«Deseo que mi música sea apreciada, pero no busco complacer, sino conectar»
La cantante y compositora jienense reivindica a la mujer libre y la verdad «desde las entrañas» en su tercer álbum Hermana Bruja. Sus conciertos serán más aquelarres que nunca, y los primeros ya están invocados: Madrid (Moby Dick, 29 de mayo), Sevilla (Sala Malandar, 1 de junio) y Jaén (Baños Árabes, 5 de junio).
2025 y aún denunciando cazas de brujas. ¿Cómo de afilada está esa guadaña?
En 2024 se prohibió la voz en público de las mujeres en Afganistán. Sigue habiendo ablaciones en algunos países, en otros están permitidos los matrimonios infantiles, hay niñas que mueren en su noche de bodas. Denuncio el término «bruja» porque se aplica a mujeres que quieren ser libres. Me encantaría no tener que pensar en esto, pero me revuelve, como el olor a podrido. No escojo cómo reaccionar.
¿Por qué una mujer empoderada se siente una amenaza?
Quizás quien mejor puede responder es quien ve la amenaza en nosotras. Puedo suponer que es porque pone al temeroso en una posición incómoda. Me da mucha rabia que alguien piense que ampliar la libertad de uno merma la del otro. Si antes te lo hacían todo, ahora tienes que empezar a hacer. Eso es lo que molesta: es más justo pero más trabajoso para el que pierde el poder sobre nosotras.
Hermana Bruja es un disco muy completo, que mezcla diferentes estilos pero que suena coherente en su conjunto. ¿Nos compartes la poción mágica?
(Risas) ¡No sé cuál es! Imagino que la coherencia viene de que todas las canciones han nacido de mí. Me gustan estilos muy diferentes, tengo loco al algoritmo: lo mismo me pongo a Chopin, que lo último de Idles. No me gustan los poemas que no entiendo ni la gente que usa pedanterías para parecer mejor escritor. Ahí es donde creo que está el nexo común de todas mis canciones, en la forma de contar las cosas.
Es tu tercer disco. ¿Mismo vértigo?
Sí, y es maravilloso. Vértigo porque su tiempo de vida ya está en manos de los demás; y porque hay mucho tiempo, energía y dinero invertido. Creo que es mi mejor disco, que canto y compongo mejor. Me autogestiono, haber llegado al tercero me parece un pequeño milagro. Estoy muy satisfecha con el resultado, tanto en lo musical como en el arte que lo acompaña. Y, por fin, ¡he editado en vinilo! Soy fetichista con eso.
Aseguras tener más seguridad en ti misma «como mujer, como persona, como creadora». ¿Estás en tu mejor momento vital y creativo? ¿Qué ha alimentado esa confianza?
Estoy en un momento vital maravilloso, ¡he escrito mi primera canción de amor! (risas). Creativamente, supongo que como cualquier actividad, la experiencia te va dando más soltura y herramientas. Llevo años tomando clases de canto, eso me ha permitido usar registros que no tenía en el primer disco. “Se-pulcra” no podría haberla cantado hace cinco años. No sé si la palabra es confianza; creo que ya no espero la aceptación ajena. Por supuesto deseo que la música sea apreciada, pero no busco complacer, sino conectar. No hago concesiones populistas, no como de mi música (aunque me encantaría). Bastante vendo de mi vida en mi trabajo normal como para hacerlo también en mis canciones.
Siempre ha habido una garra rockera en tu música, pero esta vez te acercas al rock de una manera más sutil, quizá. Pongamos por caso “Se-pulcra”. Delicada y desgarradora a la vez, es clave en este disco. ¿Cómo y por qué te has embarcado en estos senderos?
No sé explicar el cómo, ha surgido naturalmente. Paco Lamato, el mezclador, me dijo que había más rock en “Se-pulcra” que en otras obviamente rockeras. “Se-pulcra” y “Requiem Guadaña” son sin duda las más desgarradoras, las más íntimas. La sinceridad con traje de jirones. La belleza y el dolor se dan la mano más fácilmente de lo que pueda parecer a primera vista. Quizás eso es el rock en realidad, la verdad desde las entrañas. Para “Requiem Guadaña” tenía claro que quería utilizar la base del Dies Irae (himno del s.XIII que se cantaba en las misas de difuntos). Describo el entierro de un amor, para darle paz para siempre. En “Se-pulcra” quería escribir sobre el personaje de la S’ggabadora de Cerdeña y la melodía vino sola.
“Bruja” es una reivindicación con sonidos de folklore que evocan a artistas del otro lado del charco, como puede ser Violeta Parra, con quien (creemos) te sientes muy conectada. ¿Qué ‘brujas’ han inspirado este álbum?
¡Ay! Violeta es maestra y guía, como Chavela Vargas. Hace años grabamos nuestra versión del “Qué he sacado con quererte”. En los últimos años me he ido encontrando con creadoras con las que he conectado de una forma visceral. Poetas como María Dolores de Pablos o Begoña M. Rueda, que es de Jaén. En lo musical, encontré a Gemma Ray, Vera Sola, Brimheim, Alela Diane, Odetta Hartman, Nadine Shah, Dom La Nena… Sus letras me estremecen. Me adentré en la música clásica hecha por mujeres y descubrí a Hildegard von Bingen (nacida en 1098, abadesa compositora y mística); su obra es una absoluta maravilla. Todos estos referentes quizás no me han influenciado en el contenido, pero sí me han ayudado a componer sin miedo.
Hermana Bruja cuenta con las colaboraciones de Kike Ganso, Lidia India y Pájaro. ¿Qué han aportado cada uno, a nivel musical… y ‘espiritual’?
Ay, ¡qué tres regalos me ha dado la vida! En el caso de Kike, es amigo y adoro sus letras. Un día le dije que me encantaría cantar algo suyo, y me envió la letra de “Nana Huracanada”. Hubo magia: según iba leyéndola, la música aparecía en mi cabeza. A Lidia la conozco de un programa online para artistas emergentes de la Fundación Paideia. A día de hoy seguimos sin vernos en persona (risas). Cuando la contacté solo buscaba su pandeiro para “Bruja”, pero ella me devolvió el pandeiro, la tapa de pota, las conchas, el peitoque y sus jaleos… Ahora no puedo imaginar “Bruja” sin ellos. En cuanto a Pájaro, soy fan suya desde Santa Leone. Cuando compuse “Consentido” tenía clarísimo que quería que participara. Grabar con él, sentir su maestría… Mi total agradecimiento y respeto a estos tres artistas por su aportación.
Hablemos de la producción y de los arreglos de este disco, muy elegantes. Desde los teclados a lo MGMT de “Consentido” a la máquina de escribir que taquigrafía tus versos en “Leído”, ¿cómo se han añadido todas estas capas? ¿Cuánto llevaste ya al estudio, y cuánto ha surgido durante la grabación?
La producción de este disco ha sido muy diferente a los anteriores. En esta ocasión la ha liderado Chavi Ontoria (Los Saxos del Averno, Freedonia y mi Afilador teclista). Estoy muy contenta porque yo también he producido como no lo había hecho antes. Respecto a la grabación, tenemos poco margen de improvisación ya que grabamos en cinta todos tocando a la vez. Algunas cosas surgieron de casualidad, como el inicio de “Nana Huracanada”: Javier Geras estaba preparando el contrabajo y comenzó a jugar con el arco; cuando oí el sonido pedí que se grabara porque me pareció ideal para el inicio. La máquina de escribir la tuve clarísima al componer esa canción; y el teclado al que te refieres estaba más escondido originalmente, fue Paco quien le dio más protagonismo. En el caso de Jose Róguez, aportó su sierra musical y una pista de viola maravillosa que nadie imaginó, pero ¡oh, mama!, ¡qué bonita queda!
La portada del disco es un retrato tuyo que firma Ramón Guirado. ¿Cómo la describirías?
Ramón Guirado firma todas las fotos de este disco. Tiene una mirada increíble, un dominio de la luz que impresiona. Creo que la palabra que define la portada es “inquietante”. Estoy desnuda, sin maquillar, arropada por hojas –no lo llamaría camuflaje, sino integración–. El panal en la boca evoca una especie de mordaza impuesta durante siglos, pero por otro lado, también es un hogar, el de una comunidad. Si atacas al panal, atente a las consecuencias.
Tus conciertos ya eran concebidos como ‘akelarres’ antes de este disco.
No sé qué me pasa cuando me subo al escenario, es como si algo me poseyera. Para empezar, mis músicos, Los Afiladores, son una banda increíble. Yo me entrego en cada canción, reviviendo las emociones-semilla de cada tema. Mucha energía, mucha pasión. Me encanta mirar al público a los ojos, ver sus reacciones. Para mí, lo mejor de hacer canciones es poder tocarlas en directo, es una sensación que solo puedo comparar al éxtasis del sexo.
¿Qué esperar de Hermana Bruja en directo?
Cada concierto es un riesgo económico. Ahora mismo tenemos tres conciertos previstos (Madrid, Sevilla y Jaén). Lo extraño de la situación actual es que mucha gente dice no disfrutar de los festivales, pero tampoco veo las salas llenas. No sé si la pandemia nos ha dejado el “síndrome del mando a distancia”, donde del trabajo se va al sofá, y del sofá al trabajo. La gente debería entender que sostener un proyecto musical, pagar la grabación de un disco, los sueldos de músicos y equipo… requiere de un público comprometido. Oigo muchas críticas a la música contemporánea (reggaetón, trap…), pero llenan salas y estadios. Si el público no responde, lo demás no se sostiene. Venid a nuestros conciertos, os aseguro que no os arrepentiréis. Y si no os convence, decídmelo, que soy capaz de devolveros la entrada.
Próximos conciertos:
29 de mayo: Madrid (Moby Dick)
1 de junio: Sevilla (Sala Malandar)
5 de junio: Jaén (Baños Árabes)
Texto: Amaia Santana
Fotos: Ramón Guiradó