
Hay varios elementos de sorpresa en este No es Para Menos (Warner, 2025), colección copiosa de descartes del bardo de San Sebastián.
El primero, el aspecto teatrero y teenager de Berrio, que mira en blanco y negro a la cámara mientras le maquillan. El segundo, la celeridad de dicho single, Hola y Adiós, empujón punk designado para abrir el doble disco, tan lejano de la pausa de su discografía en solitario y que retrotrae a sus inicios en UHF. El tercero, las notas de voz, que los comisarios de la recopilación, Joserra Senperena y Cheli Lanzagorta, se encargan de cribar para traer al (niño) futuro a un artista de cuyo fallecimiento se cumplen ahora 5 años. Hablamos con el primero, productor de Berrio, y la primera pregunta es obligada.
Y es que, habiendo sido un estrecho colaborador de él, ¿te sorprendiste de localizar tanto material en sus archivos? No sabíamos qué nos podíamos encontrar entre 90 casetes, tres bobinas, muchísimos audios… Son en total dos CDs, 47 temas cribados de 84 canciones. El primero, Adiós, Hola y Adiós, de su etapa post UHF y el segundo, Cabaret Utopía, ya llegando a sus discos en solitario. En concreto, hemos seleccionado su etapa con banda en la primera parte, y en la segunda, él solo.
¿Cómo decidisteis Cheli y tú qué entraba y se quedaba fuera? Ha sido un trabajo arduo. Y largo, ya que no se podía editar todo. Nos topamos con muchas versiones de un tema, así que había que escoger alguno. Hemos tenido en cuenta la calidad de sonido de las canciones, que estuvieran completas y su viabilidad para masterizarlas, trabajo que ha realizado Jean Phocas (ex bajista de Errobi).
Habéis dejado las notas de voz de Rafa. Parece una forma de traerle de vuelta, ya que nadie mejor que Rafa para presentar a Berrio. Las notas las dejamos para que se entendiera su forma de trabajar; la mayoría de los audios eran una autopresentación en sí, pero muchos otros apenas tenían interés. Todo el segundo disco es grabadora en mano. Rafa dejaba esas notas para acordarse de qué estaba componiendo, las secuencias armónicas, casi tal cuál, para volver a ello más adelante. Rafa era de los pocos artistas que, primero hacían la letra y luego, la música.
¿Eso le sitúa más cerca de Gil de Biedma que del rock? Bueno, no creo que fuera así. Le gustaban los recitados, e hicimos algún ensayo, yo al piano y él recitando. Y es curioso, porque se habla siempre de las letras de Rafa, pero no tanto de lo buen cantante que era. Hablando de recitados, es difícil no pensar en el spoken word de Niño Futuro, la canción, y su colección de insultos sin perder el resuello. Sí, me acuerdo en el homenaje que le hicimos en el Victoria Eugenia de Donostia que fue el cantante de León Benavente quien se hizo cargo de ella, y por supuesto, tuvo que mirar la letra mientras la cantaba.
Mirando de soslayo la trayectoria en solitario de Berrio, con 10 canciones de media en cada disco, se puede decir que era muy selectivo y quizá, obsesivo, para llegar a producir tanto material y escoger tan poco. No sé si tanto, pero sí pensaba mucho las canciones. Y a algunas sí le daba muchas vueltas. Por ejemplo, de las tomas originales de La Arcadia en Flor, de la película La Reconquista, de Jonás Trueba. hasta versión final, apenas hay unas frases que se mantuvieron.
Me acuerdo de que La Desgana, que iba a ser registrada en 1971 (Warner, 2010) acabó en Diarios (Warner, 2012) y Santos Mártires Yonkis se grabó casi tal cual. Tenía una relación paradójica con Donosti. ¿Crees que la ciudad le influyó en su obra directa o tangencialmente? En su homenaje tocaron hasta La Oreja de Van Gogh. En el concierto tributo tocó mucha gente muy diversa (Sanchis y Jocano, Mursego, Diego Vasallo, Joseba Irazoki…) lo que da cuenta de lo difícil que era encasillarle. La Oreja de Van Gogh, de hecho, le pidió colaboración, y en 1998 les compuso “Qué puedo pedir”.
Respecto a su relación con la ciudad, es cierto que tenía una relación paradójica. Cantaba No Pienso Bajar más al Centro con Amor a Traición, pero a al vez, era su cuidad y le debía mucho. Le encantaba también ir a Madrid. ¿Se pueden distinguir sus preferencias y su evolución musicales con esta horquilla de tiempo? ¿Qué es lo que más le gustaba escuchar en los últimos años? A Rafa le encantaba la zarzuela, y no escuchaba rock, decía que le deprimia. En la época de 1971 escuchaba Anthony and the Johnsons, la música lírica, que nos gustaba a los dos, Jaques Brel, Serrat, Bárbara… y a músicos de los que se rodeaba.
¿Qué próximos pasos vais a dar con este material? Vamos a hacer un evento de presentación el mismo día que sale el disco, el 28 de marzo, en la sala Ernest Lluch de Donosti, con Cheli Lanzangorta, Harkaitz Cano, Ricardo Aldarondo yo mismo.
Texto: Álvaro Fierro