Comienza a ser cansino comentar que los conciertos, relacionados con el rock (no difiere el estilo), lejos de atraer público, lo expulsan. Menos de cien personas nos acercamos al Razzmatazz 3 para gozar de las nuevas composiciones de Kenneth Brian, incluidas en “Keys To The Kingdom” (2022), su última y magnífica grabación.
Brian no había pisado Europa desde 2016 y está picando piedra para que se reconozca su liderazgo en lo que concierne a ser capitán del renovado rock sureño. En Barcelona lo acogimos los de siempre, esperemos que en el resto de la gira, aumenten los advenedizos porqué sino, su estancia por estas aburridas tierras, acontecerá inerte. Sería una lástima, ya que lo ofrecido por el de Virgina y sus acompañantes, rozó el sobresaliente.

Nos equivocaríamos si limitáramos a Kenneth Brian como imitador del legado de Lynyrd Skynyrd o The Allman Brothers Band (evidente herencia, por supuesto). Su propuesta invita a recordar a sus referentes, pero insufla otros aires reconfortantes, perfectos para renovar antiguas cicatrices. Brian arrancó con un solo de guitarra ardiente, corto e introductor de su potentísima base rítmica: Wes Davis al bajo y P.J. Lowe (un espectáculo) a la batería. Franqueada la instrumental “Rumble”, enlazaron “Rain Down”, “Texas By Tonight” y “Shakedown” conocedores de que lo pretérito ayuda a encauzar las primicias. Estas llegaron con “Fallin Again” y “Hard Heart”, balada, marca de la casa, en la que el jefe demostró su valía como vocalista. Abrasivo con su guitarra y cálido en las tareas de cantor. Sin trucos exhibicionistas, encandiló, embrujó e incluso posó para los fotógrafos. Su rudo aspecto contrasta con su empatía y amabilidad. Un caballero tatuado.
Cuando uno es profesional de verdad, le importa poco si le escuchan treinta o cuatrocientos. Nuestros protagonistas actuaron como si tuvieran una multitud enfrente. Brian atizando cuerdas, Davis golpeando, sin freno, las cuatro de su bajo y el vibrante Lowe manteniendo el compás en todo momento, lindaron la perfección. Esa entente tuvo su punto culminante en “Something Better” (2011), trabajo (alargado) de muchos quilates. Tampoco faltaron “Welcome To Alabama” o ese “Keys To The Kingdom”, franquicia de su nueva entrega.
Los conciertos en el Razzmatazz 3 (organizados por Rocksound/Acaraperro), reúnen a una familia inseparable. El problema es que este tronco ni fluye ni crece. Los adictos paladeamos las sabrosas propuestas, sin embargo, el esfuerzo de los programadores no obtiene grandes resultados. El rock con clase sigue muy vivo, no apetece ni es lógico ir de entierro. Si el recordatorio a la herencia de John Hiatt, Crazy Horse o puntear “Sweet Home Chicago”, no sirve de nada, es que algo malo hemos hecho.
Pocos estuvieron, todos vibraron. Quedémonos con que lo ofrecido por The Kenneth Brian Band, pocos lo superarán. Quien se quiera enterar ya lo sabe. El resto se conformará con las palomitas.
Al finalizar la poderosa representación, charlamos un rato con la banda. La grandeza reside en la humildad. Queda todo dicho.
Texto: Barracuda
Fotos: Marina Tomás