¿De dónde surge la banda y cómo se llega a formar el grupo?
Todo empieza en el instituto, en Sant Sadurní d’Anoia, cuando un puñado de amigos se animan a formar su primera banda de rock and roll. Ahí es donde nace Fuera De Tono, una banda de versiones. Al cabo de unos años, tres integrantes del grupo decidimos empezar a trabajar seriamente con algunas composiciones propias y, después de darle muchas vueltas, Pau Cuscó (bajo), David Castells (guitarra y voz) y yo (Daniel Heredia, batería) formamos Sin Reputación.
Con este renovado proyecto empezamos a dar conciertos por los garitos de la zona en los que nos dejaban tocar, pero, al cabo de un tiempo, David y Pau acabaron abandonando la banda y fue en ese momento (año 2019) donde mi hermano Ivan Heredia (guitarra y voz) y, más tarde, Joan Ortega (bajo) entraron a la banda. Ivan llevaba tocando con bandas de rock and roll desde que tenía 14 años, había tocado, incluso, en sitios en donde no se le permitía entrar por edad. Había formado parte de otras bandas como Red Stripes y, además, fue guitarrista del cantautor catalán Albert Fibla.
Por otra parte, Joan, también estaba tocando en varios proyectos antes de entrar a la banda. Pero un día, en el bar del conservatorio donde compartimos horas y horas de clase, le pregunté que si le gustaban los Stray Cats y su “sí” fue suficiente para preguntarle si le apetecería ir a Sant Sadurní a tocar algunos temas con mi hermano y conmigo. Y ese primer ensayo los tres juntos fue el que consolidó la banda tal y como existe hoy en día.
Este es vuestro primer disco oficial tras el EP “Muérdeme”. Parece que le habéis dado un toque más grasiento y macarra al sonido. Más mala leche y más rockero. ¿Qué diferencias constatáis de aquellas canciones a las nuevas que habéis grabado?
Más madurez y más tiempo, el EP lo grabamos muy rápido. Ivan hacía relativamente poco que había entrado en el grupo y teníamos la oportunidad de grabarlo con Aurelio Morata como productor. No queríamos perder ese tren, así que cogimos las canciones que teníamos y las que nos parecieron mejores en aquel momento y las grabamos. Con La Última Bala todo ha sido distinto. Ha sido un trabajo más lento y también más pensado. Hemos hecho muchas horas de local de ensayo pensando cómo tenía que ser cada tema y, después, los hemos puesto a prueba en muchos conciertos, ayudándonos a ver cómo conectaban con nuestro público.
Se aprecia que las guitarras tienen con mucho protagonismo, con unos riffs muy definidos y acertados. Era algo que teníais en mente cuando empezasteis a componer? Os sale fácil crear esos riffs?
Sí y no. Es decir, no teníamos en mente: “hay que hacer muchos riffs molones”, pero sí que nuestro bagaje musical ha hecho que de manera natural aparecieran. La verdad es que a la hora de componer, los riffs aparecen cuando ellos quieren. Quizás estás horas pensando en “voy a sacar un riff que flipas” y normalmente cuando vas con esa mentalidad no sale nada. Ahora, cuando coges la guitarra porqué te apetece tocar un rato, por qué lo haces con gusto… Ahí es donde aparece la idea. Al menos, eso nos pasa a nosotros.
Muchos temas están enfocados al motor, la carretera… ¿Tenéis vínculos con el mundo motero?
Siempre hemos tenido mucha relación con los Motor Clubs. Ellos apuestan mucho por las bandas en directo en todo aquello que organizan y nos acostumbran a llamar para que toquemos. Queremos aprovechar para agradecerles desde aquí su confianza en nosotros. Aparte, el rock and roll y creo que las bandas de música que tocamos en directo, tenemos mucha relación con la carretera. El hecho de salir a tocar por ahí implica un desplazamiento y, cuanto más lejos te lleve la carretera, mejor, eso quiere decir que tu música puede llegar más lejos.
“Vida normal” parece una ironía sobre una forma de vida y la contradicción de ser una persona normal y una rock’n’roll star. ¿Cómo surge y puede que esté inspirada en vosotros mismos?
Total, de hecho, en nuestros conciertos la presentamos así, es nuestra vida y así es como nos gusta. La idea surge de la imposibilidad de hacer planes con nuestros amigos o con nuestras parejas a causa de los conciertos y los ensayos. Llevamos años que tocamos casi cada semana y eso es bueno para el grupo, pero quizás no para la gente a la que quieres y no forma parte de la banda. A partir de ahí jugamos con la ironía de alguien que mola mucho porque es una rock & roll star, pero se levanta a las siete de la mañana para coger el tren e ir a trabajar.
“Blanca” recuerda a las grandes voces de los 50’s. Una balada marca de la casa con un aire soul que recuerda a The Drifters, The Coasters o Dion entre otros. Habéis escuchado mucha música de esa década y qué bandas os gusta citar como favoritas. Si no fuera así, cómo surge esta canción?
Blanca es mi hija (Ivan), es una canción de amor paternal. Nos inspiramos en la música de los 50s para hacerla, ya que nos encantan los grandes clásicos del rock and roll como Elvis, Chuck Berry, Jerry Lee Lewis o Little Richard. Ahora, esta canción en particular la pensábamos más como un tema de Sam Cooke, eso sí, sin vientos, ya que nosotros no llevamos.
Otra temática que os define son las canciones referidas a una banda de rock’n’roll y sus vicisitudes. Se nota que estáis viviendo el momento a tope. “Otra noche” es un buen ejemplo de ello. Está siendo muy dura vuestra experiencia a la hora de encontrar conciertos y poder mostrar vuestra propuesta? ¿Qué os parece que falta en la escena/industria para que una banda como vosotros pueda tener una regularidad y poder seguir componiendo, tocando…?
No nos podemos quejar, ya que conciertos no nos faltan. Este año es el primero que salimos de Cataluña a tocar por el resto del país y, por el momento, la experiencia ha sido muy buena. Hay que decir que tenemos una base de garitos en Cataluña que siempre nos van llamando y nos ofrecen tocar en su local. Eso nos hace estar continuamente en movimiento y tener conciertos casi cada semana. Ahora, nos haría mucha ilusión poder telonear a una banda más potente que nosotros y hacer alguna sala un poco más grande. Ahora, sí que vemos que nos cuesta más coger salas en grandes capitales, ya que las condiciones son un poco duras.
Pero no es culpa de las salas, sino de la sociedad de consumo en la que vivimos. La gente ya no va a ver tantos bolos como tal, sino que prefiere ver vídeos de 30 segundos por una pantalla. Las bandas clásicas como AC/DC, Bruce Springsteen, The Rolling Stones y un largo etcétera siguen llenando, y te sorprendes de encontrarte allí gente que no ha escuchado nada de la música de la banda que van a ver. Simplemente, van por el hecho social de poder decir: “estuve allí”.
¿Cómo llegáis al estudio de Aurelio Morata y cómo ha sido la experiencia?
Por casualidad, después de un concierto vermut en una hípica, se acercó el batería de Bombarderos. Nos había visto y le habíamos gustado y nos presentó a Isabel, una mujer que había llevado a grandes bandas, pero que actualmente ya estaba retirada del panorama. Isabel fue la que nos puso en contacto con Aurelio Morata y a partir de ahí grabamos el EP Muérdeme y después nuestro nuevo disco La última bala. Trabajar con Aurelio ha sido una tranquilidad. Saber que estás en buenas manos para hacer música. Los tres éramos seguidores de Rebeldes desde pequeños y aún hay días que miramos el móvil y flipamos de poder tener relación con un tipo como Aurelio, alguien que sentó cátedra en el rock & roll español.
¿Qué artistas son vuestros referentes principales? Y vuestros 5 discos favoritos?
Nuestros principales referentes son: Zigarros, Rebeldes, AC/DC, Elvis y Stray Cats. Y nuestros 5 discos favoritos:
- Made in Japan – Deep Purple
- Born to run – Bruce Springsteen
- Highway to hell – AC/DC
- Live at the Harlem Square – Sam Cooke
- Layla and Other Assorted Love Songs – Derek & The Dominos
¿Pensáis que tenemos rock’n’roll para rato? ¿Qué esperáis del futuro?
Pues creemos que hay rock and roll para rato, sino, no estaríamos aquí! Ahora, sí que vemos una tendencia en los chavales jóvenes, muchos de los que se enganchan al rock and roll lo hacen escuchando, exclusivamente, a las bandas de toda la vida y eso es un poco peligroso. Podría acabar pasando como con la música «clásica», venerando a los artistas y las obras de hace 200 años e ignorando la actual. En el rock and roll lo estamos viendo con los tributos… Hay muchas bandas como la nuestra por España, (Carameloraro o El Cantante del Greco son un buen ejemplo) a las que nos toca ir empujando para poder hacernos un sitio y, así, crear una escena musical un poco más amplia y fresca.
Texto: Daniel Miralles