Hermanos y nacidos en Murcia, aunque uno se trasladó a Barcelona y el otro a Madrid, Maestro Espada han explorado el folklore de la huerta para proyectar música pop que mezcla la instrumentación tradicional con la electrónica en un viaje que parte del pasado para vislumbrar el futuro. Accedieron a esa cultura musical todavía viva con la ayuda de las cuadrillas, agrupaciones que han mantenido viva la historia de su tierra. Debutan con un álbum homónimo, doce canciones entre la intimidad y el ruidismo. Lo presentarán en un festival acorde con sus intereses, MUD (Festival Músiques Disperses), cuya edición de este año tendrá lugar en Lleida del 14 al 16 de marzo. Comparten cartel con Depedro, Los Dug-Dug’s, Benin International Musical y Mohama Saz, entre otros. También se les podrá ver en el TEM de Valencia este viernes 28 de febrero.
Contadnos los orígenes del grupo y cómo decidisteis explorar vuestro propio folklore…
Hace pocos años que nos dimos cuenta de la cantidad de joyas subterráneas que había en el sureste, menos conocidas o difundidas que las tradiciones musicales de otras regiones. Empezamos a explorar por pura curiosidad, y comenzó a influir en nuestra forma de componer y cantar hasta determinar el enfoque de este disco.
Habéis consultado a luthiers de Tarragona, Murcia y Lorca para conocer los instrumentos tradicionales, y conectado con artesanos y miembros de cuadrillas para aprender a tocar la castañeta o la pandereta. ¿Cómo se mezcla eso con una sonoridad contemporánea?
Esto nos ha surgido de forma natural y fluida. Lo extraño para nosotros sería tocar los tresillos en una pandereta de forma tradicional, porque no venimos de ahí ni sabemos hacerlo así. Teniendo otro background, ya el primer contacto con el folklore venía determinado por esa mirada. Somos a la vez murcianos e intrusos.
¿Diríais que vais por la misma senda que el exitoso Rodrigo Cuevas, folk asturiano, o los Hermanos Cubero, normalizadores de la tradición en un entorno urbano y moderno?
Es enriquecedor que las tradiciones musicales se normalicen y pasen a ser un lenguaje común, una influencia musical tan válida como algo que viene de otros países, y que sirva de inspiración para otras cosas.
¿Hasta qué punto haber crecido en la huerta murciana os legitima y os inspira para llevar adelante vuestro proyecto?
Crecimos en la huerta, pero no en el folklore. Si hubiéramos crecido en el folklore, probablemente no nos interesaría hacer este disco ahora. Es un descubrimiento reciente, que nos ha animado a profundizar y mirar de forma diferente un acento, un paisaje y unos temas que sentimos cercanos.
Con la irrupción de la música pop a principios de los sesenta, las nuevas generaciones inglesas o españolas rechazan la tradición folk de sus ancestros. Hasta que llega el folk revival… ¿Sois parte de un nuevo folk revival?
No. En esencia, sentimos que hemos hecho un disco de pop.
¿Qué habéis aprendido, aparte del descubrimiento de la Cuadrilla de Patiño o Atahualpa Yupanki, en la inmersión en el cancionero popular murciano?
Nos ha inspirado mucho la ternura al tratar temas fuertes como la muerte. La transparencia de las letras, la capacidad de decir mucho con poco. También lo sorpresivo de algunas melodías o estructuras, como la trilla o los salves.
Vuestro método parece ser la contraposición de tradición y modernidad, laudes y sintetizadores, cultura popular y vanguardia artística. ¿Cuán difícil es llegar a ese equilibrio?
Las líneas entre esas cosas se dibujan a posteriori. Las definiciones. Pero en el proceso, son solo herramientas, timbres, tonos o emociones que conviven de manera fluida. No sabemos cuál es la receta para que esto quede bien. Nos movemos por intuición. Cuando estamos sacando una melodía o un arreglo y para los dos es un sí, continuamos por ahí.
Contadnos la experiencia de trabajar con Refree en vuestro álbum. ¿Satisfechos con el resultado final? ¿Hacia donde os dirigiréis a partir de ahora?
Con Refree compartíamos una energía curiosa y la voluntad de encontrar un espacio emocionante para los tres. Ha sido un privilegio poder trabajar este disco juntos con esta calma y en esta profundidad.
Texto: Julián Campos
Fotos: Virgili Jubero