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Luke Stewart Silt Trio – El Molino (Barcelona)

 

No sabía qué me iba a encontrar al enfrentarme a Luke Stewart. Él es claramente el contrabajista de hoy día comprometido a todo ello que tenga que ver con los movimientos más vanguardistas y laboriosos del jazz actual: free jazz, el propio avant garde, free improvisation, noise jazz… Ojo. Es miembro de Irreversible Entanglements y Heroes Are Gang Leaders (aquí junto a James Brandon Lewis), activista político y colabora con Thurston Moore de tanto en tanto. A ver, los convencionalismos no representan a Luke.

Su carrera solista, por otro lado, me cautivaba menos que la propia figura del tipo como estandarte carismático del jazz actual. Do You Remember?, su disco de 2023, me atrae; los dos volúmenes de Work For Upright Bass And Amplifier, por otro lado, se me atragantan tal hueso inesperado en el plato. Lo que equilibró la balanza e hizo que decidiese acercarme al Molino, fue su colaboración magistral en el último álbum de Archie Shepp hasta la fecha: Ocean Bridges.

Total, Luke se presentó en formato trío, acompañado del baterista Gerald Cleaver y el saxofonista alto Brian Settles. Empezaron a las diez y treinta y dos minutos de la noche y acabaron a las once y cincuenta, más o menos. Una única pieza, de corrido. Ni un solo aplauso por parte de la audiencia. No hubo espacio para ello. Ni un solo guiño de complicidad para captar la atención del público. Esto es lo que vinisteis a ver, esto es lo que os han dado.

Podías desconectar cuando algún fragmento selvático y africano se encallaba en modo mantra, pero retomabas la atención cuando uno de ellos, casi siempre dictado por el propio Luke, cambiaba el tempo y la modalidad pasaba de austera a un poco más de colorido. Me parece alucinante que tres tíos tengan la capacidad de mantener esa intensidad durante hora y media ininterrumpida. Me parece aún más chocante que puedan lograr entenderse hasta el punto de no cometer un fallo o de improvisar con esa solvencia sin que parezca que te están tomando el pelo.

Porque seamos sensatos, hay un guión aunque no lo parezca. Nadie puede tener esa capacidad extrasensorial de comunicarse por mensajes aeroespaciales. Cuando acabó el viaje, Luke agarró un micrófono que había en el escenario y dijo: «No sé qué más añadir. Ciao, Barcelona». Hala. ¿Qué esperabas? Era un jueves, día de arrastrar la semana, y no perdí la concentración un solo segundo. Misión cumplida, pues. ¿Volvería a repetir? Esa pregunta me crea dudas. Ya se verá en su debido momento.

Texto: Sergio Martos

Fotos: Alberto Belmonte.

2 Comentarios

  1. Javier Easy action

    encomiable leer contenido de tanto en cuanto de gente alineada a la música creativa, de improvisación o al jazz de vanguardia en la Ruta. Porque veamos, amigo Martos, no sé si lo que te esperabas o tus expectativas en esta experiencia sónica que relatas era ver a cualquier pagafantas de estribillos coloridos o a cualquier clónico fantasma de Lokillo.
    Aquí estas en otra división, bro: la próxima vez creo que harás mejor ir a ver un concierto de Shakira o del aburrido Thurston Moore. Por cierto que las grabaciones y presentaciones en directo de este último son tan aburridas como cualquier diazepan de los Planetas. Aunque su mundo sonoro esté alejado, su actitud de muermo no se diferencia mucho.
    Bravo Ruta!! esperamos un reportaje sobre el sello alemán FMP free music production o una revisión del «machine gun» en toda regla. Ahh… algún día nacerá una revista en blanco y negro dedicada a la música de improvisación, el free jazz o Avant gardé y la clásica impetuosa. Del mundo del rock salvaremos a Residents y al Captain Beefheart. Claro que estos tipos tampoco pertenecían a ningún cosmos sónico conocido.

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