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King Hannah – La Nau (Barcelona)

Es indudable que el dúo británico originario de Liverpool, formado por Hannah Merrick (voz y guitarra) y Craig Whittle (guitarra) han facturado uno de los discos más interesantes del año, Big Swimmer, y pese a que la fecha (un domingo del puente de diciembre) y el clima no acababan de acompañar se respiraba el ambiente de las grandes ocasiones tras un sold out que fue anunciado y celebrado por la banda durante el show. 

La música de los británicos, una mezcla cautivadora de folk oscuro, rock alternativo y texturas cinematográficas hace unos años que se nos revela como una experiencia sonora que transporta a paisajes emocionales de introspección y melancolía. Si le sumamos a todo ello un hit rompepistas como “New York, Let’s Do Nothing”, creemos haber dado con una fórmula que puede encaminarles a cotas más altas.

Sale la banda a escena y el vestido rojo de la vocalista y el juego de contraluces nos recuerdan que King Hannah no solo es música, sino una experiencia visual y sensorial. El repertorio al inicio está exclusivamente basado en su último trabajo y a medida que avanza la noche, pese a algunas interrupciones y problemas técnicos que denotan que aún les falta unos pasos para llegar a la excelencia, el dúo logra recrear la atmósfera íntima de esas canciones que ya forman parte de nuestra memoria de 2024, sumergiendo a la audiencia en un universo sonoro que evoca tanto los paisajes grises del norte de Inglaterra como el espíritu introspectivo de la música alternativa de los 90. 

Nos cautivan especialmente los susurros y tinieblas de “Milk Boy (I Love You)” y la melancólica sensibilidad country de la inmensa “John Prine on the Radio”. Con aromas que van desde Mazzy Star y PJ Harvey hasta Nick Cave o Portishead, King Hannah van dibujando una noche que encuentra la belleza en la oscuridad, entregando canciones que son tanto un refugio emocional como una invitación a explorar las sombras.

Facturado el celebradísimo hit rompepistas que insta a la vagancia en New York antes mencionado, afrontamos el fin de la noche rescatando temas del pasado como la compleja «Crème Brûlée» o «State Trooper», una reinterpretación del clásico de Bruce Springsteen que realmente consiguen llevar a su terreno. 

En unos bises teñidos de ritmos y armonías country cerramos una noche para el recuerdo con el otro instant classic que alberga su última obra, “Big Swimmer” y una versión del clásico de Dodge o’Dell, “Blue Christmas”, que nos pone en el humor adecuado para empezar a afrontar las fechas navideñas.

Texto: Rubén García Torras
Fotos: Marina Tomás Roch

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