Aunque Lagartija Nick hubiesen quebrado su trayectoria musical con aquella incomparable creación titulada “Omega” (el superlativo Enrique Morente facilitó mucho las cosas), nadie les negaría la gloria de por vida.
Al cantaor granadino le gustaba romper lo entredicho con naturalidad (no comparemos con los actuales descuartizadores de géneros). Esa claridad ideológica le acompañó toda su vida artística, a él y a nuestros protagonistas que ya cumplen 35 años barriendo conceptos prestablecidos.
La banda que, actualmente, integran Antonio Arias (voz y bajo), Juan Codorníu (guitarra), Eric Jiménez (batería) y JJ Machuca (teclados), muy lejos de vivir de rentas, continúan enardeciendo a acólitos y recién llegados (no nos sentimos viejos en una sala abarrotada). Son tan buenos que, incluso, los jovenzuelos les hicieron la ola.
El concierto de La Nau cerraba el periplo que les ha llevado a compartir sus éxitos (es un decir, no nos engañemos) por ocho ciudades de nuestro territorio. El jefe Arias definió el evento como un fin de fiesta increíble. Su carisma (inalterable) y los tres “perros andaluces” apabullaron, mostrando esa garra lúcida que siempre les ha caracterizado.
El repertorio no varió, ni un ápice, del que han presentado en esta gira, tampoco en los añadidos; no importó lo más mínimo. Volver a escuchar lo mejor de una trayectoria que comenzó, discográficamente, en 1991, estimula tanto que puedes gozarla repetidamente. No cansa.
Pudimos deleitarnos con 25 canciones (muy parecidas, según el camarada Arias) a cual mejor. La apertura instrumental con “Sonic crash” fue el principio de una catarsis ensordecedora que solamente paró con “Me gustaría para mí (Las libélulas)”, en la conmovedora “Buenos días Hiroshima” y los dos acercamientos al citado “Omega”: “Vuelta de paseo” (Morente con voz en off) y “Ciudad sin sueño”, admirable despedida. Tampoco crean que la sargantana (Arias saludó con la traducción catalana de lagartija) disminuyó, con estos títulos, los decibelios.
En general, el reptil andalusí nos atrapó con un sonido más contundente que nunca. Salvo lo comentado y algún acercamiento al pop, tipo “¿Qué harás por mí?” o “Sin salir” (The Beatles en el horizonte), el resto expelió mala leche de la buena. La potencia de “Lo imprevisto”, esa resonancia a The Stooges que rezuman “Hipnosis”, “Universal”, la bestial “Tan raro, tan extraño, tan difícil”, “20 versiones”, “Strummer, Lorca”, “Nuevo Harlem” (espídica) o ese “Celeste” (otra colaboración con Morente), nos condujo al espíritu anárquico (no me hablen de desorden), libertario y feroz que tanto necesitamos. Lo “soft” acabará por deshacernos.
En los siete bises programados destacaron “La leyenda de los hermanos Quero”, el cover del tema de 1966 “I had too much to dream” (The Electric Prunes), “Rock and roll Zine” y “Esa extraña inercia (Anfetamina)”.
En 2022, Lagartija Nick nos regalaron un homenaje a Luis Buñuel, titulado “Un perro andaluz”. Después de celebrar este merecido aniversario, dos años después, deseamos otra vuelta de tuerca. Su estado de forma semeja infalible para que ello suceda. Dudo que nos defrauden.
Texto: Barracuda
Fotos: Sergi Fornols
