Cala Vento es sinónimo de amistad, pasión y autogestión. Desde aquel local de ensayo en el Carrer Encarnació de Barcelona, Aleix Turon y Joan Delgado han construido, paso a paso, una de las propuestas más auténticas y bellas del panorama musical español. Diez años de perseverancia que los han llevado del underground a convertirse en una de las bandas de referencia del país. Además, su sello Montgrí, nacido del amor puro por la música, ha logrado consolidarse como un referente en la industria, tanto por su manera de trabajar como por los proyectos que ha lanzado en su corta, pero intensa existencia.
Para celebrar esta década, Cala Vento lanza un disco de versiones (Brindis, 2025) que recorre su historia personal y los embarca en una gira por toda España, brindando con su público por todo lo conseguido y lo que está por venir.
Es un placer hablar con vosotros. Lo primero, enhorabuena por esta década sobre los escenarios. Diez años, se dice pronto. Este 2025 viene cargado de buenas sensaciones y de dos regalos para vuestros oyentes: una nueva gira de salas en febrero y un álbum en el que versionáis libremente nueve canciones de distintos estilos. ¿Cómo estáis viviendo este momento?
Se nos han pasado rapidísimo, pero sí, ya son 10 años con esta aventura. La verdad es que seguimos como siempre, concentrados en la preparación de la gira y contentos con el resultado de Brindis (2025). La idea de hacer versiones surgió después de interpretar en directo la versión de «Pau» en el concierto del Paral·lel 62, en Barcelona. Lluís Gavaldà nos animó a cambiar un poco la letra, y gracias a eso nos motivamos y decidimos hacer alguna más. Al final, eso terminó convirtiéndose en un disco. Nos ha servido para divertirnos y hacer algo diferente a lo que estamos acostumbrados.
«Pau» es una canción muy especial en este disco, no solo por vuestra conexión con Lluís, sino también por el ejercicio creativo de imaginar cómo sería la vida de Pau 20 años después.
Nosotros lo tenemos en un pedestal, para qué engañarnos. Así que lo que él diga va a misa. Nos animó a cambiar la letra, y luego nos dimos cuenta de que justo se cumplían 20 años de su publicación. Podía ser un ejercicio divertido imaginar cómo sería el personaje de la canción a día de hoy. La verdad es que ha quedado brutal.
Las nueve versiones del disco parecen capturar momentos clave en la vida de Cala Vento, como si fueran pequeños retratos o polaroids profundamente personales. ¿Hasta qué punto funcionan como un ejercicio de memoria y cómo dialogan con vuestro presente?, ¿cómo seleccionasteis las canciones a tratar?
Efectivamente, son canciones que en algún momento nos han marcado a ambos. Podríamos haber seleccionado veinte más, pero estas fueron las primeras que nos vinieron a la mente y las que más nos motivaron a versionar primero. La selección está muy meditada para poder expresar todo lo que queríamos contar sobre lo que significa Cala Vento para nosotros.
El proceso creativo detrás de estas versiones es realmente admirable. Habéis conseguido llevar cada tema a vuestro terreno musical y no solo habéis salido indemnes, sino triunfantes. «Grita», por ejemplo, es una canción icónica. ¿Cómo lograsteis equilibrar su esencia original con la necesidad de aportar la sensibilidad propia de Cala Vento?
Creemos que, después de 10 años como banda, nos resulta más fácil llevar canciones a nuestro terreno, siempre y cuando esas canciones tengan algo que nos interese. En el caso de «Grita», teníamos muy claro que, siendo una canción con un alto componente emocional, no podíamos perder eso de ninguna manera. De hecho, quisimos acentuarlo aún más con las voces y el ritmo rápido.
Hemos tratado esta canción con el mismo cuidado que le damos a un músico que viene a grabar su tema con nosotros. Es decir, bajando del pedestal o de la categoría de «icono» las canciones más célebres, para poder trabajarlas con la misma actitud que ponemos en nuestras propias composiciones o en las de los grupos que hemos producido.
Por lo que he podido leer, la adaptación de «Blueprint» de Fugazi representó uno de los grandes desafíos de este disco, especialmente a la hora de traducir su letra. ¿Qué criterios seguisteis para que vuestra reinterpretación transmitiera el mismo peso emocional?
La empatía. A pesar de ser una canción escrita probablemente en 1989, su mensaje sigue siendo completamente vigente hoy en día. De hecho, es un tema sobre el que también hemos escrito, aunque desde otros enfoques. El desencanto por el rumbo que toma el mundo en el que vivimos ha sido una constante para todas las generaciones, incluida la nuestra. ¡Qué más da lo que vendan, es lo que compras!
Siempre habéis mantenido una actitud libre y divertida a la hora de crear, algo que se refleja tanto en canciones como «Conmigo», por poner un ejemplo del pasado, o en este disco de versiones. Ahora, con diez años de carrera y habiéndose consolidado como uno de los grupos de referencia en España, ¿sentís que esa libertad creativa sigue intacta o, por el contrario, el peso del proyecto y la responsabilidad os lleva a cuestionaros más cualquier decisión relacionada con el mismo?
Creemos que estos 10 años y todo lo que conlleva nos dan una libertad creativa absoluta para hacer lo que queramos. Estamos convencidos de que la gente que nos sigue disfruta con esas salidas de tangente que solemos hacer. No nos gustaría que todos nuestros discos sonaran igual. Ya tenemos ganas de ponernos a componer un nuevo disco y volver a disfrutar, una vez más, de esta libertad creativa.
En los últimos años, además de seguir disfrutando con la creación musical, habéis dado un paso más allá con el desarrollo de vuestro propio sello, Montgrí, adoptando un modelo de autogestión que va mucho más allá de simplemente componer y entregar canciones a una discográfica al uso. ¿Qué ha supuesto para vosotros este cambio hacia la autogestión y cómo ha influido en vuestra manera de entender la música y la industria?
¡Montgrí es un mar de contradicciones! Hay días en los que piensas que has creado algo muy bonito y que, por fin, tienes el control total sobre tu música. Pero también hay días en los que desearías no tener nada que ver con la industria musical de este país y dedicarte únicamente a hacer canciones.
Estamos extremadamente orgullosos de lo que hemos conseguido en los pocos años de vida del sello, pero también es muy complicado compaginarlo con el trabajo de una banda en activo como Cala Vento. Un fuerte abrazo a Marta, Xandre, Montse y Nore, que son quienes mantienen a flote el barco en este momento.
Montgrí, en su corta pero intensa trayectoria, ha demostrado una clara vocación de trascender. ¿Cómo pasó Montgrí de ser un sello creado para publicar vuestra propia música a convertirse en un referente dentro de la escena independiente? ¿Cuáles son los nuevos objetivos que tenéis a corto/medio plazo? Y, por curiosidad, ¿cuál fue el primer grupo que se unió a Montgrí y cómo sucedió?
De manera muy orgánica, en un solo año logramos marcar una línea editorial muy clara que aportó muchísima personalidad al sello. Creo que el momento en que Montgrí empezó a coger fuerza fue en 2022, cuando surgió la oportunidad de editar Vulk Ez Da (Vulk), Bremen No Existe (Biznaga) y Duplo (Yawners). A estos se sumaron Nuevo Punk (La Élite), El Perro Andaluz (Lagartija Nick), Todas son correctas (Los Manises) y la reedición de Caminitos del Deseo (Manos de Topo), cerrando el año con 7 referencias. Una auténtica barbaridad para cualquier sello independiente de las características de Montgrí.
Más alla de este nuevo disco, otra de las grandes sorpresas es la gira que lo acompaña. Los conciertos han tenido una acogida realmente increíble. Me sorprende lo poco espaciados que los habéis planteado: doce espectáculos en doce días (con doblete solo en Madrid y Barcelona) repartidos por toda España. ¿Cómo os vais a organizar?
La idea era repartir el trabajo de 6-8 semanas en solo 2. ¡Si los yankees pueden hacerlo, nosotros también! Jaja. Además, no es la primera vez que hacemos un tute de estos, ya que es algo bastante habitual en el circuito más underground. Aun así, ahora que se nos conoce un poco más la gente se sorprende.
Creemos que una actividad cultural como un concierto puede perfectamente darse entre semana, y no solo hay que reservarlo para los viernes y sábados. La idea es salir con la furgoneta y no parar hasta haberlo dado todo. Luego ya, una semanita de retiro.
Vuestros directos siempre han sido un referente de energía y cuidado en la escena alternativa. A lo largo de estos diez años habéis realizado giras extensas, pero esta parece destacar como una de las más intensas. ¿Habíais afrontado antes una serie de conciertos tan seguidos como esta?
Nuestro máximo son 7 seguidos, o sea que no, nunca hemos hecho una gira tan larga sin descanso. Los dos somos deportistas y estamos en forma. Básicamente, hemos organizado todo para que, después de los conciertos, podamos irnos a dormir rápido y descansar las suficientes horas como para evitar tutes innecesarios. No hay afterpartys ni excesos, aunque tambien es cierto que nunca hemos sido de salir después de un concierto.
Ha sido un verdadero placer hablar con vosotros. Para finalizar, me gustaría brindar por estos diez años. Sé que han sido muchos momentos y anécdotas, pero ¿cuáles son los recuerdos o situaciones más especiales de toda vuestra trayectoria que guardáis con más cariño?
Si, como dices hay miles de momentos pero creo que de los mejores:
- Cuando Eric Fuentes nos trajo nuestro primer vinilo.
- Cuando fuimos al SXSW de Austin TX.
- El primer concierto en la sala Apolo de Barcelona.
- La gira por Argentina, Chile, Costa Rica y México del año pasado.
- Cuando terminamos de construir nuestro propio estudio de grabación.
- Conocer, compartir momentos y colaborar con Lluís Gavaldà, Amaral, Gorka Urbizu o Cándido de Viva Belgrado.
- El concierto en La Riviera de Madrid.
- La primera vez que salimos de Cataluña para tocar en el Monkey Week en El Puerto de Santa María.
- El minitour que hicimos con Please Wait en 2016. Pamplona – Madrid – Donosti.
- El tour con Kill Aniston por el estado de Mexico en 2019.
Texto: Víctor Terrazas
Fotos: Arnau Elías