Hay quien escribe la Historia, hay quien la estudia y quien incluso es testigo de la misma, pero son muy pocos los que han podido tomar parte en alguno de sus capítulos. Ian Dunlop es uno de esos pocos elegidos que, como suele decirse, estuvieron allí. El norteamericano, hoy radicado en el Reino Unido, fue en 1965 uno de los fundadores de la International Submarine Band junto a quien por aquel entonces era su compañero de andanzas en la universidad de Harvard, Gram Parsons.
El resto, como también suele decirse, es historia. La de Parsons es bien conocida –aún así, háganse ustedes el favor de leer el flamante volumen Caballos salvajes. Gram Parsons (1968 -1973), que firma el colaborador de esta casa Jordi Pujol Nadal y que aporta un poco más de luz al auge y caída del pionero del country rock–. La de Dunlop ha pasado más desapercibida, pero aquí sigue facturando discos, pintando, escribiendo y saliendo de gira seis décadas después de su paso por la ISB.
Inició en Sant Feliu de Guíxols una gira por cuatro localidades españolas –no se lo pierdan a su paso por Zaragoza (21 de marzo), Tarragona (22) y Barcelona (23)– en la que interpreta a su aire canciones de su discografía más reciente –mucha atención a «No Sweet Songs» (2024)–, composiciones inéditas y algún que otro tributo a su viejo camarada Parsons. Con el único apoyo de una guitarra acústica de largo kilometraje, presumiendo de una fortaleza vocal que parece inmune al paso del tiempo, y relatando entre canción y canción las mil y una anécdotas de una trayectoria vital que muchos ya querrían.
En Sant Feliu cantó sobre Lehman Brothers, sobre Delta Airlines y sobre el Sur profundo de los Estados Unidos a ritmo de folk añejo y country sin edulcorar. También recordó a Parsons con una lectura tan preciosa como inesperada de la siempre emocionante «A Song for You». Y se despidió invitando al respetable a corear una majestuosa revisión de «Ring of Fire», ese himno al amor que compusieron June Carter y Merle Kilgore, y que Johnny Cash elevó en su día a la categoría de clásico imperecedero.

Previamente había actuado como telonero This Frontier Needs Heroes, nombre artístico del también norteamericano, afincado en Barcelona, Bradley Lauretti –quien auspició la velada con el apoyo de Flying Burrito, pequeña gran promotora local cuyo nombre lo dice todo–. Con el oficio de quien se ha pateado múltiples y diversos escenarios, desgranó su propia visión del sonido Americana a base de canciones que tanto pueden despertar una sonrisa como remover las más profundas emociones. Como muestras, el country gran reserva de «Truck Driver» o ese diamante en bruto titulado «South Dakota».
Texto y fotos: Oriol Serra