre, y la presencia de una de las grandes bandas del rock norteamericano de todos los tiempos este verano en nuestros escenarios es uno de ellos.

A través de una conexión por Zoom que empezó con saludos entrecortados, charlé con Willy Braun, alma mater de Reckless Kelly, una de las bandas de americana más respetadas de las últimas décadas. El motivo de la conversación era su visita a Barcelona y Madrid, como teloneros de Lucinda Williams, y su presencia en la próxima edición del Azkena Rock Festival (ver fechas en cartel de gira). Pero la charla nos llevó mucho más allá: su posible retirada de las giras, el futuro de la banda, su relación con Pinto Bennett o cómo surgió uno de sus discos más conceptuales. Desde su refugio en las montañas de Idaho, Braun se muestra cercano, reflexivo y profundamente honesto.

En 2024 parecía que ibais a dejar de girar y hubo hasta una especie de anuncio ¿Qué ha pasado con todo eso? Porque parece que los planes han cambiado.

Sí, lo que dijimos fue malinterpretado. Hemos ido reduciendo nuestros espectáculos los últimos tres años. Cuando hablamos de retirarnos de las giras, no queríamos decir dejar de tocar por completo, sino dejar de estar en la carretera 200 días al año, y tocar 140 o 180 shows. En los últimos tres años ya hemos reducido mucho el número de conciertos, haciendo unos 35 al año. Ya sabes, no se trata solo de estar en giras de un mes de duración y esas cosas. La idea es seguir tocando, pero de forma muy selectiva, en conciertos que nos resulten divertidos a nosotros y al público. Lo cierto es que dejar de girar es mucho más difícil de lo que pensábamos… ¡no estamos acostumbrados a decir que no!

Foto: Cassy Weyandt

Está claro que vivir en la carretera es duro, es algo que aseguráis todos los músicos, pero ¿cuándo os disteis cuenta de que queríais cambiar el ritmo?

La pandemia lo cambió todo. Llevábamos 30 años girando sin parar. No sabíamos lo que era estar en casa. Realmente no sabíamos si había otra manera de vivir, hacer las cosas de forma diferente. Ese parón forzado nos mostró algo nuevo que no conocíamos. Al año siguiente hicimos 70 u 80 conciertos. Y nos dimos cuenta de que no es que no nos guste lo que hacemos, pero a algunos del grupo les apetecía pasar más tiempo con sus familias, y en mi caso, estar aquí en Idaho, en las montañas, me hizo ver que necesitaba más equilibrio. Aquí es donde pasé la pandemia, y aquí es donde vivo. Seguimos amando la música y los viajes, pero no podemos vivir solo para eso.

En el caso de los songwriters la carretera suele ser un elemento bastante motivador ¿Tocar menos influye en tu forma de componer o en la temática de tus canciones?

Pues creo que ayuda. Al tener más tiempo libre, puedes escribir sin presión. Ya tengo muchas canciones sobre la carretera, quizá ahora pueda escribir sobre otras cosas (risas). Pero no te voy a mentir: cuanto más mayor me hago, más difícil me resulta escribir algo que no haya escrito ya. A veces estoy a la mitad de una nueva canción y pienso “oh, mierda, esto ya lo he escrito”. Te das cuenta de que es muy parecido a algo que ya has hecho porque generar nuevas ideas es un poco más difícil que cuando tenía 25 años (risas)

El último disco, The Last Frontier es excelente, como siempre. Tiene unos meses ya, pero quería preguntarte por Jonathan Tyler que participa como productor junto a vosotros. Me gusta mucho lo que hace ¿Cómo fue trabajar con él?

Jonathan es un tipo genial. Llevamos años siendo amigos, y mi hermano Cody ha trabajado bastante con él en los últimos años. Fue idea suya traerlo como coproductor. Hacía tiempo que no trabajábamos con un productor externo, y necesitábamos oídos frescos. Él aportó ideas que cambiaron algunas canciones por completo. Así que hay cosas que no hubieran sucedido como sucedieron si él no hubiera estado allí.  Además, es relajado, buen músico, gran escritor… Hizo que todo el proceso fuera muy divertido.

Ninguna canción del disco pasa de los tres minutos. No recuerdo donde, pero creo que te leí decir algo así como que “la idea era hacer un álbum al estilo de las canciones pop de la vieja escuela de los años 60 que debían caber en un disco de 45 rpm”. ¿Qué te llevó a ese reto?

Tenía la idea desde hacía tiempo. Hoy en día la gente tiene la atención de un pez: no escuchan una canción entera, ¡imagina un álbum! Así que decidí hacer un disco al estilo del pop de los 60: temas cortos, directos. Fui guardando canciones que encajaran en ese formato y lo conseguimos sin forzarlo. Pensé que encontraría cierta resistencia en el resto de la banda, pero no fue así. Una vez en el estudio no tuvimos que pensarlo mucho, salió como algo natural. Hay un par de melodías que quizá podrían haber pasado de los tres minutos, pero creo que hicimos lo mejor para cada canción. Al final, el promedio de duración es de unos 2:45, y creo que funciona muy bien.

También habéis probado algunos sonidos nuevos, al menos en vuestra paleta de colores habitual.

Creo que suena como un disco de Reckless Kelly. Pero es evidente, como dices, que hay nuevos arreglos, y las canciones se trabajaron de una manera diferente. Por ejemplo, hay diferentes sonidos de batería. A veces suena muy seca. No te das cuenta en el estudio, pero luego la oyes y dices “guau, esto está muy bien”. Jonathan no ha cambiado el sonido de la banda, pero sí el sonido del disco ¡y para bien!

Hay un tema, «Lightning in a Bottle», dedicado a Pinto Bennett, al que ya dedicasteis el disco Somewhere in Time ¿Por qué ahora?

Pinto era un héroe para nosotros, y amigo de mi padre. Hicimos un disco entero con sus canciones, y podría haber sido incluso doble. Murió en 2020, y aquella noche, tras unas copas y con la emoción a flor de piel, escribí la canción. Me llamó mi amigo Jeff Crosby, que escribió algunas canciones del disco conmigo, para darme la noticia. Al día siguiente estaba ahí, sobre la mesa. No la cambié mucho. Fue una forma de rendirle homenaje.

Una pregunta tremendamente personal. Mi favorita del repertorio de Pinto es «The Ballad of Elano de León», que versionáis en ese disco que citas ¿Me cuentas quién era?

Era un chico mexicano de la zona de Boise que desapareció. Encontraron su bici, pero nunca más se supo de él. Nadie sabe si cayó a un canal o si lo secuestraron. Me impactó mucho su historia. Es uno de los temas más potentes del disco, muy rockera y tenemos a Joe Ely cantando con nosotros, lo cual fue un lujo porque es un auténtico héroe para la banda.

En American Jackpot, vuestro trabajo anteriorm tocáis temas muy relacionados con la identidad estadounidense. ¿Cómo ves ese álbum ahora después de unos cuantos años?

Lo lanzamos durante la pandemia, y pasó algo desapercibido por todo el ruido mediático de la epidemia y todo eso. La idea vino de una conversación con Corb Lund, que dijo algo como: “Qué suerte vivir en esta época y en este lugar.” Y de ahí surgió el concepto: no una oda patriótica ni un disco de protesta, sino historias americanas. Es como que de todos los momentos en los que podríamos haber nacido o haber ganado el premio gordo porque vivimos en una época tan próspera, estábamos ahí, y eso era común a mucha gente. Por eso en el disco también hay canciones sobre mi abuelo, sobre Jackie Robinson, sobre el Gran Cañón… Algunos asumieron que sería un disco anti-Trump, pero solo hay un par de temas con ese tono. Creo que mucha gente simplemente al ver el título lo presupone porque conocen mi postura política. Además, luego sucedió que teníamos tiempo para grabar más canciones y acabamos haciendo temas sobre chicas (risas) y convirtiendo el disco en doble.

Tú y tu familia sois de Idaho, pero os mudasteis a Austin. ¿Qué papel jugó eso en la historia de Reckless Kelly?

Fue clave. Nos mudamos por nuestros héroes musicales: Guy Clark, Steve Earle, Rodney Crowell… Queríamos estar donde estaba la música en vivo. Empezamos a tocar seis o siete noches por semana, y ahí se forjó el sonido del grupo. Además, conocimos a gente como Joe Ely, Robert Earl Keen, Dale Watson… todos nos apoyaron, nos invitaron a tocar con ellos o a colaborar. Simplemente estar expuestos a esa música fue realmente inspirador, especialmente cuando estás aprendiendo a escribir.

El año pasado ganasteis el premio al mejor grupo outlaw en los Ameripolitan Awards. ¿Qué significó eso para ti? Porque no son unos premios cualquiera.

Fue algo muy grande. Esos premios los organiza Dale Watson, como alternativa a los grandes premios del country, que valoran más las ventas que el talento, y se entregan en el Moody Theatre de Austin. La CMA o la ACM valoran más las ventas que cualquier otra cosa. Dale es un tipo directo: si no le gustas, te lo dice. Que él nos reconozca nos hace sentir parte de algo auténtico.

También celebrasteis el 40 aniversario del Braun Brothers Reunion ¿Cómo habéis logrado mantener esa iniciativa tan curiosa tantos años?

Nuestra familia siempre ha estado unida por la música. Mi abuelo tocaba, mis tíos, mis hermanos, ya sabes…Mi padre y mi madre han estado más de cuarenta años haciendo música. El festival es un evento muy familiar, en las montañas, al aire libre, con un cartel muy cuidado. Limitamos la venta de entradas para que sea cómodo y se hace un pueblo muy pequeño. Tenemos un espacio para 10.000 personas, pero lo limitamos a 3.500. La gente viene incluso sin conocer a los artistas, porque sabe que descubrirá buena música. Seleccionamos las bandas con mucho mimo. Es algo muy especial.

Ya que hablamos de familia, Tus hermanos han sacado algo nuevo ¿no? Creo haber oído una canción nueva de Micky & the Motorcars (Nda. Banda integrada por Mickey y Gary Braun, hermanos de Willy).

Sí, tienen nuevo disco en camino. Ya he escuchado algunas cosas y suena muy bien. Como dices, sacaron un single hace poco, y el álbum completo no tardará en salir.

Para acabar, este año 2025 se cumple el 20 aniversario de Wicked Twisted Road, un disco que siempre has dicho que fue muy especial para vosotros ¿Habrá algún tipo de celebración o conmemoración?

Claro. Vamos a tocar más temas que nunca del disco en directo, y además vamos a reeditarlo en vinilo por primera vez, lo cual me hace mucha ilusión. Ver esa portada en grande va a ser genial.

Texto: Eduardo Izquierdo

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