Encuentros

Gaizka Insunza, «Este disco huye del efectismo, y requiere una escucha activa»

 

 

Iaz es el título del segundo trabajo de Gaizka Insunza en solitario, al margen de su banda Audience. Un disco en el que el músico bizkaino apuesta por abrir las puertas a diferentes sonidos, como el jazz o el soul, pero sin perder esa esencia cercana a la supuesta sencillez y al minimalismo, que ya dejaba entrever en su disco de debut. Además, el de Gernika también reivindica el valor de su lengua materna, utilizando el euskera para las letras de todas las canciones de este sobresaliente Iaz.

 

Este disco lo grabaste en Gernika, junto a Iñigo Etxebarrieta como técnico de sonido. Cuéntanos un poco sobre el proceso.

Sí, lo grabamos entre mi casa, el estudio de Iñigo y el local de Audience en 2020, en pleno contexto pandémico. La grabación se hizo en unas cuatro o cinco sesiones. La mezcla básicamente se la dejé a Íñigo, y en 2024 hicimos una última sesión para los arreglos finales, la mezcla y la masterización. Mi prioridad siempre ha sido Audience, que, en ese momento, también estábamos grabando el disco Tolesdurak, que publicamos en 2021, y lo estuvimos presentando en directo antes de volver a meternos grabar el disco de versiones de Dylan, que presentamos en 2023, así que ahora que tenía un pequeño hueco he decidido publicarlo.

Han pasado varios años desde la grabación, ¿es raro volver a escuchar las canciones después de tanto tiempo y en un contexto totalmente diferente?

Ha sido como un arma de doble filo, porque durante estos cuatro años mi cabeza ha estado en otras composiciones. Pero también es cierto que la distancia con estas canciones me ha ayudado. De hecho, antes de afrontar esa última sesión de grabación durante el 2024, hice una escucha previa porque no lo había escuchado en 2 ó 3 años y me di cuenta de que estaba muy bien… al final, cuando estás grabando un disco, lo escuchas tantas veces que acabas un poquito agobiado. Y en ese sentido, haberlo escuchado de nuevo con oídos frescos, después de haberlo tenido en el cajón tanto tiempo, me ha ayudado a ver sus virtudes y a publicarlo sintiéndome bastante orgulloso de lo de lo que hice hace cuatro años.

¿Sabes separar esa “bipolaridad” entre tu trabajo como miembro de Audience y tu proyecto personal?

Muchas veces no es tan fácil discernirlo. Hay canciones que sé claramente que encajan mejor con Audience o en mi proyecto en solitario, pero también hay otras que podrían funcionar en ambos formatos. En este disco, por ejemplo, sé que hay canciones que podrían haber funcionado perfectamente también dentro del repertorio de la banda.

¿Cómo afrontas la composición y la grabación en solitario en comparación a cuando lo haces con tu banda?

Es un proceso mucho más unipersonal, porque no tengo ningún feedback hasta que enseño las canciones a Iñigo en el estudio. En Audience, en cambio, desde que metes una canción en el local, ya la escuchan tus compañeros. Publicar un disco en solitario da más miedo porque la responsabilidad es solo tuya. Tú presentas con tu nombre algo que has hecho en tu casa, y no tienes ninguna red… no tienes compañeros de grupo con los que repartir las culpas o la responsabilidad, por lo tanto hay más miedo, o más vértigo a la hora de afrontar un proyecto al solitario que cuando lo haces arropado por un grupo.

Siguiendo con las diferencias entre tus dos facetas, mientras que en Audience los arreglos son más elaborados, en este proyecto en solitario pareces optar por un enfoque más minimalista…

Sí, sin duda. En Audience los arreglos son mucho más trabajados, pero en este trabajo he tratado de defender las canciones únicamente con piano y voz. En mi primer disco en solitario quizás sobrecargué los arreglos, pero aquí he optado por una producción más cruda y frágil.

En la nota de prensa, hablas de la influencia del jazz y el soul a la hora de hacer este Iaz ¿Qué te atraía de estos géneros, en los que, tal vez, no estamos demasiado acostumbrados a verte?

Está claro que yo vengo de una cultura rock y en mi casa había colección de vinilos bastante importante, de la que se ha nutrido mi desarrollo musical. Y a la hora de hacer música, hemos tirado hacia distintos lados, pero siempre partiendo del rock; y de hecho, Audience ha sido un grupo que ha vivido bastante del country, aunque luego haya ido evolucionando hacia muchas otras cosas. Pero hace un tiempo, empecé con una colección de clásicos del jazz, no sé si de Planeta Agostini o de alguna de estas editoriales, con discos de Thelonious Monk, Charles Mingus, Duke Ellington, Miles Davis… y así empecé a aficionarme al jazz.

Además, durante los últimos años, he tirado mucho a la música “pre rock and roll”, al doo wop a grupos vocales como The Coasters, The Impressions, donde tocaba Curtis Mayfield, The Teenagers, cosas de Motown, como The miracles… esos grupos me han interesado mucho últimamente, y creo todo eso se refleja en este disco, en los ritmos pausados y en ese ambiente, como tú decías, bastante sencillo, tratando de jugar un poco a generar y liberar tensiones, y es un terreno en el que me siento muy cómodo ahora mismo.

En ese sentido, yo siempre he reconocido la influencia que ha tenido en mí la manera en que afronta la creatividad Brian Wilson, que parece que vive en un universo paralelo propio, componiendo con un punto nostálgico. Se pueden encontrar bastante similitudes en el modo en que yo afronto mi obra, y por eso lo tomo como referencia, por cómo habla de aspectos nostálgicos con letras sencillas. Es bastante asequible en las formas pero sus composiciones, en el fondo, son muy complejas. Y en Iaz, aunque también desarrollo ese discurso de sencillez, si vas a los acordes y a las composiciones, diría que también tienen esa complejidad, ya que no utilizo, únicamente, acordes mayores y menores, sino que utilizo disminuidas, quintas aumentadas… un lenguaje musical que es bastante complejo, aunque quería que el envoltorio fuera bastante sencillo.

En tu primer disco en solitario, se hablaba mucho de la influencia, precisamente de Brian Wilson, pero también de Randy Newman. Sin embargo, parece que, en esta ocasión, has querido ampliar tus referencias. ¿En qué te has fijado en esta ocasión para crear estos nuevos temas?

Yo soy bastante melómano y tengo muchas referencias, y cuando hago entrevistas me cuesta nombrarlas porque, a lo mejor en este momento, tengo la tentación de hablarte de los discos que estoy escuchando ahora mismo. Pero tengo más de 3.000 discos y sé que, a lo largo de mi carrera, por ejemplo me influyó el Nevermind de Nirvana, pero también Michael Jackson en su momento, o los discos de los Beatles que me ponía mi aita en casa… y sé que las influencias que tengo son muy diversas. Pero, en lo que respeta a la producción de este trabajo sí que ha habido dos discos que me han ayudado a la hora de elaborarlo: uno fue el Rough and Rowdy ways de otro de mis tótems, como es Bob Dylan, publicado en 2020, que también juega mucho con los elementos de los que te hablaba antes, porque parece que, mediante el diálogo de las guitarras, o de los distintos arreglos que hay, se percibe el acorde pero no te lo da de una manera explícita, luego esos juegos de melodías tan poco evidentes… así que, cuando Iñigo me preguntaba por alguna referencia para este trabajo, yo le pasé este disco, que me influyó también a la hora de pensar los arreglos y el ritmo, porque tampoco tiene coros, cosa que no pasaba en el primero, donde creo que lo vestí demasiado. Pero en este caso he minimizado los arreglos, tratando de defender las canciones únicamente con piano y voz.

Y otro disco que también me influyó mucho fue The Gospel According To Water de Joe Henry, que tiene los  mismos elementos: producción cruda y frágil sin segundas voces, manteniendo los elementos básicos de la composición. Lo que no busco en Iaz es la inmediatez, que parece que es la corriente principal hoy en día en la industria. Muchas veces, para buscar eso, la música es demasiado efectista, mientras que este disco requiere de una escucha activa y creo que, a medida que lo vas escuchando, va creciendo. De hecho, hay una intencionalidad de exigir esa atención del oyente y no darle las cosas demasiado mascadas, y por eso, ni siquiera he publicado un single.

Otro elemento diferenciador en este segundo trabajo es el idioma. ¿Por qué has decidido hacer, en esta ocasión, todos los temas en euskera?

La transición al euskera es algo que he ido haciendo poco a poco, pero también ha sido una decisión bastante consciente. Yo soy euskaldun, y mi idioma materno es el euskera. Es verdad que siempre me he sentido más cómodo cantando en inglés, por varios motivos: mis principales referentes son anglosajones y mi cultura musical ha sido en inglés, que a su vez, es un idioma que me permite ponerme una máscara, porque para mí no es lo mismo decir “I love you” que decir “Maite zaitut”, que para mí tiene una carga mucho más importante. Así que, ha sido todo un reto hacer estas letras en euskera. Por otra parte, también tengo un compromiso con un idioma minorizado, porque me sentía de alguna manera en deuda… en cualquier caso, no cierro las puertas a cantar en inglés, y esto no quiere decir que, a partir de ahora, todo vaya a ser en euskera, ni mucho menos.  Curiosamente, algo que me pasa es que, cuando canto en euskera, nuestro técnico de sonido me dice que cambia la ecualización, e incluso mi pareja me dijo que, al escuchar el disco, al principio no reconocía mi voz. Son cosas que pasan, por una parte, por el idioma, y por otra, porque las canciones son muy lentas y cantadas en tonos muy bajos.

¿Ha habido, por lo tanto, un trabajo extra a la hora de tratar la voz en estas nuevas composiciones?

Bueno, ahora que lo he planteado así, parece que hay un gran trabajo, pero me sale de manera natural, porque en la composición tengo unas disciplinas y unas rutinas relacionadas con la música que están muy establecidas. Sin embargo, con la letra no tengo esa seguridad, me siento mucho más músico que letrista. No soy tan disciplinado en este aspecto, y casi siempre que llego al estudio todavía me queda trabajo por hacer, porque no tengo las letras terminadas del todo. En este caso son textos íntimos, nostálgicos, hablando de esos universos paralelos que creo cuando estoy yo solo en casa tocando el piano o la guitarra, o escuchando mis discos… Un universo totalmente mío en el que yo establezco las reglas. De todas formas, no me suele gustar explicar demasiado las canciones porque, dependiendo de mi contexto vital, su significado cambia, y no quiero imponer algo concreto para no limitar lo que la gente haya podido interpretar. Me gusta que se las lleven a su terreno, y que las canciones estén abiertas a lo que la gente pueda sentir con ellas. Pero yo no empiezo a escribir una canción pensando en un tema concreto, porque yo no escribo letras para ser leídas, sino para que sean parte de una canción. La letra tiene que funcionar dentro de la canción, no fuera.

Texto: Sergio Iglesias

 

 

 

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