Encuentros

King Sapo, rompiendo las cadenas

 

Ser hijos de los noventa, pero crecer inspirados por las épocas clásicas de los ritmos más guitarreros, hace que esta formación madrileña se nutra tanto de bandas dotadas de una rigurosa ortodoxia como de una expresividad heredera del grunge o el nu metal. Una explosiva ecuación que en su nuevo álbum, El Dios de América, espoleado por un verbo crítico y encolerizado, expande y amplía sus miras bajo un paso rotundo y directo. Hablamos con dos de sus integrantes, Jose Alberto Solis y Jesus Trujillo, para dar voz a los protagonistas de este imponente repertorio.

Al escuchar El Dios de América tengo la sensación de estar ante el florecimiento de todas las virtudes apuntadas en trabajos previos, ¿sentís este álbum como la explosión y expansión de vuestras características?

Sí, es una buena manera de decirlo, la verdad. En realidad es como si poco a poco se fueran sumando durante toda tu vida más y más colores a la paleta para acabar definiendo tu estilo utilizando las proporciones adecuadas de todos ellos.

El formato de las canciones parece especialmente trabajado, musicalmente muy rico y con múltiples detalles, ¿ha habido una determinación por profundizar en el aspecto de la producción?

Todos nosotros, por separado, contamos con una amplia experiencia en producciones de todo tipo, lo que en pasadas ocasiones nos ha llevado a buscar, y encontrar, con King Sapo un formato más espontáneo, basado en unas dinámicas y una clase de energía proveniente de las grabaciones en directo. Esta vez, sin embargo,  hemos pretendido otro tipo de producción que a la vez creemos que podría completar perfectamente otros aspectos de los discos anteriores. Hemos trabajado mucho el resultado final de cada tema, incluso contando para ello hasta con dos productores distintos, como Juan Guevara y Emilio Mercader. Con cada uno de ellos hemos estudiado muy a fondo dónde queríamos llegar y qué queríamos transmitir. Todos los sonidos están muy pensados y elaborados, incluso en cada tramo de cada canción.

Vuestro estilo remite por igual a Led Zeppelin que a Buckcherry pasando por The Cult o incluso el Nu Metal, lo que habla de un sonido clásico pero también contemporáneo, aspecto este segundo que creo en este álbum toma mayor presencia, ¿os sentís tanto hijos de ese rock clásico como de sus representaciones más actuales?

Totalmente. Esos nombre son palabras mayores, así que mil gracias. Ante todo somos melómanos, amantes de la música e hijos de ese rock de los setenta pero sobre todo, también por una cuestión de edad, de los años noventa. Es un tipo de sonido que llevamos en las venas y es normal que salga por nuestros poros.

Es cierto también que en estos últimos trabajos, con la llegada de Rami, el nuevo batería de la banda, hemos optado todavía más por ir a la yugular, buscando canciones más directas y dejando un poco la psicodelia para momentos concretos.

Aunque este disco transmite una absoluta intensidad, vuestra música es un ejercicio de músculo pero también está definido por una dedicación en las melodías…

Ante todo King Sapo nos consideramos defensores de los temas. Las canciones son las que de verdad mandan y definen a un grupo. Y por supuesto las melodías y sus letras son vitales para esa composición final. Intentamos cuidar todos los aspectos que rodean a una banda y pulimos cada uno de ellos, pero siempre hemos pensado que para tener directos espectaculares hay que taladrar al público y llegarles a través de las canciones, por lo que todos los ingredientes que las definen necesitan un envoltorio que encaje y consiga transmitir a la perfección.

Un aspecto, el melódico, que se despliega especialmente en canciones como “Tren en una postal” o “Invisible”, medios tiempo igualmente fogosos, ¿sentís que esos ritmos menos acelerados son un espacio especialmente proclive donde desarrollar más en profundidad el sonido de la banda?

Es genial que nos preguntes sobre esto porque somos una banda, como decíamos antes, a la que nos definen las canciones y no queremos poner fronteras en cuanto a su formato. No queremos ser solamente lo que se denomina una “banda de estilo”, sino que intentamos que el abanico sobre el que nos movemos sea de verdad amplio. Al final  son todos esos temas los que nos identifican,  y nosotros nos sentimos en la gloria con este tipo de composiciones. Además, si se indaga en nuestra discografía siempre hemos contado con baladas y medios tiempos. De hecho este tipo de canciones en directo suelen crecer muchísimo y hay una comunión espectacular con el público.

Al margen de que tú, Jesús, compartes color de voz con Tarque, la presencia de éste en “Hasta nunca”, ¿se pensó desde el primer momento que dicha canción iba a contar con su colaboración o cómo fue el proceso?

Compartir color de voz con Tarque es un piropazo, muchas gracias,.pero es cierto, vaya dos patas pa’ un banco (risas). Ante todo, Carlos, siempre estuvo ahí en nuestros ruegos. Es cierto que ya nos conocíamos en este mundo del rock, la noche y la farándula, pero nunca pudimos trabajar juntos. Los astros se cruzaron de muchas formas y estaba encantado de colaborar en este nuevo proyecto, así que le pasamos tres propuestas distintas. Algunas de ellas creímos que incluso le iban más aún que la escogida, pero él ahora quiere volar cabezas y eligió la más hardrockera. Desde el primer momento lo tuvo claro y no nos lo pudo poner más fácil, demostró el grandísimo profesional que es y el resto, como nuestro famoso video de promo con él, fueron cervezas.

Adaptáis el tema de Vera Hall, “Trouble So Hard”, además de -supongo- por la calidad de dicha canción, ¿su elección también significa una declaración de principios a la hora de recoger el legado de una de esas voces que han sufrido en vida y que la historia ha casi olvidado?

Nos encanta el legado y la historia de esta canción, ten en cuenta que nosotros siempre nos hemos considerado un grupo “trabajador”, de “currelas”, perrillos callejeros que nos gusta demostrar andando; carne de carretera, sudor y manta. Pero en este caso es un tema que viene de nuestros directos. Queríamos hacer una versión diferente a la que se podría esperar nuestro público; han sido ya tres años tocándola, por lo que al final  se ha convertido cada vez más en imprescindible en nuestro repertorio. Al final se lo ha ganado a pulso para estar en este nuevo disco.

Un tono de cántico espiritual que además se cuela en “No terminó” a través de sus coros femeninos, ¿la idea fue desde el principio incorporar esa textura casi gospel?

Siempre fue un cántico positivo a modo de celebración, pero es cierto que Jesús, el cantante, tenía clarísimo en su cabeza que quería ese coro acompañándole, y así lo hicimos. El resultado es gracias a la gran colaboración de Elena Rivas, Bea Rivas, Víctor Díaz, Yosi Tizón, y Mary López. Grandísimas voces y amigos gallegos.

Aunque siempre habéis filtrado en vuestras letras un tono social, este disco es especialmente reivindicativo a la hora de señalar la manipulación a la que estamos sometidos, aunque en su título haga mención a un lugar concreto, más parece una metáfora de un sistema global…

Efectivamente “El Dios de América” es un eufemismo, una metáfora. Se trata de El Dios del poder y del dinero que mueve los hilos, nos manipula a su antojo incluso sesgando vidas mientras nosotros aplaudimos. Una situación que por desgracia nos está intoxicando día a día y que nos está haciendo cada vez más inmunes a cualquier injusticia. Es como si ya no nos afectara nada. Parecemos muebles que no pueden actuar para solucionar las cosas cuando en realidad la solución claro que está en nosotros. A veces hay que resetear, poner el grito en el cielo y cambiar cada uno lo que tenga que cambiar.

La acción individual influye en el contexto global…

Absolutamente. En cada uno de nosotros está el verdadero cambio. Primero siendo conscientes de ello y luego sabiendo que sí que podemos cambiar las cosas, que el poder es nuestro y, para bien o mal, el futuro depende de nosotros.

“Polución” junta la catástrofe climática con la propia deriva de la sociedad, ¿es una forma de señalar la relación directa entre ambas realidades?

“Polución” es otro grito en el cielo de este mundo alienado, gris, intoxicado de ruido donde parece que nada nos importa, nada va con nosotros mientras tengamos nuestras necesidades básica cubiertas: el único mandato que rige esta sociedad dirigida por las modas capitalistas.

Cuando uno escribe canciones con ese contenido social, ¿cuál es la aspiración que le gustaría conquistar al ser escuchadas por el oyente?

Por lo menos que te hagan reflexionar, que no es algo precisamente fácil en estos tiempos. A partir de ahí quizás eso ya te haga tomar otras decisiones diferentes que con seguridad no gustarán a los de arriba, por eso nos lo ponen muy fácil para que no tengamos sentido crítico real, y creer que lo tenemos por poder vociferar en internet es justo lo que quieren que creamos.

Por su parte, un tema como “No terminó” parece un canto vitalista, llamando a superar cualquier techo, ¿el caos no debe quitarnos la esperanza?

Esta canción representa uno de los primeros reflejos de cómo estábamos en ese momento. Se trata de un mantra muy positivo que ayuda siempre a ver el presente -sea como sea- con esperanza.  Crees que has tocado techo, pero no es así. Lo mejor siempre está por llegar.

Llama la atención que en su momento fuerais nominados a los premios Grammy latinos y sin embargo no hayáis conseguido alcanzar un ámbito de repercusión más mayoritario en el Estado, ¿cómo se observan estas contradicciones siendo los protagonistas de ellas?

Pues efectivamente parece un poco contradictorio, aunque en la práctica el mundo del rock y su repercusión no creemos que esté demasiado influido por los premios. Nosotros estuvimos muy agradecidos por ser nominados en dos categorías latinas, imagínate, ganó Molotov, grandísimos, claro que sí, pero en nuestro caso preferimos seguir mirando de frente a lo que tenemos delante, que es esa carretera por donde continuamos nuestro camino, demostrando poco a poco que estamos aquí para quedarnos. Se trata de una carrera de fondo y disfrutaremos de cada disco y cada escenario que es donde tenemos que demostrar. En estos años, incluyendo el confinamiento, hemos sido muy arropados por un maravilloso público que cada vez va creciendo y creciendo. El verdadero premio para nosotros es ese boca a boca.

 

Texto: Kepa Arbizu

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