El pasado 17 de febrero de 2025, como si se tratara de un ritual anual, The Picturebooks subían de nuevo una historia a su Instagram (@thepicturebooks) conforme volvían a poner a punto el vehículo que los iba a acompañar por toda Europa durante las treinta y dos fechas programadas para su gira. Si éstas leyendo esto, te instó a que una vez hayas finiquitado esta crónica, hagas el trabajo comparativo con la publicada en estas mismas páginas hace poco más de un año (The Picturebooks. Razz3. 2024)., ya que encontrarás nexos comunes.
El vehículo en concreto, se trata de un furgón Ford Transit (no podía ser otra marca, aunque éste sea de fabricación europea), de color negro, y fácilmente localizable, reflejando el logo de la banda, y que se encontraba aparcado en la puerta del local donde se celebraba el show. Esto me lleva a preguntarme, ¿Cuántos kilómetros acumulará su marcador?, y otra cosa, teniendo en cuenta que el de Barcelona es el show número diecisiete, aún le quedan unos cuantos kilómetros que sumar.
Dentro de su concepto del mínimo exponente a nivel de medios, no tienen problema en maltratar y retorcer sus instrumentos según necesidad. En el caso de Fynn con sus guitarras, efectos o megáfono, y en el caso de Philipp desde la perspectiva de un trabajo multidisciplinar, buscando el golpeo de maza que aporte ese toque diferencial (esa plancha metalizada es maravillosa), y con el espectador siempre activo, ya que, en cualquier momento, le puede caer encima un trozo de baqueta.
Con su último trabajo “Albuquerque (2025)” como eje central, se estructuró un setlist que acudió al mismo hasta en cinco ocasiones (seis si contamos la revisión del “I Feel You” de Depeche Mode, y que se incluye en el). Aunque desde mi punto de vista, dejó fuera su tema más festivo “We Stole Your Rock´n Roll”, eso sí, ya en el bis sonó en formato acústico “Running Wild And Free”, esa especie de homenaje encubierto a Bon Jovi. Del resto de su discografía, supieron equilibrar la tensión con hits personales como “The Rabbit & The Wolf” o “Electric Nights”, generando un bloque de pura miscelánea propia.
Todos esos conceptos previos, quedarían cojos sin el complemento necesario de las historias de Fynn, aplicadas en su justa medida y realmente interesantes. Pasando por tiroteos en callejones, el sol de Santa Mónica en comparativa con la fría Europa, de motoristas, o de su padre, que no es otro que la leyenda del skateboarding Claus Grabke, el cual forma parte del Skateboarding Hall Of Fame desde 2024, que viaja con la banda haciéndoles de técnico, y que mantiene estilo y aura de forma impecable.
Así mismo, dejar constancia de uno de los puntos de mejora, sobre los que tienen que trabajar, y no es otro que dejar de ignorar un álbum como “The Major Minor Collective (2021)”. Editado en plena pandemia, y cargado de colaboraciones realmente interesantes, pero lo mejor, repleto de unos temas que les apartaron de su zona de confort, y que deberían replantearse sus reinterpretaciones al formato dúo para los shows. Creo que deberían tirar de su agenda de contactos y montar una gira con varios acompañantes a las voces, al preguntarle por esa posibilidad a la banda, solo me pudieron contestar con el gesto de encogerse de hombros.
Por último, no puedo dejar de lado uno de los aspectos “cool” de la noche, y ese es la camiseta de The Pretenders que lucia Flynn, así que, cuando acabes de leer esta crónica, ponte un álbum de la banda de Chrissie Hynde.
Texto: Oscar Fernández Sánchez
Fotos: Sonia Eireos Gallarin