No resulta nada común en la historia de la música popular española, el hecho de que se lancen simultáneamente un libro y un disco inédito en torno a la biografía de una banda. Pero si además añadimos que el grupo del que versa es un conjunto casi desconocido, con tan solo un par de discos pequeños en su haber, que se separó en 1996 y que estaba integrado dentro del garage revival de los 90, todo resulta aún más sorprendente.
De hecho, si previamente alguien tuviese que apostar por la viabilidad de esta empresa, pocos aportarían capital esperando que hubiese algún tipo de retorno. Pero lo cierto es que Javi Pedraces, a través de la autoedición con su editorial Picu Pintu apostó por ello editando el libro y en ese proceso consiguió que Subterfuge Records, la compañía independiente más importante de este país, también creyera en él y sacara simultáneamente un LP que estaba grabado y que, a falta de una mezcla y una masterización, había quedado inédito.
¿Cómo fue el origen de todo esto?
JP: Todo esto partió de una entrevista que le hice a Marcos Montoto, en la que fuimos desgranando su trayectoria como guitarrista. Fue una entrevista larga, porque Marcos tiene mucho que contar, que empezó a la hora del vermú, continuó mientras comíamos en Pola de Siero unas lentejas con chorizo, y siguió durante parte de la tarde. Allí me dijo que The Mocking Byrds, había sido su primer grupo y que habían estado grabando un LP en los estudios Toe Rag de Londres propiedad de Liam Watson, pero que el disco luego había quedado inédito. Marcos me lo contó sin darle excesiva importancia, pienso yo que más que nada porque como era algo que ya había pasado y que no había dado fruto, mentalmente lo había dejado correr.
MM: Sí, los Mocking Byrds eran la banda de unos amigos, ya tenían un par de discos pequeños editados. Yo de aquella, aunque ya tocaba la guitarra, no tenía ningún proyecto musical serio y además me había ido a currar una temporada fuera, pero éramos de la misma pandilla de aficionados a la música y teníamos afinidad de gustos. A veces me juntaba con ellos a tocar de manera informal en su local de ensayo, les dejaba alguna guitarra o ampli para grabar, nos corríamos juergas…lo típico.
En un momento dado, ellos se quedaron sin guitarrista y yo acababa de regresar de Londres, así que me propusieron entrar y yo acepté encantado. Al poco tiempo (creo que no di más de 3 conciertos con ellos) surgió la oportunidad de grabar un LP para Subterfuge en los estudio Toe Rag de Londres, donde habían estado grabando Doctor Explosión un par de discos, y para allá nos fuimos. Fueron dos semanas muy locas y, aunque acabamos de grabar el LP, el último día tuvimos una bronca en el estudio y nos separamos. A partir de ahí todo quedó truncado, el disco no se editó y ese capítulo se dio por cerrado. Cuando tantos años después tuve la conversación con Javi, lo mencioné como algo anecdótico de mis inicios en la música, pero sin darle especial importancia, ya que no tuvo mayor trascendencia.
JP: Lo cierto es que a mí fue una cosa que me llamó muchísimo la atención, por un lado porque en esos mismos estudios, unos años después se grabó el Elephant de los White Stripes. Y por otro porque ¿Cuántos grupos españoles de rock han ido a grabar a Londres a lo largo de la historia? ¡Pues muy muy pocos! Y prácticamente ninguno lo hicieron sin estar respaldados por una multinacional. Así que nada más contarme eso, yo ya quería saber más cosas sobre el asunto. Luego me contó que el grupo había discutido el último día, con la grabación ya acabada, y se había disuelto, por lo que a Subterfuge que era el sello para el que estaban grabando, no le motivó nada el hecho de sacar un disco de un grupo que ya no existía.
MM: La verdad que, a pesar del final tan catastrófico que tuvo aquella aventura, en el momento y para nosotros supuso todo un acontecimiento. Éramos unos chavales de veintipocos años, fans de la música de los 60, que estábamos fascinados por los sonidos y equipos añejos y que nos vimos de pronto en aquel estudio rodeados de cacharrería analógica, amplificadores e instrumentos de época y en una ciudad emblemática para toda la música que nos molaba, así que rebosábamos entusiasmo y excitación. Como contrapeso, nos faltaba la seriedad y profesionalidad que hubiera requerido llevar aquello a buen puerto. Por un lado cuando nos poníamos a grabar tocábamos con unas ganas y una pasión que creo que se reflejan en la grabación. Por el otro había un descontrol y una dispersión que generó una situación bastante caótica y fue alimentando una tensión que al final hizo que todo estallara.
JP: Tras escuchar el relato de Marcos, me pareció buena idea hablar con el resto del grupo y ver hasta dónde podía dar de sí esta historia. Y a medida que iba descubriendo, nueva información, más apasionante me parecía todo, porque lo primero fueron los testimonios, pero también carteles, fotografías, artículos de prensa…
Una vez que conocí las opiniones de los miembros de la banda, fui ampliando el foco, hablando con otra gente que había vivido todo aquello de cerca y de ese modo fui completando la biografía del grupo.
Se daba además el caso que yo había tenido oportunidad de ver a la banda en directo en los 90 y recordaba que eran un conjunto interesante y con un buen directo.
El libro es una historia oral.
JP: Sí, en un principio no iba a ser así, pero todas las entrevistas para el libro las hice en persona o por teléfono, no hay ninguna por escrito, así que tuve que invertir bastantes horas en transcribirlas y en ese proceso me di cuenta de que quedaba mucho mejor hablando directamente los protagonistas, que contándolo yo. Fue entonces cuando cogí todos aquellos diálogos y los fui entremezclando hasta darle el resultado final, pero vamos, que si lo hubiese grabado en video, ahora podría ser un documental, porque son los testimonios directos de la gente que lo vivió.
¿Y porque escribir un libro sobre una banda de garage revival de los 90, que tampoco fue de las más conocidas?
JP: Mi idea inicial antes de que Marcos me contase eso era hacer un libro similar al último que había hecho, se llamó “Asturies 60” y es un recorrido por los orígenes del rock and roll en Asturias. Tenía en la cabeza hacer algo parecido, peor con la escena de los 90 en el Principado. Pero el problema que surgió es que el material del que ya dispongo de los grupos asturianos de la última década del siglo XX, es infinitamente más amplio que el que tenía para “Asturies 60” y da no para un libro, sino para tres o cuatro. Así que me pareció buena idea contar una historia más pequeña como la de los Mocking Byrds y a través de ella dejar el trasfondo de lo que ocurrió en los 90 en Asturias, que no fue solo el Xixón Sound, también hubo muchas otras cosas esparcidas por toda la región.
Pero luego además del libro acabó saliendo el disco.
JP: Sí, a raíz de toda esta investigación, me puse en contacto con Carlos Galán de Subterfuge. A Carlos no lo conocía, pero se interesó por el proyecto desde el principio. El primer objetivo era encontrar el master de la grabación, pero tras buscar en los archivos de la discográfica, vimos que lamentablemente el master se había perdido. Ahí hubo un poco de desilusión por mi parte, porque yo tenía muchísimas ganas de escuchar las grabaciones. Pero fue entonces cuando descubrí que por fortuna José Carlos Menéndez, el bajista, cantante y líder del grupo, había pedido a Ed Deegan que le grabase una copia en casete cuando acabaron la grabación para poder escucharla. Esa copia era un rough mix, pero cuando la escuchamos permitió ver que lo que se había grabado en Londres era algo que merecía la pena. José Carlos me pasó la grabación en digital y el grupo volvió a escucharla 28 años después. Fue muy emocionante ver las reacciones de los miembros de la banda. Había mucha emoción.
MM: Yo sabía de la existencia de aquella cinta que le habían pasado a José Carlos, pero como habíamos perdido el contacto no la había podido escuchar. En su momento se editó uno de los temas de aquella sesión para un recopilatorio de Subterfuge pero eso era todo. Al escuchar las canciones de la grabación 28 años después me resultó todo muy familiar y al mismo tiempo sorprendente porque, a pesar de la crudeza sonaba fresco y vibrante.
¿Y cómo convenciste a Subterfuge para editar el disco?
JP: Pues la cosa es que no tuve que persuadirlo, Carlos estaba ilusionado con que se recuperase aquel disco. Lo volví a llamar, le conté que habían aparecido esas grabaciones y cuando las escuchó no lo dudó. Me dijo que sí, que lo editaba ¡y además en vinilo! Tanto para mí, como para el grupo fue una alegría, porque contar con el respaldo de una discográfica con años de experiencia, hizo que todo fuese muy fácil. Además Subterfuge había pagado en su momento la grabación. Aunque se hubiese perdido el master, el sonido de esa cinta era en cierta manera en una parte suyo.
MM: Cuando Javi mencionó la posibilidad de editar esas grabaciones yo pensé que estaba loco jajaja…más allá de la curiosidad anecdótica y el recuerdo para nosotros, no creía que un sello fuese a tener interés en invertir dinero en sacar un disco de una banda que no existía, ni iba a poder tocar en directo para apoyar la edición. El día que nos dijo que Carlos Subterfuge estaba dispuesto a editar el disco ¡no podíamos creerlo!
Y como fue el proceso de mezcla y de masterización? Porque partiendo de una cinta de casete, el resultado del disco es acojonante.
JP: Cierto, nadie diría que iba a salir algo tan bueno, porque la cinta sonaba bien, pero estaba sin mezclar adecuadamente, había sido una mezcla ultra rápida para darle salida en una cinta, pero sin tener mucho cariño porque el fin era un uso en plan casero y sonaba todo muy crudo.
MM: Sí, en la cinta se percibía un potencial, pero aquello no tenía la calidad para editarse tal cual. Al ver la disposición de Carlos Subterfuge a sacarlo fue cuando empezamos a tener en cuenta la necesidad de “adecentar” ese material e inmediatamente pensamos en Jorge.
JP: Aun así después de hablar con Jorge Explosión, él nos dijo que se veía capaz de mejorar aquello sin hacer nuevas grabaciones, solo con lo que había en la casete.
¿Y cómo lo hizo sin tener las pistas por separado?
JP: Pues usando la inteligencia artificial. Hay un programa que permite extraer las pistas en una grabación que no las tiene. Aunque no es algo que esté todavía muy desarrollado y en algunas partes, al separar por frecuencias, mezclaba por ejemplo los agudos de la guitarra y el órgano, con lo que hacía falta tener unos conocimientos y una habilidad para hacerlo bien, y Jorge tiene ambas cosas. Se metió en sus estudios Circo Perroti y obró la magia. De hecho yo fui un día al estudio a ver el desarrollo del proceso y ese día estaba él con Félix A. Domínguez que lo estaba asesorando en ese momento y vamos, hizo maravilloso. Lo mezcló, lo masterizó y ahora esos temas suenan como un cañón.
MM: Sí, claramente tras la mezcla en Perroti la diferencia fue como de la noche al día. Esas grabaciones eran poco más que un souvenir, que quizá sólo tenía relevancia para los que lo grabamos y vivimos la experiencia pero después del repaso de Jorge, aquello se convirtió en un disco digno de mostrar al público.
El libro y el disco además están gozando de difusión fuera de Asturias.
JP: Sí, eso es una suerte, estuvimos en El Sótano de Radio 3 en noviembre presentando este libro y el anterior de Asturies 60. Pero sobre todo mi orgullo pasa por arrojar luz sobre cosas que para mí son interesantes y reconocer el trabajo de unos músicos que tienen altas dosis de talento.
Hace poco hablando con Pachi, el dueño del Cactus Bar, uno de los locales de conciertos más emblemáticos de los 90 en Asturias, me contaba lo trascendente que era que se hubiera puesto en valor el trabajo de una banda como The Mocking Byrds a través de un libro y un disco. Algo que es más normal en grupos extranjeros, pero super raro en bandas nacionales. Y el hecho de que saliese el disco que había quedado inédito, me decía que le parecía un logro formidable, porque esa música era como una foto fija de un sonido que se estaba haciendo aquí, pero que estaba al mismo nivel que lo que se hacía en Inglaterra, aunque fuese de un estilo minoritario como es el garage revival.
A mí que me diga eso Pachi, me llenó de orgullo, porque para muchos de nosotros es una referencia, un tío que sabe muchísimo de música y que fue un protagonista indiscutible de que precisamente bandas importantes como Hellacopters vinieran a tocar a Asturias a su local.
MM: Absolutamente de acuerdo. Pachi, su por entonces pareja, Goyi y el Cactus bar en Avilés, en lo que a mí y a todas las bandas por la que pasé respecta, constituyen un pilar imprescindible para la escena musical underground de aquella Asturias de los 90. Y nunca estará lo suficientemente valorado ni reivindicado. El cuartel y las oportunidades que brindaba a todas las bandas que empezaban y su disposición para acoger bolos de grupos de fuera que estaban de gira, dio muchísima vida a los fans y a los músicos de aquí ¡¡La historia del Cactus sí que da para un libro!!
Texto: Javier H. Ayensa