Encuentros

Protones, guitarras son cuchillas

 

Si hay una banda que supo asimilar, reformular y poner al día las enseñanzas de los grandes clásicos del power pop británico y, sobre todo, americano de finales de los años setenta y comienzos de los ochenta, esos fueron -¡y son!- los Protones. Y lo mejor es que, lejos de la usual fotocopia más o menos apañada, ellos lo hicieron con similares dosis de personalidad y de talento.

Sobrados de energía y con un cargamento de fantásticas canciones propias que mezclaban con clásicos de Romantics, Joe Jackson, los Jam o The Church (ese fabuloso The Unguarded Moment que se convirtió en imprescindible en todas sus actuaciones), los Protones alumbraron la escena independiente de los primeros años noventa con una imponente puesta en escena y unos directos verdaderamente arrolladores.

Felizmente, los caminos del quinteto y del fanzine Rock Indiana confluyeron cuando este último ofreció al grupo la edición de un primer single que se publicaría junto con el número cero de la revista. Fanzine y disco se presentaron con llenazo en El Sol, y la primera tirada se agotó en cuestión de días.

La banda, acompañada siempre por Rock Indiana, echó a rodar, llegando a publicar cinco fantásticos álbumes de estudio y un buen montón de singles y ep´s, además de participar en todo tipo de homenajes y discos recopilatorios.

Con Pepe, su vocalista, viviendo en Los Angeles (Estados Unidos), la continuidad de la banda resulta obviamente complicada, pero ahora el quinteto ha aprovechado la visita del canario para montar dos bolos que, sin pensártelo dos veces, no deberías de perderte por nada del mundo.

Los Protones en directo.

Sábado 28 de junio. Sala Copérnico. Entradas: https://entradium.com/gl/events/protones-are-back-in-town

Sábado 5 de julio. La Palma.

Han pasado más de treinta años desde que iniciasteis el proyecto musical de Los Protones, ¿Qué planteamientos musicales teníais para el desarrollo del grupo en esos momentos?

Cocolo: Yo por aquel entonces era como el prota de High Fidelity (la novela de Nick Hornby, 1.000 veces mejor que la película, por cierto), y me encantaba grabar cintas de recopilación de mi música (punk del 77, nueva ola del 79-80…) para mí y mis amigos. Y aspiraba a tocar un concierto en el que el repertorio fuese el de aquellas cintas, e incluso llegar a grabar canciones que no desentonasen al meterlas en medio de una de mis recopilaciones. Y también queríamos hacer algo así, porque necesitábamos que hubiera alguien tocando ese tipo de música en directo, y en 1992 no conocíamos a nadie que lo hiciera.

Carlos: La verdad es que cuanto éramos chavales mamamos la nueva ola (Cocolo y yo estuvimos en el mítico concierto de ramones en Vista Alegre) y eso era lo que nos gustaría poder tocar, aunque nos parecía algo bastante remoto.

Arturo: todo lo que fue la efervescencia punk de finales de los 70 nos tocó. Recuerdo ver por entonces un vídeo de los Stiff Little Fingers en directo cargado de dinamismo y excelentes canciones, de los que decías: “joder, yo de mayor quiero ser como estos tipos”.

Empezasteis en una época que aparecieron muchas bandas, ¿Fuisteis el grupo que mejor desarrolló el género del power-pop por ese entusiasmo energético en canciones pegadizas?

Cocolo: Me gusta lo de «entusiasmo energético en canciones pegadizas», incluso diría «entusiasmo pegadizo en canciones energéticas». Aunque compartíamos con muchas de esas bandas la faceta más ramoniana (melodías sencillas y pegadizas sobre un muro de distorsión guitarrera), nosotros intentábamos, además, introducir otras influencias, algunos arreglos de guitarra, bajo o voces un pelín más elaborados y «variados», pero sin virtuosismos, reflejando unas influencias algo más variadas que el punk de raka-raka [hace gesto de aporrear una guitarra al estilo Johnny Ramone].

Carlos: Ciertamente nuestros primeros discos y directos estaban un poco subidos de vueltas y había gran influencia pop-punk (dichosos Undertones).

Pepe: Había un caldo de cultivo en el que nos reconocíamos bandas afines, bebiendo de fuentes comunes pero cada uno con su particular estilo.

¿Cómo recordáis aquella época en general?

Cocolo: Muy divertida, mucha juerga, mucho entusiasmo musical… en cada calle de Malasaña había 2 o 3 bares con buena música, venían bandas maravillosas a tocar. El grunge empezaba a sonar por todas partes, pero a nosotros el grunge nos pilló pendientes de otras cosas, y no le hicimos mucho caso, la verdad.

¿Cuáles eran entonces vuestras influencias? ¿Tenía cada miembro del grupo gustos diferentes o coincidíais en los fundamentales?

Cocolo: La música que nos gustaba era, esencialmente, el punk británico y americano del 76-77 y la New Wave post punk del 78-80, en eso coincidíamos todos.

Carlos: Nueva ola, punk inglés y americano (matadme, puretas) y cada uno traía su mochila: Cocolo con sus Vibrators y orígenes de rock and roll más clásico, Arturo con su adoración a Mr. Weller, yo con muchos kilómetros de los Rolling. Pero luego hay unos discos que habíamos escuchado todos que tienen mucha huella en los Protones: Vapors, Undertones…

¿Fue clave para la banda que Rock Indiana se fijara en vosotros?

Cocolo: Sin duda. De repente, le importábamos a alguien que no sólo compartía nuestros gustos (de esos había muchos), sino que además nos sacaban en discos, en fanzines, nos llevaban a la radio, nos presentaban a otras bandas afines de las que no habíamos oído hablar… y encima eran unos tíos estupendos, con los que teníamos muy buen rollo.

Pepe: Totalmente de acuerdo. Vaya subidón nos dio. Pablo y Fito siempre fueron entre cómplices y mecenas. Son familia.

El debut discográfico se produce en el 1994 con el single Footsteps, un pepinazo energético que marcaría el rumbo musical de Protones, ¿Qué significó este primer single para vosotros?

Cocolo: Era la primera vez que entrábamos en un estudio (RockSoul, con Ricardo del Castillo y su hermano Carlos Torero), Y estábamos fascinados, todos nos parecía una maravilla, aunque viéndolo con el tiempo te das cuenta de que cometimos todos los errores que pueden cometer unos pardillos, novatos en un estudio, que es lo que éramos nosotros, claro..

Ricardo era un tipo estupendo, pero no conocía la música que nos gustaba, ni sabía cómo queríamos sonar. Y tampoco nosotros se lo sabíamos transmitir, así que aunque las canciones llevábamos mucho tiempo tocándolas, no terminaron de sonar como nos hubiera gustado.

Carlos: Éramos novatos totales, y el disco sonó un poco como éramos en realidad: un poco precipitados, con muchísima intención, y más preocupados por lo que transmitía que por cómo lo grabamos.

Para grabar vuestro primer larga duración, Cartunes, cogéis las maletas y os vais directamente a La Factoría de Los Hermanos Dalton, en San Fernando (Cádiz), ¿Qué nos podéis contar de aquella grabación?

Cocolo: Yo descubrí a los Dalton cuando Pablo Carrero nos propuso ir a grabar allí, y flipé con su primer disco, me pareció que tenían todo lo que se le podía pedir a un grupo de power pop, o pop cañero o como lo quieras llamar. Guitarras, energía, melodía, velocidad…

Cuando llegamos a San Fernando para pasar una semana allí grabando con ellos, flipamos aún más. Tuvimos muy buen rollo con ellos, un buen rollo que nos dura a día de hoy.

Carlos: El tiempo que estuvimos en San Fernando con la familia Dalton fue de total comunión con el grupo y con ellos, incluyendo sus padres. El buen rollo del grupo es imprescindible para entender a los Protones. Si no te los pasas bien tanto tocando como en las relaciones personales, no funciona, no serían los Protones. Y tirarte una semana con tus amigos tocando las canciones que te gustan y disfrutándolo, es realmente una de las mejores experiencias que se me pudieran ocurrir.

Pepe: Comparto mucho de lo dicho por mis compañeros, pero añadiría las tortitas de camarones.

Desde ese momento gracias a la repercusión que estabais teniendo os requieren para tocar con grupos como The Plimsouls, DM3 o The Mockers, ¿Cómo vivisteis aquellos momentos?

Cocolo: Compartir escenario con mis ídolos musicales es otro de mis sueños cumplidos. Con los Plimsouls fue especialmente emocionante, porque el batería era Clem Burke (Blondie, Romantics, Ramones…), mi batería favorito de todos los tiempos, y jamás olvidaré el momento en el que yo estaba tocando y al mirar atrás le vi entre bastidores de El Sol, bebiendo un cubata, moviendo la cabeza al ritmo de nuestra canción, con cara de estar disfrutando de nuestra música, y saludándome con el pulgar hacia arriba. En aquel concierto también estuvo Paul Collins, y subió a cantar con ellos un par de canciones de los Nerves, y luego nos felicitó por nuestro concierto.

El tercer elepé lo produjo Paul Collins, ¿Cómo surgió esta aproximación de Paul con la banda? Supongo que sería uno de vuestros héroes musicales…

Cocolo: Lo era, y lo es. Paul es uno de los más grandes compositores e intérpretes de pildorazos power-pop/nueva ola guitarrera que han existido. Nos conocimos el día del concierto de los Plimsouls, y creo que ya entonces mostró interés en nosotros y Pablo Carrero le ofreció producir nuestro tercer disco, «Not that difficult».

Pablo: Así fue. Desde entonces hemos mantenido un contacto más o menos estrecho con Paul Collins. Particularmente, toqué con él durante casi cuatro años, entre 2004 y 2008 junto a otro protón, Octavio Vinck, gracias a quien entré en aquella banda. Fue una manera muy buena de seguir tocando tras la disolución de los Protones a finales de 2002.

Pepe: Otro miembro honorífico de la familia protónica. Mentor y camarada a partes iguales.

A raíz de este disco hicisteis una gira por muchos sitios, incluida California y participación en el International Pop Overthrow, ¿Qué sensaciones os dejó esta gira?

Cocolo: Recuerdo verme con mi guitarra por Hollywood Boulevard y sentir que estaba en una puta nube, aquello no me podía estar pasando a mí!

Tocar tres o cuatro noches con decenas de bandas fantásticas, conocer a músicos que admirábamos… Recuerdo que la noche que llegamos a L.A. fuimos a un concierto de varias bandas, parte del International Pop Overthrow.

Pepe: Aquel viaje fue la bomba. Sentirte parte de una comunidad de almas gemelas, el mogollón de música impresionante (“International Pop Overdose”, decíamos al final), y para qué engañarnos, ese rollito de primera vez en Hollywood! Puro éxtasis vaya.

En Nuclear waste. The rest of Protones recogíais todas las versiones que habíais grabado, ¿Qué supone para vosotros esas versiones? ¿Es un divertimento? ¿Un homenaje? ¿Cuáles de todas ellas son vuestras favoritas?

Cocolo: Sí a todo. Casi siempre escogemos versiones de bandas que admiramos y que significan algo para nosotros, y es emocionante ver que somos capaces de transmitir parte de la energía que aquellas bandas nos transmitían. A veces es imposible llegar a la suela de los zapatos a las originales, como cuando hemos versioneado a Rockpile o los Knack, pero otras veces me ha gustado mucho nuestra versión, casi tanto como la original o incluso más, como cuando hicimos Anytime at all, de los Beatles, o Too Near de los Berracos, o Rompeolas, de Radio Futura.

En breves palabras como me definiríais la andadura musical de Protones.

Cocolo: Bueno, parafraseándote a ti, somos un colectivo que comparte el entusiasmo energético por las canciones pegadizas y potentes, y que lleva más de 30 años practicándolo, manteniéndolo y propagándolo.

En realidad el grupo nunca se ha separa y, de hecho, habéis reaparecido puntualmente, como haréis a finales de junio en Madrid y el Canarias, ¿En qué situación os encontráis ahora mismo? ¿Qué esperáis de esos conciertos?

Cocolo: Aunque a lo largo de nuestra historia hemos cambiado bastante de formación, jamás nos planteamos sustituir a Pepe, el cantante. Así que, cuando se fue a vivir a California, nos quedamos en stand-by. Seguimos manteniendo el chat con todos los miembros de la banda, seguimos descubriéndonos música unos a otros, participando en proyectos musicales de cada uno… y cuando tenemos una buena excusa, nos juntamos para tocar. Hace año y medio Pepe hizo escala en Madrid un domingo por la noche, y montamos un concierto improvisado. Hace un par de meses, en el sesenta cumpleaños de Carlos tocamos (sin Pepe) para sus invitados, y hemos montado una reunión en toda regla, aprovechando que Pepe está una semana en Madrid, y estamos ya ensayando para ese concierto.

Pablo: Sin PP mantener el grupo en activo se antojaba muy difícil. Pero en los últimos años hemos hecho varias reuniones. Alguna con él (improvisada como dice Cocolo) y otras sin él porque no había más remedio (PP vive en San Francisco). Me ha tocado cantar varias veces. Sustituir a PP es imposible, puedo asegurarlo. Así que en El Sol esperamos poder brindar a todos nuestros amigos y fans varios.

Texto: The Profe

 

One Comment

  1. WILD MICK RIOT

    Una banda innecesaria, aburrida, mediocre, insulsa, muy lejos de la decimoquinta maravilla que pretendía vendernos la publicidad del sello del nieto del que voló. Suele pasar.

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