Una ciudad como Barcelona, está repleta de locales nocturnos que esconden secretos en sus plantas bajas, en lo que podríamos llamar como las alcantarillas de la ciudad. Por lo tanto, que un personaje como Sean Wheeler escogiera uno de ellos (aunque fuera en el actual pudiente barrio de la Ribera) para ofrecer su show, entra dentro de la lógica.
La llamada leyenda del desierto, trasmitió esa aura de perdedor, del que lo ha podido tener todo, pero que no tiene nada, de rostro marcado por la dureza, de tatuaje con tinta de celda de cárcel, de dentadura maltrecha, pero, en definitiva, trasmitiendo la elegancia de saberse un “loser” que ha vivido todo.
Si analizamos su perfil @otherdesertcities de Instagram, este llevaba unos cuantos días en la ciudad condal, entre otras cosas, ensayando con la banda local Blind Dogs, que reconvertidos en The Devil’s Anchor fueron los que ejercieron de su banda. Por lo visto y escuchado, se adaptaron perfectamente a su jefe por esa noche, sonaron muy potentes, con solvencia y compenetrados, tirando de repertorio clásico de Throw Rag.
La performance particular de Sean por supuesto incluyo su hiperactividad enfundada en un traje de chaqueta de corte añejo y de línea marcada en el pantalón Wrangler de tergal, del que poco a poco se fue desprendiendo de él y retorciéndose entre abalorios del desierto en forma de colgante. Por supuesto todo eso pasó entre temas como “Hang Up” o “Space Hump Me”, evidenciando que este dispone de un repertorio clásico y poco reconocido, donde la conexión con Lemmy, vino de la mano de la versión de “Please Don´t Touch”, donde destacó el trabajo de la banda en el juego de voces.
En definitiva, todo pasó muy rápido durante el show, incluso su duración, y a pesar de que la banda estaba dispuesta a tirar de improvisación para un bis, este no se llevó a cabo, dejándonos con ganas de rematar algo mejor la noche, pero lo que quedó claro es que siempre es un placer bajar al underground de la ciudad, La producción discográfica de Sean Wheeler es directamente infinita, tanto en cantidad como en estilos, así que aprovecho estas líneas para recomendar uno de sus trabajos que cumplirá veinte años este año, ese es el proyecto como Charley Horse “Unholy Roller (2005)”.
Texto: Oscar Fernández Sánchez
Fotos: José Molina