Encuentros

Tiburona, las tres voces de la magia                                                          

 

 

Rita, Laura y Supercarmen no son tres, sino una sola –¡y hechizada!–; cuyo nombre radica en el pez más peligroso del océano, Tiburona. Bajo esta particular identidad, entre amenazante y cómica, presentaban su último álbum «Nos extinguimos» (Montgrí, 2024) con el que han recorrido clubs y festivales de todo el país. En este momento se encuentran planificando sus nuevas canciones mientras disfrutan de algún concierto espontáneo como el que tendrá el próximo 21 de marzo en el Canopy Castellana de Madrid. Ahora toca mantener la calma, detenerse ante sus extraordinarias armonías vocales y dejarse devorar por su divertidísimo rock ‘n’ roll antes de que nos pille el fin del mundo. Recuperamos la divertida charla que tuvimos con ellas a la salida del disco y fue publicada en el número de Ruta 66 de febrero 2024.

¿Quién debería salir huyendo si de pronto chillo: “¡Tiburona!”?

Rita: Según Laura, las motos de agua.

Laura: Es que si lo gritas en una playa lo mismo te llevas una sorpresa. Pero, si no, los votantes de VOX.

Carmen: También los hombres blancos cis heteros que hacen cosas de hombres blancos cis heteros.

¿Cómo se pasa de estar Sola y Feliz a concluir tajantemente: Nos Extinguimos? ¿Es una declaración desalentadora o, por el contrario, una llamada a la acción?

Rita: Una llamada a la acción, definitivamente. Sola y feliz fue como un grito a la independencia, pero también una llamada a la sororidad. Ahora, con Nos extinguimos, queremos recordar a todo el mundo que, o nos unimos de verdad, o todo esto se va al garete.

Laura: Al final la extinción de nuestro pequeño planeta es ineludible, el “cuándo” es lo variable. Ahora, si llega el fin del mundo, al menos que te pille feliz. Lo de sola o acompañada es cuestión de suerte.

¿Cuáles son los ingredientes principales de vuestro brebaje de influencias? ¿Y cómo lográis que funcione?

Laura: Venimos del rock ‘n’ roll y el garage con aires sesenteros, también nos encantan los juegos de voces y los “coros de monjas” de los que hablaba siempre Paco Loco, el fuzz y los ritmos penetrantes; pero en este último disco hemos añadido nuevos ingredientes al brebaje que nos hacen bastante felices: un puñadito de pop, una pizquilla de psicodelia, un poco de punk y algún aroma a copla estilo Brincos.

Carmen: Aunque el ingrediente principal es llevar tocando juntas más de diez años y entender la evolución natural que va presentando nuestra música.

A la hora de escribir las letras, cargada de hartazgo e indignación, donde incluso mandáis al interlocutor a la mierda, ¿os guardáis todavía algo de rabia para vosotras? ¿O procuráis que esa furia interior quede liberada por completo?

Carmen: A mí la rabia no se me gasta.

Laura: Sí, algo de furia hay que guardarse para soltar en estos aletargados tiempos.

Rita: Escribir letras al final es como escribir en un diario, te quedas a gusto, se te pasa el enfado. Ahora, cuando las recuperas, vuelve a ti esa rabia y no queda otra que soltarla en un escenario.

También está ese estilo lleno de humor y magia con el que las expresáis. Pienso en “Horizonte de Sucesos” donde la nieve da calor. ¿Durante el proceso creativo también se os escapa alguna incongruencia?

Laura: Continuamente. Para empezar, en nuestro local de ensayo la calefacción da frío, de ahí a todo tipo de contradicciones en letras, conceptos, gustos…

Rita: Cualquier proceso creativo está lleno de incongruencias: hoy te flipa A, mañana la odias y se te ocurre B, que deriva en C, y luego te das cuenta de que en realidad todo era una variación de A, y A un plagio de una canción muy famosa.

Carmen: Tal cual. Así que solo nos queda precisamente eso: que lo que nos caracterice sea el humor, la magia y hacer lo que nos dé la gana.

“Pensando en ti”, por ejemplo, contiene una fuerza y vivacidad brutal para hablar de la desilusión, ¿qué papel juegan en Tiburona los contrastes?

Carmen: Entre nosotras ya existe un contraste de base, porque somos muy diferentes. Por eso, si tiene un poco de todas las emociones posibles, nos quedamos a gusto.

Laura: Nos encantan los contrastes, decir burradas con melodías bonitas y suaves, o lo contrario. Ya se encarga el oyente de poner todo en su sitio. Así es más divertido.

Rita: Es más, suceden sin darnos cuenta: una trae una idea que nos suena muy alejada de la idea común, y nos ponemos entonces a buscar la manera de traer la armonía y sonidos a una base con identidad por sí misma.

¿Cómo lidiáis entonces con vuestras diferencias? Y, asimismo, ¿cuál es vuestra búsqueda conjunta?

Laura: Debatimos mucho, hasta la saciedad, pero cuando llegamos a algo conjunto y consensuado que nos gusta a las tres, es infalible.

Carmen: Por eso nuestro proceso creativo quizá es más lento que el de la media.

Rita: Pero se nos da bien lidiar con nuestras diferencias, todas sabemos dejar el “ego de artista” a un lado y centrarnos en construir la idea en sí. Al final, el proyecto es de tres.

En vuestras canciones son habituales los carteles: luminosos, preciosos… como vuestra estética. ¿Os parece tan esencial la imagen como la propia música?

Laura: ¡No sé por qué últimamente tenemos obsesión con los carteles! Y sí, la imagen es importante, pero jamás más que la música; vamos, por encima de mi precioso cadáver.

Rita: Vivimos en una sociedad de carteles preciosos e iluminados 24/7 que te dicen cuál es la vida ideal por la que debes sacrificarte. Nosotras también queremos servirnos de la imagen, pero a fin de construir el significado del proyecto.

Carmen: Al final, la estética es un concepto que lo engloba todo, es vital (dentro de nuestro presupuesto).

Texto: Sara Moa

 

 

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