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Ryan Adams Heartbreaker, por Nat Simons

Foto: Ismael Gordillo

El pasado mes de marzo tuvimos el honor de tener en portada a Ryan Adams. El controvertido músico americano nos cedió una jugosa entrevista cuando ya casi no confiábamos en que ocurriera. Conocedores de la relación que mantiene con el artista, le preguntamos a la música madrileña Nat Simons la posibilidad de colaborar con un texto sobre su vinculación y argumentos que la posicionan como una fan incontestable.

Por razones de limitaciones de espacio, no pudimos publicarla en papel pero es importante recuperarlo por la calidad del manuscrito y para que sirva como anticipo del concierto que ofrecerá este viernes en la sala Upload de Barcelona, último de la gira de «Felinas», dentro del ciclo Curt Circuit en el que contará con invitados ilustres como  The New Raemon, Tori Sparks, Jodie Cash, Igor Paskual, Erin Corine y Adam Giles Levy.

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El debut en solitario de Ryan Adams cumple 25 años, ¡nada menos! Un cuarto de siglo de un disco que le confirmó como la gran promesa del rock americano tras la fallida experiencia con Whiskeytown, su primera gran decepción con la industria musical. La lista sería interminable a lo largo de los siguientes años… Ryan pasó una temporada en Nueva York, donde hizo amistad con gente como Jesse Malin e incluso Joe Strummer (existe una foto de los tres que Ryan ha compartido en varias ocasiones), pero acabó largándose a East Nashville (un lugar maravilloso en el que precisamente acabo de grabar mi nuevo disco) para trabajar con el productor Ethan Johns.

Ryan adams en Paral.lel 62 BCN (Foto: Marina Tomás)

Sirvan de introducción estos pequeños datos, de sobra conocidos, para un disco fundamental que redefinió el sonido del rock de raíces justo en el cambio de siglo y que personalmente situaría a la altura de cualquier clásico. El talento de Ryan Adams es tan inmenso que le debería encumbrar entre los artistas más influyentes y admirables de los últimos 25 años, los mismos que tiene “Heartbreaker”. Pero, desgraciadamente, su mala fama y las acusaciones de los últimos años han lastrado su relevancia en la actualidad y la prensa especializada (sobre todo internacional) no solo ignora sus nuevas obras, sino que parece que le siguen castigando con indiferencia a la hora de fabricar esas innumerables listas de “los mejores de…” mientras ensalzan hasta la náusea a otros artistas de dudosa calidad.

Cuando escucho “To Be Young (Is to Be Sad, Is to Be High)” es inevitable pensar en el mismísimo Dylan que me cambió la vida (siempre he dicho que gracias a él empecé a escribir mis primeras canciones) pero tiene una serie de cambios brillantes en la estructura, con una sensibilidad melódica fuera de lo común. Seguimos con «My Winding Wheel», con un sonido totalmente atemporal y una interpretación sentida y maravillosa que sin ningún tipo de artificio te llega directa al corazón. “Amy” es más oscura en el inicio, con cierto aire a The Beatles con la voz doblada y la sutil instrumentación. «Oh My Sweet Carolina» es uno de los puntos álgidos no solo de este álbum sino de toda su carrera.

El dueto vocal desnudo con Emmylou Harris es de lo más emocionante que he escuchado jamás (siempre me encanta cantar su parte). Además, esa manera tan personal de tocar la acústica mientas ejerce de storyteller está a la altura de los más grandes. Podría seguir desglosando todo el disco, como la influencia de Neil Young, en temas como “Bartering Lines”, o ese incontestable hit que es «Come Pick Me Up» (que, por cierto, inspiró una de las partes de mi canción “You Just Can’t Imagine”) pero con esta primera parte es más que suficiente. “Heartbreaker” es un disco de una época dominada por el CD en el que los trabajos tenían una duración excesiva, pero no le sobra ni una nota a este trabajo que hubiera sido un doble vinilo en los años 70.

En los últimos años he tenido contacto con Ryan, precisamente cuando el estaba atravesando una de las peores etapas de su vida, y no solo debido a la tormenta mediática que todo el mundo conoce. De vez en cuando hemos cruzado mensajes en social media y estuvimos horas hablando a través de zoom el año pasado, confesándome la soledad en la que vive actualmente, pero también con una incontinencia verbal que me hace pensar las ganas que tenía de charlar con alguien distendidamente en un entorno de confianza. Es curioso cuando conoces a uno de tus ídolos, pero tengo que decir que Ryan siempre se ha comportado conmigo de una manera muy dulce y caballerosa. Fue en Londres hace unos meses cuando por fin nos conocimos cara a cara, ya que me invitó a pasar a su camerino, con sus pinballs y sus máquinas de videojuegos en el Islington Assembly Hall tras un bello concierto de casi tres horas. Fue tan… ¡Ryan Adams! ¡Tan “felino”! (risas). Genio y figura. Nos vemos en esta gira.

Texto: Nat Simons.

Para completar esta excitante previa al concierto, terminamos con el vídeo de la versión del tema de The Wildhearts «Verano del 96» (adelanto del próximo disco «7 vidas… y una más») al que el propio Ginger ha dado su bendición y compartido en las redes de la banda.

Si quieres comprar entradas o colaborar con el crowdfunding sigue este enlace:

https://linktr.ee/natsimons

 

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