El extremeño ha sido siempre un músico muy querido en esta casa rutera. Un creador libre y sin prejuicios musicales. Lleva años haciendo su propia guerra musical por libre, aunque en los 90 estuvo a punto de triunfar con su buena banda, The Animal Crackers. Ya en el nuevo milenio también tuvo su momento con Big Black Mariah, pero luego se decidió definitivamente a seguir en solitario con discos variados y originales.
Su anterior disco doble en formato digital “Ribbed Core Noise” pasó también por la web de tu Ruta. Más de 100 minutos de arriesgada música instrumental. Ahora nos entrega un disco muy distinto y más asequible y, como es bastante habitual en Decadencia Corporal, tenemos una muy especial edición en cuidado vinilo. No falta tampoco una edición limitada en compacto. Este es un destacado disco de canciones con buenas y muy personales historias en sus letras. Ya desde su título, “Extremely Poor Light This Afternoon On The Angas River”, nos indica que no es precisamente un disco fácil o demasiado alegre. Abre con el single, también buen videoclip, ‘Same People’. Algunas guitarras chirriantes, ambientes y narración muy John Cale y un bajo realmente demoledor. Con sus sintetizadores y teclados tiene también su punto Suicide y Alan Vega. Buena historia sobre la gente sin escrúpulos a la hora de conseguir sus metas. Julien toca todos los instrumentos, aunque en más de la mitad de los temas le ayuda con la batería Rafa Camisón (Gas Drummers). Paco Loco vuelve a grabarle y a mezclarle en sus estudios y hasta mete su bajo en ‘Breeze’. Del cuidado artwork del disco, especialmente brillante y más chulo en la edición en vinilo, vuelve a ocuparse con acierto Mónica Agudo.
Estamos ante un trabajo con bastantes impulsos melancólicos. Sus trabajadas letras hablan de amistad, recuerdos, el implacable transcurrir del tiempo o la dificultad de fortalecer, o simplemente mantener, las relaciones humanas. Julien quiere que te enfrentes a su trabajo como a un cuadro o una película, para que tú te puedas crear tu propia historia e interpretación. El disco continúa con la calma tensa y los riffs post-punk y también Velvet Underground de ‘Brother’. Tonos más relajados en ‘The Turtle’, pero también con su punto inquietante al estilo del “Magic And Loss” de Lou Reed, que seguro es un disco bastante de su agrado. Añade precioso dibujos sonoros más actuales con sus distintos teclados. ‘Breeze’ nos habla de manera abstracta de las emociones humanas y se nota la ayuda de Paco Loco en el bajo. Más narraciones inquietantes al estilo de las de Reed y Cale y algunas afiladas guitarras. Cierra la cara A el tema más amable en cuanto sonido. Te hablamos de un ‘Morning Rush’ en el que rezuma clase la lap steel guitar. Aires nostálgicos en su sonido y más ecos a Tom Verlaine o a nuestro Irazoki.
La cara B comienza con ‘Tremor’, que de nuevo parece poder encajar en el “Magic And Loss” de Lou Reed, uno de sus discos más relajados, relajantes y hermosos, a pesar de algunas temáticas duras y personales en sus letras. Se nota, para bien, el latido de la batería de Rafa en su ritmo. ‘1969’ no es la de los Stooges, pero sí que trata sobre el paso del tiempo o la nostalgia a la que nos suele abocar, de vez en cuando, ese tiempo y esas emociones vividas. Suena más experimental con fuzz y zumbidos en las guitarras, otra buena narración, y hasta explosiones sonoras casi hard rock o noise. Mantiene esos riffs y ritmos más duros sobre chirridos pantanosos en los casi 6 minutos de ‘Grace’. Vuelve a darle vueltas al paso del tiempo en ‘Trapper Hat’ con otra emotiva narración relajada que viaja de Alaska a Canadá, pero pasa también por Tupelo. Otro buen tema para viajar también mentalmente. El disco concluye con ‘L’Air Brut’. Sí, un tema en francés que nos hace pensar en Serge Gainsbourg o en Scott Walker. Cuidados punteos graves en un tema más melódico y animado, aunque también con su capa de misterio. Lo va a presentar en directo en selectos y concretos directos que te recomendamos desde aquí.
Texto: Txema Mañeru