Se prodigan poco por Barcelona, de hecho, era la primera ocasión que actuaban en la sala del Poble Espanyol, y con cierto miedo a equivocarme, creo que desde el Sintonizza de Santa Coloma de Gramenet de hace dos años, no se acercaban por estos lares. Por tanto, quedaba más que lógica la expectación por asistir a un aquelarre de los asturianos, si bien Jorge “Explosion”, dejó caer con ironía no disimulada, que le encantaba tener un público tan joven; y es que había más canas y calvas tapadas con gorra o sombrero, que melenas y peinados mod.
Con una hora de diferencia entre la apertura de puertas y el inicio de la actuación, era más que plausible que el respetable hubiera dejado de serlo, a base de caldos etílicos, que no son imprescindibles, pero rompen todas las barreras de la compostura políticamente correcta. A todo eso le sumamos que la banda salió al entarimado con ganas de liarla desde el principio, que la sala estaba llena pero dejaba espacios razonables para menear los huesos, la colección de canciones acumuladas en más de treinta años de carrera de obstáculos y el buen humor que gastan los de Xixón, no es sorprendente que Upload se pusiera patas arriba, que la noche fuera lo más parecido a una orgía de estudiantes, pero en su reunión de décadas después.
Al listado de canciones que todos sentíamos que era de obligada interpretación, estaba la inclusión del último single, con dos temas en catalán, «Ves-te’n si us plau» y «Perdo l’esma», que sonaron de intachable normalización lingüistica y encandilaron al público, demostrándolo con humo de palmas y gallos desafinados en forma de gritos guturales.
Pero claro, quién es el guapo o feo, que de todo hay en este mundo, que se resiste a no romperse la columna con «Drácula Ye-Ye», «Basura», «Ella no eres tú», «Vivir sin ti», «Chesterfield Childish», «Insatisfacción», «Vestir de mujer», «El día que David Bowie murió», «Sucio Roberto» o «Vivir sin civilizar», imposible.
Doctor Explosion demostraron esta noche que es cierto el nombre de «30 Aniversario, vivir sin civilizar tour», porque siguen siendo unos cavernícolas gamberros e irreverentes. Jorge se lanzó a tocar entre el público en varias ocasiones, se subió a la barra del bar, sentó a media sala en las baldosas blancas y negras, pero al parecer le faltaba unas gotas de locura, por lo que montó una conga tunera, para arrastrar a varias decenas de eufóricos asistentes a la calle, al frío húmedo del Poble Espanyol, montar una danza comanche en las afueras y una vez congeladas las partes más íntimas de los indios, recoger y volver al calor de la sala y terminar el tema en el escenario… así vienen los resfriados, colega, te pasaremos la factura.
Una noche que da el pistoletazo de salida para unas fiestas que pueden ser muy musicales y nada despreciables. Es como la horterada de encender las luces navideñas, pero con trastorno cerebral incluido, que casi nos lleva al ictus más saludable con «Eres feo chaval», «La Chatunga», «Paleto» -que no tenían previsto, pero incluyeron a petición o amenazas populares-, «Grises» o «Soy un truhán, soy un señor», tema donde encuentran la conexión entre Muddy Waters y Julio Iglesias, que haberla hayla.
Todo ello aderezado con el gran maestro de ceremonias que es Jorge, quien no se cortó a la hora de comentar la mayoría de las canciones. Total, uno de los mejores conciertos nacionales de este último tramo del 2024. Así andamos esta mañana, con agujetas hasta en el DNI.
Texto: Take
Fotos: Marina Tomás Roch