En su segundo disco en solitario, Darrere els horts, el cantante y guitarrista osonense Ferran Orriols ha llamado la atención de la prensa inglesa con su sonido folk pastoral. Conocido por su trabajo en el grupo Nyandú, con su anterior trabajo en solitario de 2023 titulado Plata se lanzó en solitario. Orriols presenta ahora Darrere els horts, un disco sorprendente con un sonido único, 24 canciones y participaciones de lujo como las de Steve Jones de Heron o John Wood, el productor de artistas como Nick Drake. De todo ello hablamos con él en esta entrevista.
No es lo más habitual publicar un disco tan largo. Es incluso bastante arriesgado. ¿Por qué te decidiste a hacerlo? ¿Y qué cara pusieron en Great Canyon Records cuando les hiciste la propuesta?
De entrada, Great Canyon siempre ha confiado en mí ciegamente y ya están acostumbrados a que los sorprenda. Aun así, David (Giménez) flipó un poco, está claro, ¡pero le encantó! Es una reivindicación en mayúsculas de la idea de álbum, que parece que se va borrando, y también una recompensa a toda la gente que me sigue. Es un círculo pequeño, casi los conozco a todos, y puesto que me compran el disco y me apoyan, al menos que encuentren material para disfrutar largamente.
«Darrere els horts» es la última canción del disco, ¿por qué le das este título?
Es un trozo detrás de las casas de mi calle donde están los huertos, los campos y antiguas granjas. He pasado muchos ratos allí con la familia y los amigos, sobre todo durante la infancia y también es dónde he grabado el disco. Es un lugar de trabajo de la tierra, el ganado, en mi caso de las canciones. De pequeño íbamos a saltar sobre las balas de paja y a hacer majaderías varias como incordiar a los novillos, también a ayudar a mi abuelo en el huerto. Durante los últimos dos años he vuelto con mis hijos y para grabar canciones.
Antes de lanzarte en solitario eras miembro del grupo Nyandú, ¿qué te decidió a hacer música en solitario? ¿Había una necesidad de expresarte de una forma diferente?
Siempre he tenido la necesidad de expresar aquello que me suena por dentro. A veces necesito crear por mi cuenta para dar salida a otras voces.
Este es tu segundo disco, ¿qué diferencias ves entre Plata y Darrere els horts? ¿Cómo ha sido el proceso de grabación? ¿Muy diferente a Plata? Creo que has grabado en una antigua granja de pollos de La Torre d’Oristà, tu pueblo y de forma muy escalonada. ¿Por qué allí y de este modo? ¿Qué buscabas?
Plata fue la primera aventura y quería asumirlo todo solo. Me “encerré” en casa, grabándolo todo en una habitación y tocando todos los instrumentos. A la vez, eran instrumentos que había ido acumulando con los años y quería que aparecieran todos. En algunos momentos incluso fue estresante, por las ganas de demostrar todo lo que quería decir. Darrere els horts ha sido lo contrario, en el sentido que he invitado a muchos amigos a participar y me he propuesto justamente esto, abrirme a las aportaciones de los otros e intentar hacer música desde la calma, disfrutando del momento.
Tenía claro que sería un disco de muchas canciones y quería que fuera muy diverso (mi Abbey Road… jejeje). Iba muy dispuesto a probar cosas nuevas, esto de grabarse un mismo es una aventura y creativamente abre muchas puertas; la intención era ir haciendo canciones según el momento y cuando tuviera un puñado considerable, publicarlas. La granja es un espacio abierto, nada hermético, y tiene un sonido único que pone la música mucho en contexto. No te negaré que he seguido haciendo de las mías y he tocado instrumentos que no acostumbro a tocar como la batería, la flauta y la trompeta, así como mezclar algunas canciones.
Uno de los singles del disco es «Roses groges», una versión del «Yellow Roses» de Heron. ¿Cómo surgió esta colaboración con Steve Jones?
En plena creación del disco descubrí a los Heron y me enamoraron. A falta de referentes en esta línea natural, pastoral, que iba surgiendo, su descubrimiento fue como un regalo. Traduje «Yellow Roses» inmediatamente y la grabé en la terraza de casa en directo, un solo micro captándolo todo, los pájaros muy presentes. Me quería comprar los discos, pero valían un dineral, así que haciendo investigación fui a parar con Steve, teclista de la banda, que editaba algunos. Le escribí y le pasé la versión, que le encantó; lo invité a grabar un piano y muy felizmente accedió. ¡Ahora somos amigos y estamos haciendo más música juntos!
En Darrere els horts no solo ha participado Steve Jones sino una larga lista de músicos desde Mar Pujol, pasando por Àlex Pujols de Txarango, John Wood, Alex Bush y un largo etcétera. ¿Por qué has decidido abrir las puertas de tu música a todos estos y estas artistas y que han aportado al disco?
Tenía ganas de compartir el proceso. Plata fue un proceso solitario y ahora tenía ganas de disfrutar de esto con los otros. También era una oportunidad para ver a aquellos que no nos vemos muy a menudo y para conocer gente nueva. Como he comentado anteriormente, había a la vez la voluntad de aprender de los otros y abrirse a sus aportaciones. Tengo muy claras las canciones y me cuesta ceder; quería cambiar un poco esta actitud. Siento que las canciones han ganado mucha fuerza con su participación. Por otro lado, me gusta indagar en los nombres que hay detrás de los discos que me gustan y quise hacer participar a gente que admiro mucho. Poder trabajar con John Wood fue uno de los puntos álgidos del proceso. Soy muy fan de Nick Drake y era un nombre que hacía tiempo que me resonaba, él le grabó los tres discos. Todavía ahora no me lo creo. En general, todos han sido muy generosos y me lo han puesto fácil; creo que han valorado mucho que alguien de un lugar lejano con un proyecto pequeño los admire tanto y haya contado con ellos para hacer el disco.
Dice a la nota de prensa: “Los estilos de sus nuevas composiciones van desde el indie-folk, el folk balcánico, árabe, las habaneras, las canciones de cuna, la bossa nova, y las tradicionales”. Es una buena mezcla, ¿de dónde vienen estos gustos musicales? ¿Qué tipo de música escucha Ferran Orriols cuando no hace música y cómo le influye cuando lo hace?
Un amigo que toca conmigo, Xumari (Roca), me dijo que me dejaba inspirar mucho pero que no copiaba, y lo siento así. Escucho de todo y siempre saco algo. Cuando hay algo que me remueve lo llevo a mi terreno de forma natural. Me gusta jugar con las canciones estableciendo puentes entre todo lo que escucho. Sí que en general lo que más suena en casa es música anglosajona folk y rock. La etapa de Darrere els horts he estado escuchando mucha música de finales de los 60 y principios de los 70. Recuerdo con mucho cariño el descubrimiento de los Heron, Judee Sill o Elliott Smith, que a pesar de ser más reciente le noto aires de aquella época. ¡Oh! Y el recopliatorio One Mile From Heaven de Mapache Records, que me regaló Joan Barnils, canciones de artistas DIY de hace 50 años que son una maravilla y que me motivó mucho mientras hacía el disco.
Vamos a la raíz de todo. ¿Cómo nace una canción de Ferran Orriols? ¿Cuál es la primera chispa que enciende tu inspiración?
Las canciones me suelen venir de golpe; conduciendo, acabado de levantar, cuando me voy a dormir o sobre todo cuando tengo algún malestar adentro. Esto es el que me empuja a hacerlo. Dentro de mí lo proyecto y suena la canción, bastante entera. Entonces con la guitarra la voy sacando y voy añadiendo cositas. Con la letra pasa lo mismo, suele salir sobre la marcha, en diferentes momentos… me cuesta, pero intento no forzarlo mucho. Con los años, he ido haciendo que el camino sea más corto, intentando que sea un proceso espontáneo, que aquello que me viene a la cabeza pueda traducirse al mundo real sin modificarlo mucho.
Dices en «Mustang»: “Faig cançons per relaxar-me (Hago canciones para relajarme)”. ¿Es la música tu terapia? ¿Es fácil para ti hablar de ti mismo en tus canciones?
Es así, sí. Es mi refugio y así es cómo funciono. A veces he hecho alguna canción “a la carta” y no me ha desagradado, como «Lo Perot Rocaguinarda», que fue un encargo del Ayuntamiento de Oristà para reivindicar la figura del bandolero. Pero fíjate que mientras la hacía me salió otra desde una visión más personal que ha acabado en el disco, «Perot i jo a la intempèrie». O «La Morronga», que es una canción popular de mi pueblo que alguien hizo a una mujer de mi calle hará unos 100 años y que ha llegado hasta el día de hoy por la tradición oral.
Tu disco está teniendo cierto eco internacional, sobre todo en Inglaterra, ¿qué te parece esto?
¡Me parece una maravilla! Me emociona mucho que una cosa hecha en mi pueblo, La Torre d’Oristà, con el aprecio que le tengo, y que está tan presente en el disco con los sonidos del entorno que aparecen, saque la cabeza en estos medios. ¡Y en catalán! A la vez, es un sueño el hecho que canciones que he creado y grabado yo mismo pasen por las manos de gente que admiro tanto y que están en algunos de mis discos preferidos.
¿Te gusta trabajar con gente diferente o muy alejada de lo que haces musicalmente? Has hecho una versión de los magníficos Tiger Menja Zebra, por ejemplo. Es el tema que le dedicaron a Mimi Parker. ¿Cómo surgió esta colaboración y qué significa para ti Mimi y la música de Low?
¡Sí que me gusta, sí! Con Steve Jones, por ejemplo, también es una experiencia de estas. En cuanto a Tiger, nos conocemos de hace tiempo. Cuando empezábamos a tocar, ahora hace 25 años, Josep Arnan estaba con Camping y ya nos seguía, era amigo de mis padres y nos había visto en los primeros ensayos. A partir de aquí nos han ido siguiendo con Nyandú y con lo que he ido haciendo en solitario. Me siento muy afín a ellos en la manera cómo entienden la música; nos empujan motivos similares. Esto es lo que me motiva a hacer música con otros, más que una cuestión sonora. Con los Low he conectado muchísimo, desde la versión de Tiger que accedí a su música en profundidad y a ellos siempre les estaré agradecido por abrirme la puerta al mundo de Low.
¿Cuándo te podremos ver en directo y cómo llevarás este disco a los escenarios?
Ahora empiezan a salir los conciertos. Es difícil de decir porque va mucho sobre la marcha. En abril tengo un par de conciertos en Vic y en Oristà (¡en la casa del Perot Rocaguinarda!). Empiezan a salir cosas para verano y otoño. Y tengo muchas ganas de retomar las “converses darrere els horts”, una charla abierta con un amigo donde explico el proceso de grabación del disco y toco alguna canción. En mayo hay una en Prats de Lluçanès y voy buscando espacios donde poder hacer más. Aprovecho para anunciar que aquellos que quieran que vaya a su pueblo o ciudad a hacerlo, ¡solo me lo tienen que decir!
Texto: Anabel Vélez
Fotos: Eva Freixa