Sacar la cabeza en un ecosistema tan saturado como el de la música no es fácil. Los compositores se tienen que romper los cascos para hacer algo diferente que se salga de la norma. Aunque el terreno que pises, sea tan genérico como el del folk. Si bien, hay muchas formas de afrontarlo y de teñirlo. Y en el caso de All Around Folks tienen la formula, mientras construyen una identidad propia. Más allá del uso de las voces (con dos cantantes) y de las influencias hindúes (quizá más patentes en su debut), está la capacidad para arriesgar y amoldarse a nuevas texturas. Por tanto, Roshanee, su nuevo y flamante disco, dibuja un mapa rico en sonidos y extenso en ideas. Maria Coronado, voz en All Around Folks, nos da las claves de este álbum.
Para empezar, la primera pregunta es inevitable, ¿cómo fue el proceso de creación y grabación del álbum?
El proceso fue muy orgánico. Empezamos con ideas sueltas que fueron tomando forma en nuestras sesiones de composición. Queríamos que el álbum reflejara nuestra esencia, combinando la calidez del folk y la inclusión de nuevos instrumentos como el piano o la batería, con otros matices que hemos ido explorando. La grabación fue un proceso intenso, pero muy enriquecedor. Buscamos capturar la energía de cada canción sin perder su esencia natural, por lo que muchas tomas fueron casi en vivo, con poca postproducción.
Una cosa que destaco de vosotros es que hacéis música americana de raíces, pero miráis también hacia otros géneros, incluso en la manera de desarrollarlos. ¿Os da esto una singularidad especial?
Creemos que sí. Nos gusta la música de raíces, pero no nos limitamos a un solo sonido. Incorporamos influencias que van desde el blues y el bluegrass hasta ciertos matices más contemporáneos. Eso nos permite explorar texturas y sonidos que no siempre están presentes en el folk tradicional, lo que le da una identidad propia a nuestra música. Nuestra elección de nombre de la banda no es baladí, All Around Folks, nos gusta caminar entre amigos y cabalgando entre diferentes folks.
Me parece muy original como unís “Eivissa” y “Ophiusa”, ¿cómo surge la idea? ¿Y con qué intención?
Nos fascina la historia y las leyendas, y ambas palabras evocan una conexión entre el pasado y el presente. “Ophiusa” es un antiguo nombre de Formentera, y “Eivissa” es una isla con una riqueza cultural inmensa. Queríamos representar ese cruce de caminos, tanto geográficos como sonoros, entre la tradición mediterránea y la música americana de raíces. Este es el enfoque más poético, pero si hacemos tangible vuestra pregunta, la realidad es que un integrante del grupo se desenamoró de su pareja en Ibiza y se enamoró en Formentera. Los temas hablan de esos momentos oscuros y la explosión de la luz cuando aparece en tu vida.
Una de los temas del disco es una versión de “Wrong side of Memphis” de John Berry. Aunque hacéis hincapié en la versión de Trisha Yearwood, representante de ese country comercial a veces tan menospreciado, pero de tanta calidad. ¿Qué os inspiró hacerla?
Siempre hemos sentido una gran admiración por Trisha Yearwood y el country noventero en general. Aunque a veces se subestima el country comercial, hay artistas que han sabido mantener un nivel de calidad increíble, y Yearwood es un gran ejemplo. Su interpretación de “Wrong sideof Memphis” tiene una fuerza especial, y nos pareció una oportunidad perfecta para darle nuestro propio giro, acercándola a nuestro sonido y a nuestra manera de sentir la música.
Y la canción que creo que os define más en este disco es “Le radici”, por temática y por toda la confluencia de estilos que hay en la canción. ¿Qué nos podéis explicar al respecto de la misma? Tiene, además, ese aire a fiesta pero también a melancolía.
Creemos que no nos define tanto en este disco como “Same Colored Eyes”, donde retomamos el sitar a pesar de haber dado un giro como banda a un sonido más moderno y un poquito más reconocible.
“Le radici”, no obstante, creemos que es una joyita por la mezcla de estilos y por la letra. Habla sobre las raíces de la mafia en Italia y en EE.UU., tanto en el sentido literal como en el emocional, sobre el arraigo y la identidad. Tiene cierta esencia festiva, que convive con una melancolía latente en la letra.
El tema también habla de las raíces en un sentido más amplio: la identidad, la herencia cultural y el vínculo con el pasado. La canción explora cómo esas raíces pueden ser tanto una conexión como un peso, algo que nos define pero que también puede generar conflicto interno.
La dualidad entre las dos voces representa ese choque de perspectivas: una mirada hacia el viejo mundo, la extorsión, la tradición, y otra hacia la reinvención y la lucha por un significado propio. La referencia a Sicilia y Estados Unidos no se centra solo en la mafia, sino en la historia de la migración y en cómo esas raíces se expanden, se transforman y a veces entran en disputa dentro de una misma identidad, aunque no seas capaces de verlas.
Os habéis decidido también por el castellano a propósito de la maternidad de María. ¿Os dio algo de vértigo cambiar de idioma?
Sí, fue un reto interesante. Morgan nos ofreció mucha inspiración a la hora de componer. Hasta ahora, nos sentíamos muy cómodos componiendo en inglés, porque el folk y el country tienen una tradición muy marcada en ese idioma. Pero la maternidad de María nos hizo reflexionar sobre la importancia de transmitir emociones en nuestro propio idioma también. Queríamos que ciertas canciones resonaran de una forma más íntima y directa. Nos daba un poco de vértigo, pero al final nos pareció un paso natural y enriquecedor.
La apuesta por hacer dos de las piezas en versión “liverecording”, ¿cómo se dio?
Siempre hemos pensado que nuestra música tiene una energía especial cuando la tocamos en vivo, y queríamos capturar esa esencia en el disco. Hoy en día, con la producción digital, se pueden pulir mucho las canciones en estudio, pero hay algo mágico en la interpretación en directo, con sus matices y su espontaneidad. Nos pareció importante incluir esas versiones para mostrar otra faceta de la banda.
Y en cuanto a la portada, me gusta mucho. Es una pintura que da juego a muchas interpretaciones. ¿Cuál es la historia que hay tras la misma?
Estamos súper contentos con el resultado. Se trata de una idea original del diseñador Manuel Martín. Se trata de un dibujo libre a través de las manos y de los pies de dos niños de 3 años de edad, Guzmán y Lope, que dan rienda suelta a su imaginación y trazos. Después Manuel integró algunas técnicas y quedó espectacular.
Nos gusta la idea de que cada persona pueda ver algo distinto en la portada, pero para nosotros representa el viaje, la conexión con la naturaleza, familia y con nuestras raíces. Es una imagen que evoca movimiento, transformación y cierta sensación de misterio, como la música misma. Queríamos algo que reflejara visualmente la mezcla de influencias que hay en el disco.
Y para acabar, imagino que con ganas de tocar mucho y defender estas canciones en vivo. ¿Cómo es el panorama en este sentido para bandas como la vuestra?
Sin duda, estamos deseando llevar estas canciones al directo, porque ahí es donde realmente cobran vida. Por ahora, hacemos el concierto de presentación del disco el día 22 de marzo en la Sala Clamores.
Hacer temas propios en el panorama actual no es fácil. Muchas salas y festivales priorizan bandas tributo o versiones porque garantizan público, y eso hace que la música original tenga que luchar el doble por encontrar su espacio.
Apostar por composiciones propias implica no solo un esfuerzo creativo, sino también convencer a la gente de que escuche algo nuevo en un mundo saturado de contenido. Además, la industria cada vez se mueve más por algoritmos y números en plataformas, lo que hace que el boca a boca y la conexión con el público en los conciertos sean más importantes que nunca. Aun así, creemos que hay un público que busca propuestas auténticas, y nuestro objetivo es seguir llevándole nuestra música, aunque el camino sea más complicado.
Texto: Toni Castarnado