Lo más parecido a unos kamikazes musicales, los encontraríamos bajo las chaquetas de cuero de los miembros de Guitar Wolf, pero estas no son unas prendas cualquiera, son su seña de identidad, y que forman parte de la línea de ropa que posee la banda, están inspiradas en las clásicas 613 Perfecto, y que les fabrica la propia marca Scott NYC como modelo personalizado 613GW o bien en su alianza con la londinense Lewis Leathers.
Pero lejos del dandismo de chupa de cuero, lo que imperó fue el olor a chatarra y de remiendo de cinta americana para los agujeros de las botas, todo envuelto en un halo de descontrol, y con la sensación de que todo podía saltar por los aires en cualquier momento.
Curiosamente, y aunque pueda parecer una contradicción, estamos hablando de la versión más “profesional” de la banda, lo cual no quita que una vez acabado el show la sensación de estar desorientado, aturdido, sordo y no saber muy bien lo que acabas de presenciar, te acompaña durante un buen rato. Pero lo que, sí que te queda claro, es que todas esas sensaciones son altamente satisfactorias y por qué no, te hacen sentir algo masoquista.
Sería un acto de valentía, intentar descifrar los diferentes temas que fueron escupiendo sin cesar, y sin ningún tipo de miramiento sobre nosotros, pero entre el impacto verbal, pudimos cazar al vuelo y corear gracias a sus estribillos cosas como “Jet Generation” o “UFO Romantics”, todo por supuesto entre miembros de la banda pasando por encima de nuestras cabezas, invitados en escena para rasgar la guitarra o revolcarse junto a ellos por el escenario. Otro acto de estudio, sería la facilidad de destruir lo ajeno y llevarlo a un terreno propio indescifrable, ya sea “Kick Out The Jams” de MC5 o “Rumble” de Link Wray, que en sus manos son llevados al desguace sonoro.
Para finalizar, volveremos al principio, para demostrar la actitud de la que siguen haciendo gala (y que otras bandas se han dejado por el camino), nada más subirse a escena, tanto Seiji como Gotz, vaciaron en su garganta una lata de cerveza de un solo trago, como si fuera la gasolina que encendiera su motor interno para todo lo que se nos venía encima.
Y un par de apuntes que aportan algo del origen de la banda:
- Destacar el amplio surtido de merchandising del que disponía la banda, desde las clásicas camisetas, pasando por llaveros de cuero, calcetines o figuritas de los miembros de la banda, todo despachado con una extrema cortesía y amabilidad por parte de las dos chicas que te atendían. Buena visión de negocio.
- Y el setlist escrito en japonés con rotulador de traza amplia, era oro puro.
Texto: Oscar Fernández Sánchez
Foto: Fernando Ramírez