Pogo tropical y brindis lisérgico entre volcanes
Por las Islas Afortunadas, irse de belingo significa irse de fiesta ¡y ya tocaba! Es cierto que aún estábamos degustando “Todas las cosas buenas” (25) que nos trajeron Rufus T Firefly a Lanzarote, pero a las cuidadísimas citas previas al festival de junio que organiza el mismo Sonidos Líquidos, The Belingueo, un servidor no asistía desde aquel bolazo de nuestros queridos Alberto & García, allá por 2022. Mismo rincón mágico en un año muy especial para la mítica Bodega El Grifo, que celebra entre volcanes su 250 cumpleaños.
Para la ocasión una selección de algunos de sus mejores vinos acompañando manjares de la tierra y un concierto que estaba llamado a despertar Timanfaya al completo, a base de ritmos tropicales con mordida rockabilly-surf, los incombustibles Mejillones Tigre. La banda de Jaén está a punto de sacar su tercer largo y no tardan en prender la mecha con un “Dale candela” que se mete en el bolsillo al público lanzaroteño en pocos segundos. Y es que había ganas de primavera, de brindar y mirar “la candela de tus ojitos, ay ay ay la candelita que me enciende cuando los miro”. Palmas al viento y la homónima “Mejillón Tigre” hace que prosiga la mutación yeyé de la velada, agua de fuego seguida de “Mejor que tú”, uno de los adelantos de su nuevo trabajo, con el que nos ganan a la primera, rebosante de psicodelia pop a los teclados y voces, con luminoso regusto a The Who en vena.
La diversión no cesa y los sones levitadores tampoco, ya sea con la búsqueda del chamán para que nos recete “Ayahuasca”, con la garagera y vibrante “Radiación” de ese amor que huele a chamusquina, o ese bocado en el pecho previo, por un “Vampiro” yeyé “que te come el corazón”. El público se caldea y sí, Los Mejillones lo demuestran una y otra vez, saltando, bailando entre el público y quemando las naves sobre el escenario: “La cumbia es el nuevo punk”. Los ritmos hipnóticos y serpenteantes, con ricos caldos del El Grifo que vienen y van, se apoderan de los cuerpos de todas y todos los presentes, haciendo que hasta el Volcán de El Cuervo se tambalee al son irresistible de “Lamento lisérgico”, las guitarras quinqui de la seductora “No dices ni mu” o la cuenta atrás de “40 grados (o más)”.
No hay pausa y la pregunta flota en el viento, en busca de eso que todas y todos necesitamos, “¿dónde está el amor?”, hasta el más satánico del barrio lo pide a gritos en “Satán es amor”. Güiro al poder y el ritmo rasposo e irresistible de la “Cumbia de Pascual” nos cala hasta los huesos, para seguir rezumando diversión, “fumigando veneno y repartiendo su amor” en esa “Avioneta” trópico-lisérgica que sobrevuela La Geria. El sexteto de Jaén nunca fallan y la balacera de hits y letras desternillantes made in Mejillones nos zarandea con los celebrados tortazos de Bud Spencer que “Destruye(n) al influencer”, dos balas de surrealismo ultratumba de su largo debut “Tropical y salvaje” (20), “Apocalipsis zombie” y “Encuentros misticoeróticos con Sheela” y, sin parpadear, fin de fiesta bajo el “pogo tropical” triunfal de “El fuego” (23), una cumbia que suena hasta en la NASA y tardaremos en sacarnos de nuestras cabezas, más dos últimos tragos con las copas al aire por esos dos siglos y medio de El Grifo, “Agua de fuego” para tomar y the last vals con “La danza del pacharán”.
“Veo a la gente pasar, veo a la gente salir, veo a la gente pasar y nunca me toca a mí…”. Nos quedamos con ganas de más y, como cantaron en una inédita “Tiene que ser” que nos cautivó y que sonó por primera vez en directo aquí en Lanzarote, estamos seguros de que tiene que ser muy pronto, de nuevo, nuestro momento… y el de Los Mejillones Tigre, con ese tercer disco, “Me gustó más el libro” (25), que ya esperamos con los brazos abiertos. Mientras tanto, desde el corazón de La Geria y por 250 años más, como recitó Borges: “Vino, enséñame el arte de ver mi propia historia como si esta ya fuera ceniza en la memoria”.
Texto y fotos: David Pérez Marín
