Escuchándolos, nadie diría que su juventud trascurrió en la soleada Santa Cruz de los años 80. Su sonido es de allnighter clásica: tempos acelerados, discos de Detroit, de Chicago, de Filadelfia tratando de sonar a Motown y liberando en el aire (y sobre la pista) el hechizo de la serie B a la Z de la Música del Alma.
Y luego el soul británico de los 80: los últimos Jam, Dexy’s, Stepping in the right direction. Todo eso. Son mods, rude boys, scooteristas, pelaos, pura cultura de calle británica, loafers, tirantes, Jaytex y Levi’s con la raya impecablemente planchada. Puro parquet lleno de talco y sudor del Wigan Casino. Puro cigarrillo fumado con el café que te tomas de empalme, con la Ben Sherman empapada aún de sudor, mientras tus Ray-Ban te protegen del sol. De ese sol que es de California, pero en tu alma brilla en el cielo de Sheffield.
Hablamos con Rick Kendrick, líder de The Inciters, que nos visitan el 16 de abril en Gruta 77 (Madrid), el 17 en Dabadaba (Donosti), el 18 en Kafe Antzokia (Bilbao) y el 19 en Upload (Barcelona) en compañía de los soulboys locales, The Twisted Wheels.
Este año se cumplen tres décadas desde la fundación de The Inciters. Contadme un poco vuestros orígenes en aquella escena californiana de los 90, con bandas como Loved Ones o Ron Silva and the Monarchs…
Empecé en esto a principios de los 80, pasando por varias etapas; mod, scooter boy, skinhead. La verdad es que aquí todas estas escenas se mezclaron bastante y todas tenían en común mucho Soul. Yo estaba en un grupo llamado Durango 95 que tocaba a menudo con The Loved Ones y otras bandas mods de la zona, aunque en aquel momento nosotros éramos los únicos de aquel entorno que hacíamos Soul de los 60, pero con un marcado aire a Dexy’s Midnight Runners.
¡Es que es eso! Siempre me ha llamado la atención cómo, siendo una banda americana, vuestro acercamiento al Soul tiene mucho de británico. De Dexy’s y de toda la onda 80s Soul británica.
Es que los Dexy’s fueron una enorme, enormísima influencia ya desde los días de Durango 95. Lo que hicimos con The Inciters fue sumar es a otra gran influencia, los Redskins, y a partor de ahí meternos a fondo en el Northern Soul.
¿Y cómo se lo tomó el público estadounidense? ¿Os entendieron? ¿Os entienden?
Pues la verdad, no estoy seguro de que entonces entendieran lo que hacíamos. Pero nos mantuvimos firmes, y ahora sí lo entienden… ¡Sólo han hecho falta más de 30 años!
En cualquier caso, arrancasteis con fuerza con mogollón de conciertos, tres álbumes y varios Eps, pero en 2003 entráis en una especie de letargo del que salís en 2012, con el LP “Soul Clap”. ¿Qué pasó?
Pasó que dejamos de tocar durante unos años. Luego me convencieron para volver a juntarnos para una gira y fue tan divertido que aquí seguimos, divirtiéndonos. Y así seguiremos, oye: hasta que deje de ser divertido.
Desde vuestro regreso no habéis parado. ¿Qué cambios habéis notado en el público y, en general, en el negocio musical?
Pues que a todas las escenas, incluida la punk, les gusta ahora el Soul. Hemos tocado en festivales como Punk Rock Bowling, Back To The Future y otros, y nos ha ido muy bien. ¡Nadie nos ha tirado tomates! Grabamos para un sello de punk rock, Pirates Press. Nos hemos convertido en una especie de banda transversal que gusta a todas las escenas.
A todo esto, lo de Estados Unidos, entre el terrorismo institucionalizado y neocon de Biden y la destructiva demencia ególatra y racista de Trump, es de traca. Se diría que, hoy, el mensaje del Soul, de igualdad, de fraternidad, de comunidad, de autosuficiencia moral, es más necesario que nunca…
Ni que lo digas. La política apesta en todo el mundo, pero especialmente aquí en Estados Unidos. De hecho, estamos trabajando en una nueva canción que hablará precisamente de eso.
Vuestro último álbum, “Bring back the weekend”, es toda una declaración de principios con canciones como el hit “Boot and Soul, “Always, Sometimes, Never” o la propia title-track. Puro espíritu de pertenencia subcultural. ¿Qué queda de aquella escena que os vio nacer hace 30 años?
Hoy se ha convertido en una movida bastante viejuna de tipos como yo mismo, aun así voy viendo a gente joven metiéndose. Yo creo que esto resurgirá.
Por otro lado, ahora mismo en California se está viviendo un auténtico esplendor con bandas y artistas de Soul como Thee Sinseers, Thee Sacred Souls o Johnny Benavidez. ¿Qué artistas destacais de esta escena tan vibrante?
Sí, la escena Low Rider y Oldies está a tope ahora mismo aunque no es bien, bien lo nuestro. Las bandas nos molan, pero a su público lo que hacemos nosotros, no les gusta. Mucha energía. Prefieren el lado lento del Soul.
¿Algo que queráis añadir para el público español?
Estamos deseando volver a España. Siempre me ha encantado la gente de allí. Y… Dios mío… ¡la comida! Esperemos que todavía nos quieran ver por esas latitudes. ¡Ya veremos!
Texto: Alberto Valle