El blues rock, con énfasis en rock, es uno de los estilos musicales más agradecidos para presenciar en directo, el citado género, triunfal en los 70, fue capital en la creación de la figura del guitarra héroe. El antes adorado guitar hero. Músicos que hacen bandera de su habilidad. Y eso no es malo si te llamas, por citar algunos de los más famosos, Johnny Winter, Alvin Lee, Robin Trower, Frank Marino, Pat Travers o Kim Simmonds. Tipos que además de una depurada técnica y un toque espectacular tenían el mojo, sabían transmitir, dando sentido a cada una de sus intervenciones.
Entre las nuevas generaciones parece que lo que prima es la exhibición, la demostración de que tocan de la ostia. Algo que no es necesario, solo con escuchar los discos ya te das cuenta de que su valía como interpretes es superlativa. Y ese es al caso de Eric, su destreza a las seis cuerdas está fuera de toda duda, igual que la del bajista y el batería que le acompañaban, pero no puedes convertir el concierto solamente en una sucesión de solos, intercalando partes cantadas que parecían meros interludios, esbozos de temas que ejercían de puente para seguir soleando.
Algo parecido sucedía con las versiones, «La Grange» y «Waitin’ For The Bus» de ZZ Top, «Born Under a Bad Sign» o el «Can’t You See» de la Marshall Tucker Band, daban inicio y tras unos reconocibles minutos iniciales se difuminaban en otra tanda de ráfagas guitarreras disparadas una tras otra, sin respiro.
No cabe duda de que el chaval tiene fuste, pero, pese a llevar ya una trayectoria detrás, en mi opinión debe enfocar sus esfuerzos en condensar ese don que posee, buscar más el sentimiento, el alma, que cada aparición solista tenga un objetivo. Centrarse en las canciones, bajar un poco las revoluciones y encontrar la forma de expresar el talento que atesora con la misma intensidad pero con más alma. Tiene tiempo, y capacidad para hacerlo, esperemos que lo consiga.
Manel Celeiro
Foros: Fernando Ramírez
