La artista, de origen belga y raíces españolas, en la actualidad afincada en los EUA, ya nos ha visitado con anterioridad, ha hecho clubes y certámenes de prestigio como el Azkena Rock Festival o el Bilbao Blues Festival, pero no había pisado todavía la capital catalana. Quizás por eso, la Wolf, una sala de capacidad respetable, cuatrocientas personas de aforo más o menos, presentaba un aspecto desangelado, con poco más de un centenar de almas congregadas frente al escenario.
Ese ambiente, junto a la fría respuesta inicial del público, tímidos aplausos, poca empatía, causó efecto en Ghalia y en sus acompañantes, Daniel Pérez a la batería y un notable Jay Stiles al teclado, muy destacadas sus aportaciones durante toda la noche, a los que costó arrancar. Quizás deberían haber apretado el acelerador desde un principio para tratar de subir la temperatura más rápidamente. Empezaron con temas de su disco más reciente, «Can’t Have It All», «Hell is Not Gonna Deal With You», «Shout Sister Shout», donde la Volt demostró su buena voz, su dominio de las seis cuerdas y su buena mano para sumar rockabilly al blues más ortodoxo, que es la marca de la casa, la chispeante «I Thought I Told You Not To Tell Me» es un buen ejemplo de esa mezcla de géneros.
Poco a poco, el asunto fue in crescendo, la respuesta del personal se desató un poco y los músicos ignoraron el espacio vacío para dejarse llevar. El caso es que la segunda mitad del recital fue otra cosa, es cierto también que tiraron del catálogo de clásicos que no suelen fallar, «Rollin’ & Tumblin» de Muddy Waters, «Shake Your Moneymaker» y «Talk To Me, Baby» de Elmore James, consiguiendo un final que mejoraba las expectativas de los primeros minutos. Cerrando con, en mi opinión, las dos mejores composiciones de su último álbum, «No Happy Home» y «Po’ Boy John».
Resumiendo, una velada de sabor agridulce, que deja la sensación de que podía haber sido mucho mejor, pero, en ocasiones, las circunstancias no juegan a favor, todo y así está fuera de toda duda poner en entredicho su valía artística, es muy joven y le queda todavía mucho camino por recorrer. Si vuelve, allí estaremos.
Manel Celeiro
Fotos: Fernando Ramírez
