Hay un lugar común cuand se habla de bandas que han dejado una huella en la historia del rock and roll, marcada por la honestidad, como sería el caso de The Clash o de The Jam. Algo similar sucede con los festivales como el Deleste. el más longevo de cuantos se realizan en Valencia, con una oferta en que volvía a combinar calidad, experimentación y valores seguros. Una propuesta que la casualidad quiso que coincidiera con otro festival rancio y televisado, regado con millones de euros públicos y envuelto este año en una vergonzosa polémica.
Así los Jardines de Viveros se convirtieron durante dos días, en el escenario de la decimotercera edición del festival, que abrió el viernes con su propuesta más electrónica, pero heterodoxa. Lo demostraron los valencianos Faixa, con su folk valenciano de sintetizadores, al igual que Yellow Days, o lo que es lo mismo, la visión de George van den Broek tiene del soul.
Aunque el grupo más relevante de la primera jornada eran los austriacos Kruder & Dorfmeister, que transformaron los jardines en una pista en la que bailar la sesión que tenían preparada, fue la noruega Anna Loterudd al frente de Anna of he North, la que realizó la mejor actuación del viernes. Sus melodías evocadoras a medio camino del electro-pop y del synth-pop fueron disfrutadas por un público entregado, al que regaló una versión del tema “Nothing Compares 2 U”.

El sábado aguardaba un cartel en el que las guitarras se hacían un hueco con autoridad. Abrieron fuego los valencianos Mr Sanchez, con sus guitarras afiladas y contundentes, seguidos por los británicos Deadletter, con un Zack Lawrence desatado en el escenario, demostrando que ha nacido para esto.
Mención aparte merecen Teenage Fanclub, uno de los grupos más queridos por la parroquia valenciana desde que telonearan a Nirvana allá por 1992. Los británicos nunca defraudan, ya que sus canciones son imperecederas, propietarias de un sonido auténtico, por el que transitan el power pop, el jangle pop y cualquier otro subestilo que se precie de hacer melodías brillantes. A los de Glasgow les sucedieron otros compatriotas, en este caso de Londres, The Vaccines. Con 10 años de trayectoria demostraron en el escenario, porque son uno de los grupos más aclamados del rock británico actual. Con un sonido propio que no oculta influencias de bandas como Pulp, Editors o Snow Patrol, los londinenses desplegaron la mejor actuación del festival, con canciones directas sin rodeos, que hicieron vibrar al público congregado, seducido desde el primer acorde.
El espectáculo sonoro de Death in Vegas supuso el cierre tranquilo de una nueva edición del Deleste Festival, que volvió a convocar a miles de valencianos que entienden la música desde la independencia, la visión alternativa y la simbiosis de escenario, músicos y Dj’s. Otro tipo de festival es posible y el Deleste lo volvió a demostrar.
Texto: Amadeu Sanchis Labiós
Fotos: María Carbonell
|
El deleste no es ni de lejos el festival más longevo de Valencia…..mírate por ejemplo el Surforama que va por la 21 edición….solo por decirte uno…