Era una auténtica maravilla ver el aspecto que ofrecía la sala Upload, a cinco minutos de iniciarse el concierto de Capsula. El ambiente era tremendo, la afluencia copiosa y los comentarios del respetable muy parecidos, todos ellos dirigidos a las buenas sensaciones creadas, con el nuevo álbum de la banda, Primitivo Astral. Correspondiendo a esa atmósfera eléctrica, el trío salió en tromba con las oscuras notas surferas de «Desde El Infierno» y con la fuerza desatada de «(Don´t Be Afraid And Play) Rock´n´roll». Con ese inicio tan aplastante, acabaron de conseguir esa comunión mágica con la audiencia, que ya no decrecería en todo el show.
El repertorio, basado en gran parte en sus dos últimas referencias, era aderezado con algunos bellos recuerdos como esa bellísima «Candle Candle» maravillosamente interpretada vocalmente por Coni Duchess, o esa versión del «Russian Roulette» de Lords Of The New Church que prácticamente han hecho suya. De hecho, su gran habilidad para asimilar influencias y convertirlas en fantásticas composiciones, hace que ese dominio de la psicodelia, el garaje, el hard rock, el post punk y el stoner más agresivo, suene tremendamente personal y original. Podían atacar bombas de heavy rock mastodóntico como “Rayo Oscuro”, inusuales ejercicios de psych psicodélico como «The Moebius Strip», brutales ataques sónicos de denso garaje encrudecido como «Behind The Trees», zarpazos de puro punk como «La Luz Azúl» o la psicodelia más pasada de vueltas como en «Esferas» y todo tenía sentido.
A veces no se trata solo de experimentar con mil sonidos diferentes. Lo complicado, lo realmente difícil, es tener el talento para traspasar todo ese amalgama de sonidos y poder escribir buenas canciones, y Capsula son expertos en eso, y además, son capaces también de trasladar toda esa liturgia, a un directo arrollador.
Hubo quien se quejó de la corta duración del concierto, y no les faltaba razón. Con el tremendo repertorio del que pueden presumir, una hora y cuarto, se antoja poco tiempo de disfrute, pero lo que sí es absolutamente cierto, es que no hubo ni un segundo de tregua. Ellos se lo estaban pasando en grande, y nosotros también, y el último segmento fue ciertamente apoteósico. El espíritu de la psicodelia más pesada sobrevoló de nuevo la sala con «Arrow», con Martín punteando como un auténtico poseso pero antes, la incisiva energía del cover de Sumo, «Mejor No Hablar De Ciertas Cosas», había sorprendido a todos aquellos que desconocían la existencia de la mítica banda argentina. Capsula, le han imprimido una velocidad y una atmósfera a ese pequeño incunable, que casi parece otra canción.
Acabaron con los infecciosos coros de «Automatic Soul» que contagiaron al respetable, vociferando como locos una canción que a pesar de ser una novedad, huele a clásico por los cuatro costados. Gran noche, donde todo fue perfecto, incluido un público que esta vez sí, acudió a la llamada de una de las bandas más interesantes de nuestra escena. Ojalá siempre fuera así.
Texto: Andrés Martínez
Fotos: Marina Tomás