Justo un año después de hacer un sold out, Jay-Jay Johanson vuelve a España con mayores expectativas si cabe, como demuestra por ejemplo en Valencia (ha cambiado a la sala Moon), con un mayor aforo que el de 2024, fruto del interés que el músico sueco despierta allí donde actúa.
Y no es para menos. Desde que en 1996 lanzara su primer álbum Whiskey, la carrera del artista escandinavo no ha dejado de crecer, abarcando estilos complejos y consiguiendo que todos ellos se entrelacen, haciendo de su discografía una de las más importantes de las décadas recientes.
Músico ajeno por completo a modas y estilos, Jay-Jay Johanson lleva 29 años desafiando el orden cultural establecido, tanto el oficial y masivo como el alternativo, sin más bandera que la libertad creativa. Esta determinación no ha resultado ser siempre un camino fácil para Johanson. Su carrera ha estado plagada de diferentes momentos comerciales, pero siempre con una calidad que ha sido su seña de identidad permanente. Temas como “So Tell The Girls That I Am Back In Town” de su primer trabajo Whiskey (1996) o “On the Radio” comprendido en el álbum Antenna (2002), le permitían viajar desde la música electrónica, abrazando subgéneros como el downtempo y el trip hop, que a la vez le llevaba a mezclarla con otros estilos en principio alejados como el jazz y la bossa nova.
Estos primeros pasos hicieron que las canciones de Jay-Jay Johanson sonaran en las emisoras musicales. Pero una carrera de casi 30 años da para mucho, y aunque el mainstream de dudosa calidad parece imperar por doquier, Johanson ha continuado con su labor creativa lo que confirman sus 14 álbumes grabados hasta el momento, con los que se ha ganado una reputación que va más allá incluso de la música. El mundo de la moda juega un papel transversal en la obra del músico sueco, como evidencia su colaboración con Balenciaga y que Ralph Lauren escogiera su música para la Semana de la Moda de Nueva York.
Su imagen cultivada a lo largo de los años, con ese aspecto influido por el punk, los new romantics, con reminiscencias glam, demuestra que le da la misma importancia a la visión que a la escucha. Un aspecto que ha ido desplegando en cuidadas portadas que permiten saber que nos encontramos ante un artista total, y que su madurez es a la vez musical y personal. Lo podemos comprobar en sus primeros álbumes como Tattoo (1998) o Poison (2000) con un aspecto más cercano al indie del momento, y al de un Chet Baker actual con trabajos como Bury the Hatchet (2017), King Cross (2019) y su más reciente Fetish (2023).Un trabajo éste que es el resultado del compendio de todas los estilos que han influido en Jay-Jay Johanson, desde la electrónica, a las melodías atmosféricas sin olvidar las reminiscencias jazzísticas que le consolidan como crooner digital.
Con una más que justificada expectación visita España el cantante sueco este mes de febrero, actuando en siete ciudades españolas, eligiendo Valencia para el primer concierto de una gira que finalizará en Zaragoza, pasando por Madrid, Barcelona, Murcia, Sevilla y San Sebastián.
Texto: Amadeu Sanchis Labiós