Encuentros

Les Greene, el -explosivo- espectáculo debe continuar

 

Es una de las figuras más explosivas que se puede encontrar hoy sobre un escenario. Y todo ello sin haber editado todavía su álbum de debut. En su particular altar están James Brown, Little Richard o Sam Cooke. Sin ir más lejos, este último le salvó literalmente la vida. Sucedió cuando estaba empezando a asumir su sexualidad pero la falta de aceptación de su entorno lo empujó a los peores pensamientos. Su madre trabajaba de noche y sus hermanos mayores solían salir hasta tarde. Una noche, el adolescente Les Greene estaba tan deprimido que pensó en quitarse la vida. Sin nadie en casa, sería fácil; simplemente se lo encontrarían más tarde.

Pero, de pronto, mientras en la televisión al fondo pasaban un documental, oyó a Sam Cooke cantar “A Change Is Gonna Come”. Las primeras palabras, “I was born…” (“Nací…”), lo detuvieron. Su voz la sintió como si apoyase su mano en su hombro. Escuchó el resto de la canción entre lágrimas, tirado en el suelo. Esa canción única le habló directamente al alma y lo ayudó a superar su depresión, a fortalecerse. Desde entonces no ha parado de crecer como persona y de actuar en directo. Con un encanto personal irresistible y una verborrea que fluye sin cesar de sus entrañas, charlamos con él poco antes de una nueva visita a España con parada en la XXI edición de Surforama (Valencia).

Naciste en Baltimore. ¿Recuerdas cuándo escuchaste música por primera vez? ¿Sonaba música en tu casa cuando eras pequeño?

– La música siempre estuvo presente en mi casa. Me gusta decir que la primera vez que la escuché no la recuerdo, porque mi madre solía poner música cuando me tenía en su vientre. Solía poner a Bob Marley porque somos caribeños y él es uno de sus músicos favoritos. Cuando yo era pequeño ella ponía también a Sade, a Kenny G o Seal. También terminé apreciando la música sudamericana que escuchaba cuando vivimos en Guyana. Y me gustaban las cantantes de mi época como Lauryn Hill, TLC, Brandy… Súmale lo que escuchaban mis hermanos. Viví en Miami, y allí recibí el influjo también mucha música de raíces latinas. Me encanta la música en general, sin importar el estilo: country, rock, clásica, instrumental. La música siempre ha formado parte de mi vida.

Te mudaste a Guyana cuando eras muy joven y viviste allí durante siete años. ¿Qué tipo de música escuchabas? ¿Hay alguna música latina que descubriste o que recuerdes de tu tiempo allí?

– Guyana se parece más a la cultura caribeña, con mucho reggae, lo que escuchan en Jamaica y Trinidad. Estábamos metidos en ese tipo de cultura y escuchaba música reggae moderna de allí, pero también los clásicos que ponía mi madre o sonaban en los autobuses. La verdad es que puedo encontrar una canción en cada género que me encanta. Por ejemplo, mi compañero de piso es ruso, y el otro día estaba poniendo algo como jazz ruso y la voz de la mujer era tan hermosa que me emocioné.

Pero fue en Guyana donde descubriste la música de los inicios del rock

– Recuerdo escuchar cuando tenía cinco o seis años a Ben E. King, Little Richard o Sam Cooke, porque en Guayana ponían anuncios y, a continuación, música de los 50 o 60. Esas canciones son la base, el modelo de cómo ha evolucionado la música. Y son mis primeros recuerdos. En el caso de Little Richard, había escuchado esta voz en Guyana, pero no le había visto la cara. Solo le vi el rostro cuando nos mudamos de vuelta a los Estados Unidos y apareció en televisión. Entonces reconocí esa voz al momento y por fin le puse cara.

Pero aunque te guste mucho Little Richard, fue Sam Cooke quien te salvó la vida.

– Sí. Siempre que me preguntan quiénes son las personas que más han influido en mi vida, entre ellos siempre incluyo a Sam Cooke, por muchas razones. Fue una de las personas que estructuró mi forma de hacer lo que hago ahora, ya sea con su vida a través de la música o, especialmente, cuando escuché “A Change Is Gonna Come” por primera vez. Luego me puse con el resto de lo que había grabado y ahí escuché el alma y el dolor en su voz. Fue cuando me di cuenta de que voces como esa no se dan sin haber pasado por momentos difíciles. Me gusta decir que mi voz solo mejoró cuando la vida empezó a golpearme fuerte.

 

¿Sigues interpretando “A Change Is Gonna Come” en directo?

– Sí, de vez en cuando, aunque no la hemos hecho en un tiempo. Cuando hago algo una y otra vez, me parece como que puedo perder la sensación que debería tenerla al hacerla en directo, así que la quito del repertorio. Así puedo asegurarme de que se mantiene con la intensidad que debe. Probablemente la recupere en mis conciertos de este año.

Antes de entrar en tu primera banda, trabajaste en un crucero como masajista, y luego como camarero.

– Hice de todo antes de empezar a cantar, porque tenía miedo escénico, así que tenía que trabajar. Necesitaba ganar dinero y, también, estar con gente, porque fui educado en casa por mi madre, no en un colegio, así que no tenía mucha experiencia con gente fuera de casa. Trabajé en un banco, en un McDonald’s, en un Wendy’s, en un acuario, de cajero, en un centro comercial… Hice prácticamente de todo. Mi último trabajo antes de empezar a cantar fue como masajista en cruceros y, si no hubiera conocido entonces a dos personas, Chris Toler y mi amigo Mike Ascot, probablemente no estaría cantando hoy, porque fueron ellos quienes me impulsaron a hacer lo que hago ahora.

Chris era cantante en el crucero y tenía su propio espectáculo, en el que tocaba la guitarra y cantaba. Una noche me escuchó cantar en el bar de la tripulación, nos hicimos amigos y siempre que tenía una oportunidad me subía al escenario para cantar. Yo pasaba por allí a la hora de comer, después del spa, y él me veía y me subía al escenario y me hacía cantar. Pero estaba tan nervioso que siempre sería que tenía que ir al baño. Fue una buena manera de aprender a estar en el escenario. Y también pude ver conocer todo el mundo: todos los lugares a los que ahora voy por mi música ya lo había visto antes trabajando en el crucero.

¿Cómo conociste a The Swayzees?

– Fue en Cayo Hueso, en Florida. Me mudé allí en 2014, solo con una mochila y nada más. Viví allí un año, trabajando en restaurantes y en una tienda de ropa. Recuerdo estar muy deprimido por haberme mudado a este lugar soleado y hermoso, y estar encerrado cuando debería estar explorando y disfrutando de la vida. Un amigo que estaba en la banda, Jared, me invitó a una noche de micrófono abierto que organizaron. Canté algunas canciones con otro amigo con quien tenía un proyecto a dúo.

Me pidieron que hiciera algunas canciones con ellos. Recuerdo que mis primeros tema con la banda fueron “Lucille”, “Shout” y “I’ve Got a Woman”. Al público le encantó, así que terminé haciéndolo de nuevo en el mismo set más tarde. Y luego empezamos a tocar juntos. Después todo empezó a despegar. Patrick and The Swayzees era el nombre de la banda. Tiempo más tarde Patrick, que era el bajista, decidió quedarse en Cayo Hueso. Así que seguimos como The Swayzees. Pero la gente seguía llamándome Patrick, como si el nombre que tenían fuera por mí. Se cumple ahora el décimo aniversario de mi llegada a los Swayzees.

Pronto el grupo pasó a llamarse Les Greene and The Swayzees

– Tuvimos que cambiarlo para que la gente por fin supiera mi nombre. Seguimos llamándonos The Swayzees cuando la banda toca conmigo. Pero cuando toco con otros, como cuando voy a Europa y lo hago con una banda local, simplemente uso mi nombre. Sigo haciéndolo también cuando toco yo solo.

No sé si sabes que la biografía que circula por España habla de dos álbumes tuyos que nunca existieron, Echoes of Your Heart, supuestamente editado en 2010, y Chasing Dreams.

– Sí, me enteré en su día y no sé de dónde ha salido tal cosa. Quizás ahora tenga que escribir sendas canciones con esos dos títulos. Mejor dicho: dos álbumes completos. Me pondré con ello inmediatamente, ja, ja.

Lo cierto es que hasta ahora has lanzado cuatro singles bajo tu propio nombre.

– Cierto, el primero “Pick a Fight”, del 2021. El año pasado edité “Can You Keep a Secret”. Y este año “Another Me”, que salió el mes pasado. La última es una canción sobre Cayo Hueso, “Not So Lonely Island”, que compuse en 2020, sobre mi experiencia allí y cómo eso, de alguna manera, marcó el inicio de mi carrera musical. Fue durante la pandemia cuando todo se paralizó. Yo estaba confinado en Cayo Hueso. La portada muestra la calle más transitad. Como la isla estaba cerrada, la calle aparece completamente vacía, algo que nunca ha sucedido. Tomé aquella foto y me emocioné muchísimo. “¿Saldremos alguna vez de esto? ¿Así es la vida?”.

En lugar de escribir una canción sobre eso, compuse una sobre la depresión, pero también sobre la felicidad que la isla me dio y de la vida que conozco ahora. Cierto que siento cierto nerviosismo al editarla, porque estoy reflejando mis sentimientos reales. He llegado a un punto en la vida en el que tengo mucho miedo de compartir mis sentimientos profundas, que hablan de temas que van más allá de aquellas otras que invento de la nada. Pero ahora me van saliendo estas historias que me han sucedido y son verdad. Es una canción diferente y algo muy nuevo para mí.

¿Es el preludio de algún álbum que vayas a lanzar, de tu debut?

– Sí, últimamente he estado trabajando mucho con otros artistas que tienen ideas para mí. Tengo una amiga que se llama Grey DeLisle con la que he trabajado bastante y acabo de terminar de grabar unas diez canciones con ella. Y tengo muchas canciones de antes. Así que estoy pensando si publicar un álbum completo o quizás un EP de cinco canciones, para que estén disponibles y pueda inspirar a quien le gusten. A quien no, mejor que no me lo diga y se ocupe de sus asuntos. Si es así, no necesito oírlo.

Grabaste en su día algunas canciones con The Televisionaries, has estado trabajando con The Swayzees y ahora hay música que lleva tu nombre. Pero, sobre todo, llevas mucho tiempo tocando en vivo. Y van más de mil conciertos.

– En el momento en que me uní a The Swayzees, ya no dejé de actuar. No he parado ni un solo mes. Han sido 10 años sin descanso. Y todo el mundo dice que me voy a agotar. De hecho, es así, porque tengo que responder correos, estar en redes sociales, pagar las grabaciones, gestionar y pagar los vuelos de mis compañeros, hacer todo eso. Ahora, por primera vez, estoy empezando a recibir ayuda. Pero hasta ahora he sido solo yo. Por suerte, mis compañeros de banda me apoyan mucho. Incluso la gente que toca conmigo cuando The Swayzees no pueden acompañarme. Me hace muy feliz la comunidad musical que he formado en distintos lugares porque todos estamos aquí con un sueño. Nos apoyamos y ayudamos mutuamente. Me gusta decir que si has tocado más de cinco conciertos conmigo, eres un Swayzee y te puedes calzar nuestros zapatos. Tengo Swayzees en Nueva York, en California, en Europa y por todo el mundo.

También has imitado a Freddie Mercury con una banda que llamaste Freddie and the Mercury’s.

– Cada Halloween, si alguien tiene suficiente dinero para pagar los ensayos y la vestimenta, nos transmutamos en Freddie and the Mercury’s y hacemos un espectáculo completo de Queen. Es el mejor espectáculo de todos los tiempos, muy divertido, y me encanta hacerlo, con esas voces fuertes… Abrimos con “Bohemian Rhapsody”, hay cambios de vestuario todo el rato y puedo cantar los temas de uno de mis artistas favoritos. Mercury y Little Richard son como mis dos principales fuentes de inspiración y me han ayudado en muchas cosas.

¿Cuál sería la canción más difícil de interpretar para ti?

– Podría ser una de Queen, podría ser de Little Richard o incluso de las mías. Por ejemplo, hay una nueva canción que se llama “Long Story Short”, que probablemente sea el próximo single, y que me pregunto por qué demonios la habré escrito. Es, de lejos, la canción más desafiante que he compuesto. No sé en qué diablos pensaba, porque en ella tengo que usar técnicas de respiración muy diferentes. Hay notas altas y luego tengo esta nota baja que entra y sale de la nada, para después volver a un registro alto. Soy un psicópata por haber hecho esta canción. Es una de mis canciones favoritas. La toqué en el Festival Azkena Rock el año pasado y la gente empezó a cantarla sin siquiera haber sido publicada todavía. Me conmovió el hecho de que todos allí se volvieran locos por ella y tuviera el mayor aplauso. Hoy en día sigue teniendo la misma respuesta. Lo he estado diciendo desde que la escribí: “Voy a ganar un Grammy”. Bueno, espero que eso suceda, ja, ja.

Tus actuaciones son verdaderamente intensas. ¿Cómo te preparas para ello? ¿Necesitas mucha concentración?

– Puedes darte cuenta de que hablo demasiado y que no hago lo que debo hacer, como quedarme callado o calentar mis cuerdas vocales. Estoy muy ocupado durante el día, hablando con mis compañeros de banda, explicándoles el espectáculo, porque improviso en el escenario… Nos preparamos, hacemos ensayos, pero en el escenario cambio continuamente como hacía James Brown. Por suerte, mis compañeros de banda son tan rápidos que me miran y ya saben lo que voy a hacer y cómo deben responder. Son como copias mías ahí arriba. Todo es increíble. Y estoy muy emocionado de llevarlos conmigo a Europa en unos días. La preparación… ¡Ojalá! Simplemente me subo al escenario y rezo porque suceda lo mejor.

¿Cuál crees que es la razón por la que tocas tanto en España y te recibimos con tanta energía y queremos verte una y otra vez?

– Esa es la pregunta más fácil, porque he descubierto que en España, y en Europa en general, tenéis un amor puro por la música que creo que hemos perdido en los Estados Unidos, donde solo se trata de la imagen y eso. En España reconocen que la música es para el alma y la persona, más que para la apariencia. Es cierto que a veces me gusta ser un poco llamativo, pero sé que si apareciera en escena con el alma al descubierto me recibiríais igual. Vosotros venís por la música y por lo que es auténtico, y creo que es algo hermoso y lo aprecio, y es lo que me hace pensar que no tendría la confianza para lanzar mi música personal si no fuera por lo que me dan las actuaciones en España o en Europa. Este año, de hecho, estaré varias veces en España y hay varios conciertos de aquí a finales de año que aún no se han hecho públicos.

Después de tocar tanto durante 10 años, ¿cómo has crecido en estos últimos teimpos? ¿Cómo has mejorado o qué ha cambiado para ti tocando en vivo?

– No hay mejor práctica para la vida, para ser músico y para enseñarte lecciones sobre tu vida personal que trabajar. Trabajando en atención al cliente, en bancos y cosas así, debes aprender a comunicarte y a tratar con diferentes personas. Como músico no es nada diferente ,y he tocado con muchos músicos diferentes que no eran mis compañeros de banda a lo largo de los años. Me ayuda a crecer solo porque aprendes algo nuevo sobre ti mismo y cómo manejarlo cada vez que subo al escenario. Compartiré algo personal: mi sobrino fue asesinado hace unas semanas y me enteré justo antes de tener que actuar. ¿Qué haces como músico en un momento así? ¿No actúas? Yo, en cambio, decidí hacerlo, pero lloré y mis compañeros de banda estaban ahí para apoyarme. Así aprendes sobre la fuerza, sobre la comunidad, sobre la verdadera amistad y el verdadero amor.

Mis compañeros se aseguraron de que la gente se mantuviera alejada de mí si era necesario. Usé mi tristeza para hacer que el espectáculo fuese especial esa noche. ¿Seguía con energía? Sí ¿Fue lo mismo que suelo hacer? Sí, pero diferente, tuvo una emoción distinta. Así que ser músico no es para los débiles. Si no puedes manejar este tipo de situaciones, no debes ser músico. Algunos meses no te pagan, no tienes dinero para gastar. Hay mucha sangre, sudor y lágrimas, y tienes que ser una persona fuerte para ser músico. Yo sigo aprendiendo. Solo mejoro cada vez que subo al escenario porque estoy aprendiendo a lidiar con la multitud, a hacerlo mejor. Realmente aprecio el hecho de no haber tenido casi respiro, porque el tren se dirige constantemente hacia mí a toda velocidad. El espectáculo es cada vez mejor ahora que tengo cambios de vestuario. Es como si tuviera un presupuesto de un millón de dólares cuando apenas tengo nada, pero hago que funcione bien.

¿Cómo ha cambiado tu voz en los últimos 10 años? ¿La cuidas de alguna manera? ¿Es diferente ahora respecto a cuando empezaste?

– He mejorado, sí, pero no quiero que suene arrogante, sino que hablo en el sentido profesional. Mi antiguo pianista es un entrenador vocal y dijo que mi voz se ha vuelto mucho más poderosa porque la uso todos los días, constantemente. De joven, mi voz era más aguda. A medida que envejecemos, nuestra voz se vuelve más grave, pero todavía puedo actuar como antes porque que mi voz se ha mantenido fuerte. He tenido algunos problemas debido a los incendios en Los Ángeles. Perdí la voz durante un mes y, de hecho, acabo de pasar por una operación de cirugía nasal. Estoy mejor ahora y mi voz se está recuperando, así que seguimos en el negocio, baby.

Estoy seguro de que eres consciente del efecto que tu voz puede causar en algunas personas. ¿Qué ha sido lo mejor que te han dicho?

– Mis cumplidos favoritos son cuando alguien me dice que vio al artista original y que yo le hice sentir como si estuviera en ese momento o como si estuviera en el pasado. Me ha pasado tres veces. Una mujer en Miami me dijo que había visto a James Brown en su momento y me comentó que había sido increíble verme interpretar su música, caerme de rodillas y que mis compañeros de banda me pusieran encima una capa, porque eso fue lo que sintió con Patrick and The Swayzees.

Cuando hicimos el show de Freddie Mercury, un mujer británica se me acercó con lágrimas en los ojos y me comentó que había visto a Queen en Live Aid, que había prestado especial atención a todo lo que yo había agregado al espectáculo y que las armonías con la banda eran increíbles. Y el que me conmovió especialmente fue el de una mujer en Cayo Hueso que me aseguró que la había hecho sentir otra vez como si estuviera de nuevo en el baile de graduación con su esposo cuando tenía 16 años y que había bailado toda la noche con él como si hubieran vuelto a ese momento. Cosas emocionales como esas realmente me conmovieron.

¿Qué cantantes, qué voces, son tus favoritas? ¿Tienen que realmente destacar?

– Sí. Y esto sucede con muchos músicos: si se escuchan a sí mismos en el músico o cantante, entonces gravitarán o se apegarán a ese tipo de voz. Es por eso por lo que amo a Freddie Mercury o al ruidoso bocazas poderoso tipo Little Richard. También me gustan las voces que son completamente opuestas, voces suaves, achocolatadas, dulces y tiernas como las de Brandy. U otras como la de Lauryn Hill, que siempre va a ser una de mis favoritas.

Para finalizar, ¿recuerdas cuál ha sido la anécdota más divertida que te ha sucedido en todos estos años en el negocio de la música?

– Dios mío, han sido tantas… Recientemente, después de un cambio de vestuario salí y empecé a observar cómo me miraba el público. Pensaba que mi bragueta estaba bajada pero no, era que mis pantalones estaban al revés. Así que en el escenario, mientras mi banda estaba haciendo un solo, me bajé los pantalones y les di la vuelta, sin más. En otras ocasiones, hemos tenido accidentes, así que cambiamos las cosas a otro coche a toda prisa y seguimos hasta el concierto sin llegar tarde. Cosas así suceden continuamente en las giras y yo simplemente me dejo llevar. Voy a escribir un libro basado solo en los 10 años que llevo haciendo esto. Te aseguro que será muy divertido.

Texto: Xavier Valiño

Entradas Surforama: https://movingtickets.com/?buscar=surforama

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contacto: jorge@ruta66.es
Suscripciones: suscripciones@ruta66.es
Consulta el apartado tienda