Puede que a Evan Uschenko se le apareciera una mujer fantasma en la zona de parajes oscuros de Alberta (Canadá), desde allí desarrolla el concepto de Ghostwoman, pero lo cierto, es que nos decantamos más porque el origen del nombre de la banda, este relacionado con la serie de películas basadas en los personajes creados por el novelista Thorne Smith.
De todos modos, no está de más hacer referencia a su definición, solo por si alguien se cruzó con alguna antes de acceder a la sala:
- Mujer cuyo poder le permite atravesar cuerpos y objetos sólidos, habitualmente ataviada con ropajes blancos y que se mueve levitando sobre el suelo.
Lo que quedó claro por el número de asistentes congregados, es que el fantasma del vacío de programar un show en lunes, quedó fuera de juego. Con la ayuda de la “mini” legión de fans, y amigos que arroparon a Ramona Flores para disfrutar de su propuesta retro indie, con el punto necesario de distorsión y delicadeza, género que, como previa encajará muy bien en el conjunto de la noche.
Cuando hablamos de un formato dúo, está claro que la compenetración y feeling entre ambos miembros, debe fluir de la manera adecuada, y se debe dar el añadido de la habilidad con sus instrumentos para trasmitir y llenar la escena sin necesidad de más complementos. Ghostwoman cumplen con todo eso de forma avanzada, y es más son poseedores del efecto “cool” necesario que les da un valor añadido.
Todo lo citado anteriormente, no tendría sentido si no se sustenta con un soporte adecuado, y eso queda demostrado con el trabajo “Hindsight 50/50 (2023)”, el cual desarrollaron de forma áspera, retorcido, arenoso y cargado de intriga, y fluyó hacia los cuerpos de los asistentes. Ya sea con “Yoko” o “Along Pt.2”, todos esos caminos se fueron cruzando y alternando, generando una propuesta dinámica, con algo de humor ligero y complicidad entre todas las partes implicadas.
Como ejercicio visual, aquí dejo un par de “tips” que se dieron en la noche:
-Posiblemente a pocas chicas les quede igual de bien una camiseta de Butthole Surfers como la que lucía Ille Van Dessel.
–Evan Uschenko se permitió el lujo de fumarse un cigarrillo clásico, y crear algo de ambiente de bar como en tiempos que parecen muy lejanos.
Por último, y sin motivo aparente, al acabar el show, me vino a la cabeza el dúo de San Francisco Two Gallants, los asocié a los protagonistas de la noche, posiblemente sin motivo, pero aprovecho aquí para recomendarlos.
Texto: Oscar Fernández Sánchez
Fotos: Sonia Eireos Gallarín