Podríamos considerar a Rudi Protrudi una de esas personas de ideas fijas, de decisiones equivocadas, o de ver las cosas diferentes al resto de la humanidad, Para muestra, la etapa 1988-90 en Los Ángeles, cuando todo el mundo veía el potencial de la banda, e incluso Ian Astbury de The Cult que se había encaprichado con ellos, y se disponía a llevarlos a otro nivel, éste vio un complot del resto de músicos para hacerse con “su” grupo, y, por lo tanto, decidió cortar por lo sano.
Para bien o para mal, lo cierto es que unas cuantas décadas más tarde, y después de un carrusel de acontecimientos, podemos seguir disfrutándolo al frente de The Fuzztones, en lo que es un como una pandilla de motoristas, identificados según la ciudad de procedencia (NYC, Berlín o Madrid) en sus chalecos, y de constante puerta giratoria, ya que han pasado más de setenta miembros por ella.
The Dearest fueron los escogidos para abrir la noche delante de su público, los barceloneses aún no tienen un trabajo editado, pero acumulan un buen puñado de temas realmente interesantes, que evidencia que viven en la década de los 90’s en cuanto a influencias, basta como su pequeño hit “62 Dollars in Bills and One Dollar in Quarters”. Su set, se hubiera visto beneficiado, si de las ocho canciones que interpretaron, las cuatro primeras hubieran cerrado el mismo, algo más dinámicas en cuanto a melodías acopladas entre la guitarra áspera, jugando con el lado más pop de la década a la que hacíamos referencia, no en vano escogieron “Mankind” de Pearl Jam para revisarlo, de clara influencia pop y donde Stone Gossard es quien se encarga de las voces,
Dentro de los parámetros habituales de introducción por la vía instrumental, aparecía Rudi Protrudri en escena, con aire de eterno dandi de tinte negro en su pelo, dentadura blanca, gafas de sol, camisa de lunares, y sobre todo la actitud de saberse el amo esa noche. Dejo claro de inicio que Barcelona “is my second home”, y poco a poco fue despojándose de la ropa innecesaria, alternando bourbon y cerveza, los primeros temas los interpretó pie de micro en mano, donde sin duda fue el bloque más intenso de la noche, en concreto los seis primeros temas, culminados con “Hurt On Hold”, el que les supuso en un pasado su mayor highligt.
Una vez con la coffin guitar colgada, la comodidad de Pretrudi fue aún mayor, aunque es cierto que es donde le vimos algún movimiento más torpe, pero que los supo manejar a la perfección, con esa mezcla de profesionalidad y sentido del humor, muy seguro. Esa seguridad se la da, el saber que su banda le va a responder, ya no solo por como interpretaron temas como “Romilar D” o “Nine Months Later”, sino a nivel general sonando muy compenetrados entre ellos. Por supuesto recordó los 45 años de carrera, y que recientemente han editado el documental “The Fuzztones VS. The World (2024)”, dirigido por el barcelonés Danny García, el cual se encontraba en la sala.
Por lo tanto, todo fluyó de forma adecuada en el mundo Fuzztones, siendo el único punto que podemos achacar como algo encorsetado y evidente, y que, valorando la amplitud de carrera, el bis fuera el habitual, está claro que “She’s Wicked” y “Strychnine” deben sonar, pero un añadido diferencial para salirse del guion, le hubiera dado un plus al final.
Puede parecer contradictorio o contraproducente que la banda haya decidido dejarse ver con tanta frecuencia por los escenarios de nuestro país, pero teniendo en cuenta factores como la procedencia de sus miembros, y que Protrudi se sienta cómodo en su “segunda casa”, seguro que estiraran al máximo este pequeño momento de reconocimiento.
Por último, y que sirva para dar valor a los clásicos, es destacar el ambiente que al final se generó en la sala en un martes cualquiera, ya que éste venia cargado de competencia con otros shows en una ciudad que no está acostumbrada a tener una agenda tan completa, y donde al espectador le sea difícil tomar la decisión adecuada.
Texto y fotos: Oscar Fernández Sánchez
Haha la culpa del bis Strychnine és meva…no del pobre Rudi. Va preguntar al públic si algú volia algun tema. Per cert no sé si ho vas notar però tothom va embogir (amb «crowd surfing» inclòs) i va ser in moment de gran felicitat