Una noche de sábado en Paral·lel 62 puede ser muchas cosas, pero nunca es una noche cualquiera. Tampoco en la sala club, con ambiente de garito abarrotado y un centenar de personas asistiendo a una fiesta presentada por Bandicoot Records. ¿Los protagonistas? Tres bandas al pie del cañón: The Vil Veins, Velta y Sof_Signal.
Abrieron The Vil Veins, un grupo que parece sacado de un garaje de los noventa, pero con una frescura que desarma. Con una propuesta musical tan visceral como desbordante, estos tres chicos –un maorí, un brasileño y un mallorquín– son un estallido de rock garajero con destellos de blues y stoner. Impactan como un puñetazo en el esternón, hasta el punto que cuesta creer que lleven pocos meses tocando juntos. Juventud, ruido y esa clase de potencia y energía electrizante que hace el club se encienda al instante y el público quiera más y más.
Les siguieron los zaragozanos Velta, manejando el escenario con un estilo más calculado pero no menos efectivo. Alternaron su material propio con versiones de himnos inmediatamente reconocibles como «Killin’ in the Name» de Rage Against the Machine o «No One Know» de Queens of The Stone Age, de quienes se declaran seguidores incondicionales. Energía igual de contagiosa para un rock moderno y desvergonzado, influenciado por otros nombres como Foo Fighters, que hace imposible que uno se relaje en una noche que no está dispuesta a venirse abajo.
El cierre quedaba para Sof_Signal, que, si no te habían convencido antes, aquí fue cuando lo lograron. Esta banda formada en 2021 por un americano y tres británicos se llevó el resto con un set de temas publicados en su EP Exits, además del anticipo de alguno aún por terminar. Introspección y guitarras densas; letras tan reflexivas como desgarradoras para tomarle el pulso al mundo. El broche final sería invitando a Adrià Marva (Gyoza) a la guitarra a compartir escenario con ellos. Una noche especial que dejó claro que el rock está muy vivo gracias a sellos como éste apostando por bandas emergentes de directos memorables. La suma de todo da como resultado un público con ganas de repetir.
Texto y fotos: Borja Figuerola