No hay muchos grupos que consigan ponerte triste mientras te hacen mover el cuerpo. Arab Strap lo consiguen, mediante un equilibrio que puede parecer raro e incómodo, pero que es totalmente adictivo. Y lo hacen sin renunciar ni a la melancolía ni al ritmo. El suyo es un universo en el que cabe el slowcore de dormitorio, la electrónica introspectiva, el post-punk de club decadente y, sobre todo, letras que hablan de miserias cotidianas con una mezcla de dureza y humor que ya es marca de la casa.
Lo suyo es terapia de la dura, confesiones que escuecen pero también hacen reír. Porque Aidan Moffat no canta, sino que recita, escupe y se ríe de sí mismo, mientras Malcolm Middleton construye a su alrededor un armazón sonoro que hace que todo eso funcione.
Con una sala a dos tercios de su capacidad y un público con cierta presencia angloparlante, Arab Strap salieron al escenario acompañados por una banda de directo sobria y eficaz: batería, bajo y guitarra adicional. Lo primero que llama la atención es que su sonido en directo es más rugoso, más afilado que en sus álbumes de estudio. Desde el arranque con «Allatonceness» ya queda claro que la banda no ha vuelto después de su hiato a recrearse en la nostalgia de sus antiguos discos, sino a demostrar que sus dos últimos álbumes, especialmente el reciente I’m totally fine with it don’t give a fuck anymore (el cual sonó prácticamente todo), son igual de buenos.
«Bliss» fue uno de los primeros momentos de esa mezcla entre ritmo y rabia, entre beats bailables y letras que invitan cortarse las venas. En «Sociometer Blues» o «The Turning of Our Bones» se aprecia su evolución hacia una crítica más frontal a las relaciones mediadas por redes sociales, aunque sin perder esa mirada ácida e introspectiva que los caracteriza.
«Girls of Summer» fue, sin duda, uno de los momentos más impactantes del concierto, con un desarrollo instrumental que puso los pelos de punta. En «Compersion, Pt. 1» destacaron los juegos de guitarras, mientras que «New Birds», rescatada de su clásico Philophobia, mantuvo la emoción a flor de piel con su crescendo guitarrero y un recitado final de Moffat que dejó a la sala en silencio. Clásico absoluto.
Hubo momentos de baile sintético con «Strawberry Moon», medios tiempos como «Haven’t You Heard», y descargas crudas como «Dreg Queen». En «The Shy Retirer», uno de sus temas más celebrados, brillaron incluso con esos violines pregrabados, y «Turn Off the Light» cerró el concierto con una intensidad contenida pero demoledora. Para el bis, se guardaron «Soaps», también de Philophobia, una de esas canciones tristes (pero tristes de verdad) que, según dijeron ellos mismos, definen bien de qué va todo esto. Fue en este tema en el que apareció la cara más crooner de Moffat, y brillaron tanto o más que cuando se apoyan en bases electrónicas.
Con un sonido espectacular y una interpretación cada vez más entregada, Arab Strap ofrecieron un concierto mayúsculo. Empezaron algo bajos de energía (quizá por la asistencia algo reducida), pero pronto se crecieron, soltaron alguna broma entre tema y tema, y acabaron dando una lección magistral de por qué, después de casi tres décadas, siguen siendo relevantes. Y todo esto sin tocar “The First Big Weekend”. Que tomen nota los demás.
Setlist:
- Allatonceness
- Bliss
- Sociometer Blues
- The Turning of Our Bones
- Girls of Summer
- Hide Your Fires
- Summer Season
- Compersion, Pt. 1
- Infrared
- New Birds
- Strawberry Moon
- Haven’t You Heard
- Dreg Queen
- The Shy Retirer
- Fable of the Urban Fox
- Turn Off the Light
BIS:
- Soaps
Texto: Álvaro Rebollar
Fotos: Oriol Monrós Gil